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Cuando desperté, Sana y Jackson se aferraban a mí como si fuera un oso, ella del lado izquierdo y él del derecho.

Chaeyoung dormía de espaldas a lado de él, era temprano para que ellos se levantaran, pero yo estaba acostumbrada a levantarme antes que todos. Decidí ignorar eso y cerré los ojos. Era incómodo tener a dos personas aplastándome, pero no quería molestarlos, así que fingí seguir durmiendo.

Más tarde, fue la madre de Chaeyoung quien nos levantó diciendo que el desayuno estaba listo. Algunos más animados que otros se desplazaron hasta la cocina. No fuimos a casa inmediatamente, desayunamos, vimos otro par de películas más y finalmente nos despedimos.

Había sido divertido después de todo, pude relajarme y distraerme un buen rato, incluso planeamos lo que haríamos en otro fin de semana.

Cuando Doyeon me invitó a cenar por la noche, no pude negarme, era una reunión entre las trabajadoras, sólo mujeres, sabía que Nayeon iba a estar ahí, así que mi hermano insistió en que me pusiera mis mejores trapos.

Escogió pantalones ajustados y una camisa de seda roja, me maquilló poniendo un poco de sombra en mis ojos.

—Siento como si me arreglara para conquistarla —dije con pocas ganas, pero él negó una y otra vez.

—Te arreglas para que ella sepa lo que se perdió. Vas a verla, verte increíblemente follable, e ignorarla.

Sonreí porque sonaba más fácil decirlo que hacerlo, y así lo fue.

Nayeon se veía increíble, siempre lo hacía, era la mujer más linda que había conocido, podía hacerle competencia a cualquier actriz o idol del país, e incluso extranjeras. Su cabello estaba más largo que de costumbre y ligeramente ondulado. Me recordó al cabello de Sana, pero más corto. Lo que me hizo reír porque ambas mujeres eran muy bellas, pero diferentes al mismo tiempo, Sana esta mañana había despertado aferrada a mí como un oso, con una expresión infantil mientras dormía y el cabello alborotado. No podía imaginar a Nayeon de esa forma.

— ¿Qué te parece gracioso? —preguntó Jihyo, estábamos hablando del divorcio de uno de los clientes de Hyuna, era un tema aburrido, pero yo tenía una sonrisa en la cara.

—Nada, recordé una escena divertida. Me disculpo, no estaba poniendo atención —admití avergonzada y tomé un poco de vino. El resto de la noche fue así, aburrida y sólo hablando de trabajo. De vez en cuando me encontraba desviando la mirada a Nayeon y la encontraba viéndome. No había mucho que decirnos entre ambas, aunque fingiéramos que todo estaba bien, realmente no sabíamos nada de nosotras los últimos meses.

— ¿Y para cuándo los hijos Nayeon? —preguntó Jihyo y me congelé en mi lugar. El concepto de Nayeon con hijos me hizo querer vomitar; sin embargo, podía imaginarlo perfectamente, Nayeon y Kyungsoo felices, abrazado una niña o un niño. La niña a él y el niño a ella.

—Aún no pensamos en eso —tenía una expresión incomoda mientras hablaba—. Somos una pareja joven, queremos disfrutar más tiempo juntos antes de tener hijos, además Kyungsoo es un hombre joven e independiente, le gusta y disfruta su trabajo, un hijo ahora sería un problema.

—Es verdad, un hijo reduciría mucho el tiempo de ambos, tal vez no puedan trabajar como lo hacen ahora, pero traten de embarazarse antes de cumplir los treinta, después será más difícil —Jihyo insistía—. Tal vez ahora no lo creas pero tener un hijo es maravilloso, una vez que los tienes en tus brazos no los puedes dejar ir.

—Deberías pensar en eso a futuro también Mina —Hyuna me miró con atención—. Eres joven, diviértete todo lo que puedas y experimenta, en un futuro puedes pensar en estabilizarte.

—Gracias por el comentario innecesario Hyuna —hablé con evidente molestia, que no pasó desapercibida para Nayeon y Jihyo—. Pero tengo una vida estable ahora, estoy haciendo lo que quiero y lo que deseo. Los ideales de los demás no me importan.

—No me lo tomes a mal, pero debes pensar a futuro. También debes saber en las consecuencias para el despacho. No todo el mundo es de mente abierta.

Miré a Nayeon y a Jihyo con seriedad, y un poco de molestia, independientemente de lo que dijeran los demás, ellas eran mis superiores directas.

— ¿Pueden despedirme por ser lesbiana? —ellas negaron incómodas. Eso era todo lo que necesitaba saber. El ambiente se volvió terriblemente incómodo, tanto que mis demás compañeras de trabajo prefirieron no intervenir, solo tomaban vino mirándose entre ellas. Me harté de eso, me levanté y dejé unos billetes en la mesa.

—Es tarde, debería regresar a casa.

—Mina, nadie aquí ha intentado ofenderte —Nayeon intervino—. Algunas no saben lo que dicen. Sólo ignórala, eres responsable y trabajadora, no necesitamos saber más.

—Perdona mi imprudencia Mina, no volverá a pasar —Hyuna agregó, se veía incómoda y arrepentida, de todos modos preferí irme, después de todo, nunca tuve intenciones de cenar con ellas, lo hice por mera formalidad.

—Gracias, de todos modos es tarde y no debería seguir tomando si quiero manejar —hice una leve reverencia para despedirme y minutos después estaba subiendo a mi vehículo.

Apreté el volante y avance con velocidad, puse un poco de música, para relajarme. Después de unos minutos me di cuenta de que avanzaba en círculos y que no estaba yendo a ningún lado. Me molesté conmigo misma, una vez que me di cuenta, que me dejé afectar por sus comentarios.

Mi teléfono empezó a sonar y cuando vi la pantalla era Nayeon. Contesté.

—La reunión terminó Mina, ¿Te encuentras bien? —preguntó de forma cálida, me di cuenta de que estuve manejando sin dirección por más de una hora. Ni siquiera sé porque contesté, no es que quisiera escuchar su voz o sus intentos por consolarme—. Si necesitas hablar con alguien, siempre puedes contar conmigo.

Me recargué en el asiento, sonreía de forma patética y amarga.

—Lo que menos necesito en estos momentos, son los consejos de quien se casó con un hombre.

Nayeon sonrió irónicamente al otro lado de la línea, no esperé su respuesta y colgué. Miré mis contactos y busqué el número de Sana así que le marqué, sabiendo que era noche y que probablemente no contestaría.

"— ¿Pasó algo?"

Sonaba preocupada y me lamenté, ella no tendría porqué estar escuchando mis problemas existenciales, pero aun así me hablaba de forma amable.

—Estoy triste, necesito alguien con quien hablar de lesbiana a lesbiana.

Escuché una risa ligera y cálida.

"—Ven a verme, tengo chocolate caliente."

—Me gusta el chocolate, compraré un poco de pan.

No tardé mucho en llegar, pasé a una tienda de veinticuatro horas y compré algunos aperitivos, llamé a mamá y le avisé que no me esperara, que pasaría a ver a Sana y que no se preocupara por mí. Ella no parecía creerme, supongo que temía que estuviera con Nayeon, tampoco preguntó más y sólo me dijo que me cuidara.

Sana estaba en pijama cuando llegué, me hizo pasar y me dijo que me sentara en el sillón, había dos tazas con chocolate caliente ya servidas en la mesa de centro y estaba viendo una serie estadounidense en Netflix.

Sé sentó a mi lado y curiosamente no hablamos por un buen rato, ella miró el televisor y no intentó interrogarme, quería que hablara yo primero.

Después de varios minutos decidí preguntar: — ¿alguna vez te has sentido mal por no ser normal?

Sana sonrió sarcástica, se puso de pie y camino hasta ponerse pie frente al espejo de cuerpo completo, pegado en la pared, se miró una y otra vez, hizo poses ridículas presumiendo sus ligeros músculos que me hicieron reír.

—Soy perfectamente normal —dijo burlonamente. 

Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora