Planes

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Malo:

Apenas Emma se fue me tiré sobre la colchoneta, nunca había disfrutado tanto besar a alguien, si Mack me viera en estos momentos no dejaría de burlarse de mí.

Bueno, mejor no evito lo inevitable. Marco el número de Mack, espero que siga despierto, no termina el primer tono y él me responde.

—¿Si?

—¿Cómo van las cosas, Mack?

Escucho como algo cae al suelo, espero no sea el teléfono.

—Joder, Malo, estaba pensando en ti justo ahora, tu amiga en la policía me ayudó ayer a pasarnos capital, estamos planeando tu huida, pero será difícil ya que estas en una cárcel de extrema seguridad.

—No te preocupes por eso, CAE nos ayudará a burlar la seguridad —Me toco los labios de sólo pensar en ella—. Mack quiero saber lo que hiciste con la oficial en cubierto del museo.

Lo escucho suspirar.

—La maté, ¿tú sabías que Kenet tenía otra hija?

Siendo sincero, no, me enteré cuando Emma me dijo que mis chicos se la llevaron.

—Me enteré apenas, en cuanto salga tú y yo tenemos que platicar sobre eso.

—Suenas molesto, ¿CAE aún no te la chupa?

Me enojo de una manera irracional, no me gusta como habla de mi chica.

—CAE no es una de las prostitutas con las que sueles meterte, vuelve a hablar así de ella y no tendrás pene por el resto de tus días.

Escucho una carcajada, comienza a tocarme los huevos.

—Yo sólo digo que deberías aprovechar y pedirle una atención especial.

Eso colmo mi poca paciencia.

—Escuchame muy bien, Mackenzie, CAE no es una mujer para una noche, sabes, prefiero pudrirme en esta celda antes de dejar que tú me saques.

Le cuelgo el teléfono y le marco a Michael, espero poder contar con él. Me responde cuando el tercer tono termina.

—¿Hola?

—Michael, soy yo.

—Hola, jefe, ¿cómo lo tratan?

—Bien, tu amiga me ayuda en mucho.

—Perdón por no decirle que era Emma Kenet, se nota que odia a su padre y quería que la ayudes por eso lo oculté.

Suelto un suspiro, por desgracia lo entiendo y ahora odio a Kenet mucho más.

—Descuida, vamos a ayudarla, pero necesito que planes mi huida.

—Mack se está encargando de eso, ya consiguió a un hacker para liberarlo, sólo que aún no puede entrar al sistema.

En estos momentos no tengo ganas de hablar con Mackenzie, pero fue una excelente estrategia.

La hija del coronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora