Verdad

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Emma:

Sigo consternada por lo que pasó, no he querido hablar con Joshua, sé que pelearemos por ocultarle lo de Mackenzie.

—¿Desde cuándo lo sabes?

Suspiro, esperaba que me diera más tiempo, pero creo que es mejor aclararlo todo.

—Desde el primer asalto que hicimos juntos —Me abrazo las rodilla—, cuando Mendoza apareció en el banco.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—¿Me habrías creído? —Suspiro— Me habrías dicho que estaba loca.

Joshua me acaricia los brazos, todo es tan doloroso.

—Tienes razón, sigo sin poder creer que Mackenzie estaba enamorado de mí.

—¿Por qué? Eres un hombre muy guapo.

Mi querido Joshua sonríe, me atrae a su lado, me parece extraño que me haya traído a su casa, siento que Mackenzie sabrá que estamos aquí.

—No es por eso, siempre pensé que su amor era fraterno, eso mismo debió pasarle a Connor contigo.

Parpadeo extrañada, ¿cómo lo supo? Nunca le di ningún indicio de eso.

—No sé de qué me hablas —suelto nerviosa.

Vuelve a sonreír, no entiendo que es tan gracioso.

—No eres buena mentirosa, amor. No deberías mentirme.

Suspiro y me giro a verlo, me pone nerviosa saber que hará con esta información.

—¿Cómo lo supiste?

—Cuando hablaste de él tus ojos brillaban y notaba tu nostalgia, debo admitir que me muero de celos al pensar que amaste a ese... hombre, si no fuera porque Mackenzie me declaró su amor en este momento te estaría obligando a olvidar ese maldito nombre.

Sabía que esto se pondría feo.

—Me gustaba, lo admito, pero nunca lo amé como te amo a ti.

Joshua me aprieta las mejillas, vaya que le molesta que me haya gustado Connor.

—Ya te dije que no me mientas —Me avienta a la cama—, lo amaste, amaste a ese maldito.

Me tiemblan las piernas, me da miedo como se está comportando.

—No lo amé, aún lo amo, pero es como dices, es un amor de hermanos, como siempre debió haber sido, no tienes ni idea de lo mucho que deseo no haberme fijado en Connor, verlo enamorado de mi hermana fue el golpe más duro en mi vida, ver cómo nadie me amaba realmente, que nadie me veía como mujer, es doloroso, Joshua.

Se me abalanza, siempre creí que no era suficiente para nadie, que por eso nadie me invitaba a salir. Por eso me cerré a la idea de tener novio y me enfrasqué a mi trabajo como detective.

—Tú eres demasiada mujer para cualquier estúpido, Connor eligió a tu hermana porque a ti te veía como la niña de su vida, por eso dio su vida por ti.

Siento muchas lágrimas en mis ojos, Connor fue el bote salvavidas que me rescató, quién me mantuvo a flote, Tara es idéntica a Connor.

—Lo extraño, desearía poder abrazarlo una vez más, sentía que lo tenía de vuelta cuando veía a Tara, pero ahora la perdí.

—No lo hiciste, Emma, jamás vas a perder a Tara, ella va a protegernos, estoy seguro.

Asiento, pero duele no volver a verla, no poder abrazarla cuando lo necesite, quisiera llenar este vacío que tengo.

—¿Qué pasará con la banda?

Joshua suspira.

—Mackenzie sabe todo, la forma en que trabajo, por dónde atacamos, necesitamos reorganizar todo, ser una nueva banda.

Tomo su mano, hay algo que debemos hacer antes de eso.

—Viajemos a otro estado.

—¿Necesitas algo?

Asiento, necesito cumplir con un sueño, la última voluntad de Connor.

—Necesito ser tu esposa, pero si nos casamos aquí muy probablemente nos atrapen.

—¿De verdad?

Vuelvo a asentir, yo quiero que Joshua sea mi esposo, esa es la verdad, no quiero nada más que a él.

—Si, en la computadora tengo todos los papeles que necesitamos o simplemente podemos ir a las Vegas a casarnos.

—Suena bien... —Besa mi frente— espera aquí, amor, no tardó.

Joshua sale corriendo, se ve emocionado, nunca creí que hacer esto lo haría tan feliz, estoy perdidamente enamorada de mi querido Joshua.

Regresa con una caja negra en las manos, ¿qué está pasando?

—Emma Ally Kenet... —Se arrodilla frente a mí— ¿me harías el honor de ser mi esposa?

Abre la caja y veo un anillo de compromiso, ¿cuándo lo compró?

—No debiste comprar un anillo.

—No lo compré, era de mi mamá, me dijo que se lo diera a la mujer con la que quisiera compartir toda mi vida y la verdad es que esa mujer eres tú y siempre serás tú.

Tengo ganas de llorar, pero al mismo tiempo soy la mujer más feliz sobre la tierra.

—Claro que quiero ser tu esposa, Joshua, te amo...

Joshua coloca el anillo en mi dedo, me queda algo grande, pero es perfecto en todos los sentidos.

—Pronto dejarás de ser Emma Kenet, ahora serás Emma Johnson.

—Me gusta más tu otro apellido, pero comprendo tu odio hacia el. Estaré orgullosa de ser una Johnson.

Besa mis nudillos y sonríe.

—Te amo, eres la mujer más extraordinaria del mundo —Me carga en sus brazos—. Vamos a las Vegas, mi amor.

—Vamos por una nueva vida, Joshua.

La hija del coronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora