Nuevas rejas

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Emma:

Al final el Malo y Mackenzie me dejaron acomodarme en la litera y volvieron a esposarme. Casi me da un infarto al ver al Malo tal y como es, con su ropa pegada y sin esos horrendos lentes.

Pero ha estado ignorandome por completo. Por ahora estamos viajando a quien sabe dónde, yo soy la única a la que no le permiten ir a la mini sala de esta cosa, me siento sola.

—Hola, Kenet.

Levanto la mirada y me encuentro con Derek Wilson, nunca lo creí culpable del homicidio por el que lo arreste, y no lo era, pero era narcotraficante y por eso tuve que mandarlo a prisión.

—¿Qué tal, Derek? ¿Disfrutas de esto? —Cruzo mi brazo libre por mi abdomen— Debes estar feliz de verme esposada.

—En realidad, no —Se sienta a mi lado—. ¿Aún me recuerdas?

Suelto una risita.

—Eres de los pocos que nunca olvidaré, no todos a los que me enfrento me dejan una cortada de diez centímetros en mi cuerpo.

Derek baja la cabeza, se me hace tierno.

—Lo lamento mucho, nunca...

Me rio con fuerza, ese hombre en serio es tierno.

—Descuida, no fue de gravedad —Juego con la esposa—. Me gusta la cicatriz que dejó esa herida, me recuerda que no soy como todos piensan, aunque también debo aplaudir tú gran habilidad con el cuchillo.

Derek suelta una risita, nunca creí que este hombre sonriera.

—Gracias por el cumplido —Toma mi mano—. ¿Por qué?

No estoy entendiendo muy bien su pregunta.

—¿Por qué, que?

—Lo de mis hijos, ¿por qué apoyarme con eso? Yo no soy más que un...

—¿Un criminal? —completo por él— Todos tenemos algo por lo cual dejaríamos nuestra moral a un lado, mírame a mí, dejé a un lado todo por lo que luché por seis largos años todo por él y mira como estoy —Se me hace un nudo en la garganta—. Dejé las rejas de Carlisle para meterme a las rejas del Malo, debí suponer que él nunca iba a amarme.

Derek toma con más fuerza mi mano.

—Escaparemos, te lo prometo.

Agito la cabeza, no quiero volver a esa vida, no quiero dejar a Tara aquí.

—Eres muy amable, pero prefiero quedarme aquí que regresar a las calles.

—¿Renunciarías a tu libertad por ese criminal?

Suelto el aire, es difícil de entender lo que yo vivo día a día por ser una Kenet.

—Pagaría cualquier precio con tal de no volver a ser una Kenet, así son las cosas, Derek.

Derek baja la cabeza derrotado.

—Bien, entonces me quedaré aquí a protegerte.

Sonrío un poco, me conmueve ver que al menos hice algo bueno por este hombre.

La hija del coronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora