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Narra Lucía Galán

—¡Mis pimpinela!—Se escucho el grito de ana.

Joaquín y yo volteamos, mirando entre la gente del aeropuerto encontramos a Ana quien venía corriendo hacia nosotros.

—Casi se van—Dijo agitada.

—Casi casi que no llegas—Bromeo Joaquín y ambos reímos. 

—No podía dejar que se fueran de México sin antes despedirme—Sonrió.

—Será solo una semana—Mi hermano soltó un suspiro—. Yo que tenía tantas cosas que hacer aquí.

—Por ejemplo, tomar sol frente a la piscina—Contestó Ana.

Miré cómo mi hermano y ella se reían  se llevaban muy bien. Podría jurar que harían una hermosa pareja por supuesto si Ana no fuera mi... novia, era extraño decirle así, yo prefería el término pareja.

—¿Gachy no vas a decir nada?—Me llamo la atención Joaquín—. Lo siento Ana es que Gachy no durmió bien hoy.

—¿Gachy?—Preguntó extrañada Ana.

—Por Graciela, mis padres la llaman así.

—Bueno, Gachy, no me dirás nada, casi pierdo un pulmón por venir a despedirme y tú estás callada—Comentó divertida.

Cuando me miraba con esa sonrisa, me hacía delirar, podía mirarla sonreír durante horas y no me cansaría.
Mientras con palabras torpes, trataba de formular oraciones, ella me miraba con ternura.

—Yo... gracias, yo te extrañaré esta semana hasta que vuelva porque porque tengo que volver aquí, si fuera por mí no me iría pero es el trabajo pero volveré para estar cerca de ti—Sonreí al estar nerviosa y arrepentida de la última frase ya que Joaquín me miró de reojo.

—Es un placer verlos, prometo que veré el programa en televisión y les llamaré—Sonrió Ana—. Ahora vayan o perderán el vuelo.

Ana se despidió de beso con Joaquín, él empezó a alejarse de nosotros en ese momento quise besarla pero no podía.

—Te voy a extrañar—Dije finalmente.

—También te voy a extrañar—Ella extendió sus brazos y me envolvió en ellos—. Pero ey, vamos a querernos más cuando regreses.

—Pero no me quiero alejar de ti–Hice puchero—. De verdad me gusta tenerte al lado mío.

—Bonita—Beso mi frente—. Prometo llamarte.

—¿Segura?

—Segurísima...—Ana se aseguro de que nadie nos mirara y aprovechó la distancia de Joaquín para darme un suave beso en los labios—. Ya debes ir.

—Te quiero—Le di un piquito y la abrace muy fuerte—. Te quiero mucho.

—Te quiero mucho más—Sonrió—. Ya ve o perderán el vuelo.

Con una sonrisa tonta, corrí para tomar mi vuelo.

—¿Qué te quedaste haciendo?—Joaquín me preguntó mientras se sentaba a mi lado y comenzaba a leer un libro.

—Estaba hablando con Ana—Respondí y me acomode en mi asiento.

—Aparentemente, se volvieron muy amigables.

—Pues sí.

—Que bueno Lucita.

—¿Lucita?—Comencé a transpirar.

—El otro día escuché que Ana te dijo así—Rió—. Me pareció gracioso.

—S-Sí, ella es muy humorista—Solté una risa intentando parecer calmada.

—Mmm—Se limitó a responder y siguió leyendo.

...

—Lucia en diez minutos salimos—Me informó Joaquín del otro lado de la puerta.

—Ya voy, ya voy—Respondí y agarre la bocina del teléfono—. Responde por favor.

Estaba muy nerviosa, como siempre antes de cada presentación, a veces sentía que me faltaba el aliento o mi corazón latía tan fuerte que necesitaba hablar con Ana.

—Bueno—Escuché su voz y sentí que respiraba.

—Ana—Dije con la voz tomada por los nervios.

Lucita ¿ya estás por salir?

—Estoy muy nerviosa.

—Oh niña, todo estará bien, ¿de acuerdo?—intento calmarme.

—¿Y si me equivoco o me olvido de la letra?

—Todos olvidamos la letra en algún momento—Rió—. Una vez canté:Grabe tu rostro en mororia...

—¿Y qué hiciste?

—Lo tomé con humor al igual que el público—Ambas reímos—. Eres la estrella que más brilla, no lo dudes jamás, ahora ve y demuestra que eres la mejor cantante de Argentina.

—Gracias Anita—Mordí mi labio inferior—. Te quiero mucho, te llamo en la noche.

—Adiós lu—Tiro un besito al aire—. Te quiero.

...

—¿Ya te dormiste?—Escuche la voz de ana.

—No, aún no—Me acomode en la cama.

—Entiendo que estés cansada—Rió.

—Di lo mejor de mí—Reí.

—Espero que siempre lo hagas y jamás dudes de lo que te dije.

Mis charlas con Ana eran mi parte favorita de la noche, aunque este cansada para ese entonces.

—Lu, será mejor que te vayas a dormir, mañana seguro que tienes muchas entrevistas que dar y deberías descansar para que tus fans puedan verte de la mejor manera—Me persuadió con ternura.

—¿Pero mañana hablamos de nuevo?—Sentía que mis párpados pesaban cada vez más.

—Claro que sí.

—Gracias Ana—Tire varios besitos al aire—. Te quiero.

—Te quiero mucho.

Continuara....

Es el amor quien llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora