Narra Ana Gabriel
—¡Creí que ya no venías mujer!—Dijo Alberto apenas entré a la sala.
—Se tardo más de lo que pensaba—Me excuse—. Hasta que la dejé a ella en su casa y todo...
—No me parece que te hayas encontrado con ella y mucho menos estando con lucía pero ajá—Me dio un vaso con jugo—. Tu novia estuvo como niña pequeña.
—¿Se portó bien?
—Por favor la próxima déjala dormida hasta que regreses—Nos sentamos en el sofá—. Ya estaba aturdido de sus preguntas: ¿Dónde estabas, a qué hora volvías? Que te extrañaba, que no te besó lo suficiente cuando la saludaste.
—Ay mi vida—Dije con ternura.
—Y para colmo casi se pone a llorar cuando se despertó y tú no estabas—Blanqueo los ojos.
—Alberto ¿Ya viene?—Lucía entro a la sala y cuando me vio corrió hacia mí.
—Ya aquí está tu ana, cállate un poco—Bromeó.
—Mi amor—Me abrazo—. ¿Dónde fuiste? Cuando desperté ya no estabas—Dijo un poco triste.
—Tuve que hacer cosas.
—¿Qué clase de cosas?
—Importantes.
—Bueno doña misterio, lucía, yo me voy a mi casa—Intervino alberto, lo cual agradecí internamente—. Nos vemos.
—Gracias por cuidarla—Bese la mejilla de alberto.
—La próxima que no chille tanto—Rió.
—Li priximi qui ni chilli tinti—Burló lucía.
...
—¿Quién era?—Preguntó cuando vio que colgué rápido el teléfono.
—Número equivocado—Fue lo primero que inventé.
—Pero te reías.
—Es que... es... po-porque...—Aclaré mi garganta—. No lo sé.
—No lo sabes—Levantó una ceja—. Estas muy rara.
—No.
—Ana...
—¿Te divertiste hoy?—Quise evadir el tema—. Alberto me hizo el favor de quedarse contigo.
—Ah mira no sabía que alberto era niñera—Dijo irónica.
—Es para que te haga compañía y no estés solita—Sonreí—. No quiero que te aburras.
—Pero ya no te vas a ir así sin avisarme, ¿Verdad?—Me miró con sus ojitos llorosos.
—Mi vida—La tomé en mis brazos—. Fueron solo unas horas.
—Lo sé pero yo creí que tal vez... bueno que vos...
—Jamás te dejaría así sin más—Besé su frente—. Jamás lo haría.
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Es el amor quien llega
FanfictionSi miras las estrellas buscando un no sé qué. Si sientes que tus ojos se humedecen sin querer. Si notas que el calor , te viene a golpes de tensión. Y pega fuerte, fuerte, fuerte... Entonces, mucha suerte. -una novela entre Lucia Galán y Ana Gabrie...