Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]

17

Ayudé a la madre de Chaeyoung a servir la comida. Había dos mesas acomodadas verticalmente en el jardín de su casa. Y como el clima no era el mejor, Chaeyoung y su padre colocaron una lona encima para evitar que nos mojáramos si llegaba a llover.

Los amigos de Chaeyoung no era muchos, aunque estar rodeada de futuros psicólogos, me hizo sentir abrumada, hablar con ellos incluso me daba un poco de miedo, pensando en que iban a sobre-analizarme. Pero mi hermano me hizo saber que era una loca, por pensar en eso.

Para Sana parecía que no había ningún problema, ella podía mezclarse entre ellos con normalidad. Tenía el don de caerle bien a las personas, incluso cuando era un poco molesta, no parecía que lo fuera.

Fue agradable, el ambiente era familiar después de todo. Todas las personas invitadas, eran exclusivamente conocidos, por lo que, aunque no fuéramos cercanos, podíamos hablar cómodamente.

Después del pastel, mamá insistió en que era hora de irse. Así que después de prometer que regresaría por la tarde a recoger a mi hermano, llevé a mamá a casa. Hablamos un poco en el trayecto, ella era buena escuchándome y me animaba todo el tiempo.

No podía hablar con ella de Nayeon, como lo hacía con mi hermano. Pero ella me conocía tan bien que sabía que yo aún no podía olvidarla. Aun así indirectamente me daba ánimos comentando cosas como: "No hay nada que no puedas hacer", "Las cosas van y vienen, el amor también es así"

En casa, miré un poco de televisión y cuando empezó a oscurecer decidí que era tiempo de ir con mi hermano.

Cuando llegué, el ambiente había cambiado, pasó de un ambiente familiar a algo que sería considerado: una bola de adolescentes tomando y contando sus penas e inseguridades.

—Tengo miedo de no encontrar un trabajo, quiero independizarme.

Mi hermano estaba acostado en el sillón de la sala y Chaeyoung lo abrazaba, demasiado juntos, no había forma de que ambos cupieran en ese pequeño espacio. Él estaba fumando y tomando y ella fumando.

Algunos de sus compañeros seguían aquí, algunos tratando de caber en los sillones, otros sentados en el suelo. Jennie estaba ahí pegada a su nuevo novio como una garrapata. Ella era, quién había hablado tan fielmente, la última vez que la vi, asegurando que el amor no existía. Me alegré por ella, al menos alguien estaba avanzando, mientras yo me quedaba estancada en los recuerdos del pasado.

Miré a la madre de Chaeyoung en la cocina, parecía que lavaba los trastes, ignoré a mi hermano y a sus amigos y fui con ella.

—Déjeme ayudarla a lavar los platos —ella me miró con una sonrisa y negó—. Mejor ayuda a Sana, está recogiendo la basura del patio, es tan responsable, ojalá Chaeyoung aprendiera de ella.

Sonreí y le indiqué que saldría, el jardín estaba alumbrado sólo por dos lámparas, por lo que la luz era un poco escasa. Sana metía la basura en bolsas negras.

Por lo que empecé a hacer lo mismo.

—Pensé que estarías en casa —dijo al verme.

—Vine por mi hermano, aunque no se ve en condiciones de irse.

—Absolutamente, nadie de ahí se ve en condiciones de irse —bromeó pero se tambaleó, por lo que no pude evitar reírme—, aunque yo tampoco estoy en condiciones.

— ¿No pensarás manejar así hasta tu casa?

—Me ofendes —fingió indignación—, soy una chica muy responsable, iré a casa mañana, me quedaré a dormir con Chaeyoung.

— ¿Dormirás con ella? —pregunté con una sonrisa ladina, inmediatamente negó avergonzada.

—No lo hagas sonar mal, Myoui Mina —dijo sonriendo al mismo tiempo que seguía avergonzada—, dormiré aparte, aunque no estaría mal.

Terminó guiñándome el ojo, por lo que reí, Chaeyoung era una mujer atractiva después de todo. Ella y Sana eran bastante similares, tenían un gusto por ejercitarse y adictas a los tatuajes, mi hermano igual pero sin tanto gusto por el ejercicio, me costaba mucho levantarlo de la cama para salir a correr por las mañanas.

— ¿Qué tipos de mujeres te gustan? —pregunté, después de todo no la veía saliendo con alguien como Chaeyoung. Podía adivinar que le gustaban chicas jóvenes y lindas, tal vez alguien como Dahyun.

—Las del tipo lindas, no importa como sea físicamente, siempre y cuando sea linda, ¿Y a ti?

No lo había pensado realmente, me gustaba Nayeon, había sido la única mujer que no salía en TV que me había gustado.

—Mujeres atractivas, elegantes y responsables.

Me miró y asintió de acuerdo.

—Te creo, te ves de ese tipo, de las que les gustan mujeres aburridas.

Estuve a punto de decir que Nayeon no era aburrida, pero me contuve. Decidí seguir limpiando y Sana tampoco dijo nada. Probablemente había visto el signo de dolor en mi mirada al pensar en Nayeon. Me preguntaba si algún día dejaría de amarla; a pesar de todo, seguía añorando cruzarme con ella en la oficina y mirarla. Aunque tenía que odiarla, no podía hacerlo.

Mi hermano se negó a irse, estaba bastante alcoholizado, que empecé a molestarme de forma hipócrita, porque a su edad, yo también tuve mis momentos de rebeldía.

—Quiero dormir en medio de estas dos bellas mujeres —dijo colgándose de los hombros de Chaeyoung y Sana.

Si intentaba llevarlo así como estaba a casa seguramente lloraría, y mamá se enojará con él. Decidí llamarla y pedir permiso por él para que se quedara, mamá no se escuchaba segura, después de todo mi hermano era un joven adolescente, alborotado y hombre.

—Se quedará otra chica, no creo que hagan nada malo madre.

"—Tal vez un trio, ya sabes cómo son los jóvenes, como los que pasan en la televisión, hacen cada cosa muy loca."

—Mamá, eso es en la televisión, la mayoría de los jóvenes no son así. Pero si te hace sentir más segura, me quedaré con él —mencioné invitándome sola, miré a mi hermano que chilló de felicidad y Chaeyoung alzó un pulgar en aceptación. Después de esas palabras, ellos dejaron de mirarme y pusieron atención al televisor.

No hablé más tiempo con mi madre, sólo le aseguré que mi hermano estaría bien. Si alguien se metía con él, así fuera Chaeyoung, se las tendría que ver conmigo.

Chaeyoung puso a calentar el suelo de la sala y colocó cuatro juegos de cama para que nos acostáramos. Encendió el televisor así que apenas y dormimos, fue un maratón de películas hasta las cuatro de la mañana.