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Cuando Jihyo me llamó, explicando lo que había pasado, entré en crisis, dejé tirado todo el trabajo y me apresuré al hospital. Mina seguía durmiendo de forma pacífica, mientras le suministraban suero, odié verla en ese estado. Mina siempre había sido una persona demasiado brillante y alegre.

— ¿Qué es lo que tiene exactamente?— pregunté a Jihyo, pero la mujer negó, se veía cansada también.

—No quisieron decirme, sólo se lo informarán a un familiar, su madre llegará pronto; sin embargo, escuché a una enfermera decir que eran principios de anemia. Es muy probable, se ve más delgada. Estoy muy apenada, creo que le di demasiado trabajo, a pesar de que apenas estaba adaptándose a la materia. Lo sobrevaloré.

—No te preocupes, Mina siempre ha sido muy dedicada y responsable, aunque nunca había llegado a estos extremos. Y no la sobrevaloraste; hasta ahora, han ganado todos los casos que le has dado, incluso ganaron este, y fue porque Mina avanzó lo suficiente. Cuida de ella, iré a ver si me dicen algo.

Salí de la habitación y caminé hasta recepción, pero al igual, que Jihyo, sólo recibí respuestas evasivas. Pude ver a la madre de Mina caminar hasta donde estaba, ella me miró con desprecio.

—Vete, no tienes nada que ver aquí —me dijo tan pronto como la tuve enfrente. Sobre mi relación con Mina, sólo ella, Jackson y su pareja sabían, era obvio que la familia de Mina no me tenían en un buen estima. Pero yo no iba a irme, hasta saber que estaba bien.

—Estoy aquí, porque estoy preocupada por su hija, no me iré.

—No lo entiendes, todo esto es tu culpa, la única persona que le hace daño a Mina eres tú. Si de verdad te preocupas por ella, aprovecha lo que pasó y despídela, ella es demasiado orgullosa para renunciar por sí misma. Seguirá ahí, torturándose hasta que no pueda más.

—No voy a despedir a Mina, eso sería humillante para ella —mencioné molesta y con los puños apretados—. Mina se irá cuando ella quiera irse, no cuando usted me lo pida.

— ¿Eres feliz?, mirando a mi hija ser infeliz por ti, viéndola en ese estado, deja de ser tan egoísta y si ella no puede dejarte ir, déjala ir tú. No la detengas a tu lado. Ese puesto en el área penal, algo por lo que Mina tanto ha luchado, si nunca se lo hubieran ofrecido, ella ya habría buscado algo mejor en otros despachos.

—Nuestro despacho penal es el mejor de la ciudad.

—Exactamente, un puesto que no podía rechazar. Deja de hacerte la inocente conmigo. Siempre te aprovechaste de su amor, desde la universidad, la llevaste directo a la firma de tu padre y le ofreciste un trabajo, impidiendo que buscara y conociera otros lugares. Nunca dije nada porque ella era feliz, pero ahora ya no lo es, así que no me voy a quedar callada.

—Me pregunto qué pensaría Mina, si se entera que su propia madre la subestima como profesional, y cree que tiene un puesto por mí y no por su propio valor —dije, apreté aún más los puños. Hablaría con Mina más tarde, me di la vuelta y regresé a la habitación de Mina para despedirme de Jihyo, también tenía trabajo que realizar y no podía seguir perdiendo el tiempo.

Cuando Mina salió del hospital, le di tres días libres para que pudiera descansar. Ella por supuesto se negó, pero Jihyo le advirtió que le quitaría casos, si la veía en la oficina, por lo que aceptó a regañadientes.

No pensé que estaría en la boda, al menos eso esperaba, verla sería una jodida tortura, pero ahí estaba; haciendo su entrada triunfal, vistiendo un vestido rojo largo y de tirantes, con un maquillaje ligero pero, resaltando sus labios rojos y el c...

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No pensé que estaría en la boda, al menos eso esperaba, verla sería una jodida tortura, pero ahí estaba; haciendo su entrada triunfal, vistiendo un vestido rojo largo y de tirantes, con un maquillaje ligero pero, resaltando sus labios rojos y el cabello recogido con unos ligeros mechones cubriendo parte de su frente, también estaba usando unos aretes largos.

Era un atuendo llamativo, parecía que lo había escogido, para nada más y nada menos, que vengarse de mí. Fue jodidamente tentador.

Se sentó al lado de Jihyo y su familia. Fue difícil para mí volver a verla. Cuando la música empezó a sonar, dando inicio a la marcha nupcial, de repente el vestido blanco que estaba usando me empezó a asfixiar.

Kyungsoo se veía muy apuesto con su elegante traje blanco, su cabello era más corto que de costumbre y perfectamente peinado. Él era el sueño de cualquier mujer, menos el mío. Sonreí a los invitados mientras caminaba por la alfombra roja de la mano de mi padre.

No había a donde huir, mis ojos buscaron a Mina, sus preciosos ojos almendrados estaban clavados en mí. No pude desviar la mirada de ellos, incluso cuando me detuve junto a Kyungsoo en el altar.

Para llamar mi atención, tuvo que tomar mi mano. Finalmente lo miré y le sonreí, tratando de ser cálida.

—No te amo —susurré para mí misma, porque al parecer él no logró escucharme y nadie más lo hizo.

El resto de la ceremonia estuve vagando entre las palabras del sacerdote y mis recuerdos con Mina.

De vez en cuando trataba de encontrarme con su mirada, podría sentirla en mí, pero no podía verla. Cuando finalmente acabó y firmé, no pude besarlo como debía, sólo fue un choque de labios sin sentido y sin sentimientos.

Cuando volví a buscar a Mina, ella seguía en el mismo lugar, cruzada de brazos y de piernas, terriblemente seria, ¿No sabía quién estaba sufriendo más con esta boda?, si ella o yo.

Quise creer que ambas la estábamos pasando mal. El resto del día fueron presentaciones y felicitaciones estúpidas. La mesa de los regalos estaba repleta y los invitados iban de un lado a otro. La comida fue deliciosa y el vino exquisito.

Kyungsoo y yo bailamos varias veces. Yo trataba de sonreír todo el tiempo. Tenía que fingir que esto iba a salir bien, y que por la noche, yo iba a poder tener un orgasmo por él.

Cuando Kyungsoo admitió que estaba demasiado cansado para seguir bailando, se sentó en la mesa principal al lado de sus padres. Yo salí de la pista de baile y me alejé de todas las personas en busca de aire. Si me moría esa noche, sería lo mejor para mí, porque saber que nunca más iba poder estar con Mina sería morir poco a poco todos los días.

Miré a Mina, alejada de todas las personas y bebiendo vino sola, estaba de espaldas, pero ese vestido rojo y esa espalda era inconfundible. Caminé hasta ella y cuando sintió la presencia de alguien más volteó.

Pude ver claramente sus ojos empapados de lágrimas y la imagen fue desgarradora. Me apresuré hasta ella y la apreté contra mi cuerpo. Aferrándome a su espalda me negué a soltarla, mientras dejaba pequeños besos en su cara, en sus mejillas, en su preciosa nariz, en su frente y finalmente en los labios.

En ese momento, Mina respondió sin titubear, siendo tan vulnerable como nunca. La música seguía sonando con fuerza, Kyungsoo debía seguir con sus padres y los invitados bailando. Mina y yo nos encerramos en un cubículo de baño. No hizo falta palabras y el único sonido fue el roce de nuestros cuerpos mientras se volvían uno. 

Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora