Sala

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Emma:

Veo a mi criminal favorito sentado sobre la mesa de la sala de interrogatorios, estoy completamente enojada, le avisé para que escapara, pero aún así se quedó, lo último que quería era verlo en este lugar, no sé en qué está pensado, pero tengo que sacarlo de aquí lo más rápido posible.

—Nunca te había visto tan molesta —se burla Carlisle—, creí que haríamos de policía bueno, policía malo, pero tu humor te hará ser mala también.

—Él no es el Malo —digo lo más convencida que puedo—, lo uso de cebo.

—¿Por qué lo dices?

—Fue demasiado fácil de capturar, un criminal del tamaño del Malo no se dejaría atrapar tan fácil.

—Ya sé y tiene cara de nerd, me da un poco de pena, pero debe cantar sobre el Malo o conocerá la furia Kenet.

Tenso la mandíbula, lo odio con todo mi ser.

—No puedes obligarlo, podría darnos una declaración falsa y sólo perderíamos tiempo, no podemos hacer eso.

Mi padre suspira.

—Hazte cargo de la declaración, tal vez una chica linda logre sacarle la verdad.

No me gusta lo que insinúa.

—Su abogado llamó, no hablará hasta que él llegue —Me cruzo de brazos—. ¿En dónde está mi hermana?

Levanta los hombros, no le conviene hacerme enojar.

Uno de los oficiales llega todo golpeado y con la ceja partida, mi padre y yo lo vemos con intriga.

—¿Qué pasa, Niels?

—Algo salió mal, la banda del Malo robo la pieza —Se recarga en la pared claramente cansado—. Me dieron un mensaje para usted, coronel, dijo que jamás atraparán al Malo y que se pueden quedar con ese geek, que siempre puede contratar a otro nerd.

Mi padre golpea con fuerza la pared, me alegra que el Malo haya hecho eso, debió pedirle a alguien que dijera eso, realmente es un hombre muy listo.

—Eso no es todo —Lo veo expectante, quiero saber más—, se llevaron a Clara.

Mi cuerpo se queda sin fuerza, eso... mi hermana...

—Emma...

No dejo que Carlisle me toque, todo esto es su culpa. Me acerco al oficial.

—¿Tienes vídeos?

—Lo lamento, su padre era el único que tenía acceso a una cámara y sólo era el exterior.

Me giro a ver a Carlisle, mis dedos me hormiguean, deseo tomar el arma de este oficial y darle un tiro en la cabeza, mandó a Clara a una trampa mortal y no le importó.

—¿Por qué? —Lo encaro— ¿Por qué hiciste esto? ¿Por qué te gusta hacerme sufrir?

—Solo pensé en lo que era mejor para ti.

Le estrello la mano en la cara, que bien se sintió eso.

—Solo pensaste en ti y en tu maldita reputación, mira lo que conseguiste, un pobre chico al que usaron como archivo expiatorio, a mi hermana desaparecida y el Malo volvió a ganarte, él robo la pieza —Quisiera arrancarme el cabello de la frustración—. Más te vale encontrar a mi hermana.

Me giro y hago que mis zapatos hagan ruido, voy a matar a Carlisle si algo le pasa a mi hermana.

—¿A dónde vas? —dice molesto.

La hija del coronelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora