Capítulo 30

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Narra Lucía Galán

Siempre me entristeció tener que irme de México ya que tenía que separarme de Ana, pero esta vez me lo tomaría como un tiempo para pensar en lo que realmente quería y también sería un tiempo para ella, las dos nos lastimamos y la verdad es que necesitamos razonar el destino de nuestra relación.

-¿Qué sucede?-Joaquín me miraba extraño-. En todo el vuelo no habías dicho palabra alguna.

-Es que estoy cansada-Mentí.

-Que raro vos-Se limitó a responder.

Ya estábamos llegando a la casa de mamá, Joaquín dio media vuelta y estacionó frente a la nueva casa que ya estaba decorada con guirnaldas y luces navideñas, apenas pasamos la puerta mamá nos saludó como Viviana quien formó una sonrisa de pura alegría al ver a su esposo y su hijo, me saludó y luego tomó a panchito en sus brazos, Joaquín se acercó a ella y le dio un beso tremendo.

-Lucía ven aquí-Me llamó mi madre desde la cocina.

Caminé pesadamente hacia la cocina, el olor a pavo era delicioso, incluso me dio hambre.

-¿En qué ayudo?-Pregunté mientras me ponía un delantal de cocina.

-¿Qué sucede?-Interrogó ella.

-Nada-Respondí tontamente.

-Puede que sea mayor, pero no soy estúpida, conozco a mi hija y sé que algo anda mal-Comenzó la asturiana.

-De verdad no sucede nada-Intente sonreír.

Se quitó los guantes de cocina y se acercó a mí, me acarició la mejilla izquierda y me miró a los ojos, pocas veces me atrevía a mirarla a los ojos, aunque eran muy hermosos, a veces me aterrorizaban.

-No te juzgaré más porque sé que no escucharás a esta vieja pero solo quiero darte un consejo si esa mujer te lastimó debes dejarla porque estarás más amargada de lo que ya estás-Soltó con sinceridad.

-Yo no estoy amargada.

-El amor puede ser muy lindo Lucía y te lo digo yo que viví cuatro años saliendo por carta con tu padre no digo que el amor no pueda traspasar barreras y separar ríos, pero si sigues viviendo una vida escondida terminarás devastada.

Ella no dijo nada más y yo no respondí, simplemente comencé a cortar las frutas para la ensalada.

-¿Te quedarás el 25 o irás México?-Preguntó agregando condimentos a la ensalada rusa.

-Vuelvo el 27 para allá-Contesté y comí una frutilla-. Pasare año nuevo allá.

-Entonces será un plato menos-Dio un suspiro-. A veces me cuesta creer que han crecido.

-También a mí-Respondí con melancolía-. También a mí...

...

El recalentado de la noche del 24 es una de las cosas que más me gusta porque: Se come lo que sobró en Nochebuena, la sidra queda fría y para matar la resaca estaba la ensalada de frutas. Me gustaba despertarme tarde y sentir el calor del verano, quitarme la ropa de encanto de anoche y poder llevar un bikini o un vestido fresco, caminar sin zapatos después de haber estado toda la noche con tacones y comer mientras escuchamos música, para mí esos son los verdaderos placeres de la Navidad.

-Lucía ayuda a servir y deja de tomar todo del cucharón, caramba-Se quejó mi madre.

Joaquín y Viviana rieron.

Es el amor quien llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora