15

743 96 7
                                    

Dahyun y Momo caminaban aburridas detrás de mí, cansadas de subir y bajar por las diferentes tiendas.

—Si yo fuera tú, sólo les daría dinero para que se compren lo que quieran —opinó Dahyun, no estaba en contra de ella, en realidad era lo más fácil que podía hacer, aun así prefería comprar un regalo porque sería más especial.

— ¿Qué tal un oso de peluche?

—Pero que cosas dices Momo, ella es una mujer, no una niña, además tiene estilo de criminal, no creo que un peluche le guste.

—Sólo estaba dando mi opinión, no me hables así —refunfuñó con un puchero. Antes de que ambas empezaran a pelear me coloqué en medio de ellas y pasé mis brazos por sus hombros.

—Vayamos a mirar las chaquetas, tal vez alguna le quede bien.

De mala gana, me siguieron a una tienda de ropa juvenil, había varias playeras con estampados que eran del estilo que usaba Chaeyoung. Cumpliría veintidós años, no iba a ser una gran fiesta, sólo una pequeña reunión en casa de sus padres con sus amigos.

Momo me mostró una chaqueta de mezclilla con estampados en la espalda, como se veía de buena calidad decidí escoger una, no podía perder más tiempo, después de todo pronto terminaría el horario de comida y todavía tenía que llevar a las chicas a comer.

Mientras pagaba mi teléfono sonó, le pedí a Dahyun que tomara mis cosas y pagara por mí, para poder contestar.

"— ¿Dónde estás?" —Sana preguntó, al otro lado de la línea.

—Buenas tardes Sana, estoy bien, gracias por preocuparte, estoy algo ocupada, vine a comprar una cosas y después iré a comer —escuché su risa divertida y rodé los ojos.

"— ¿Dónde comerás?"

—No lo sé, necesito consultarlo con mis chicas, ya sabes, todavía estoy en horario de trabajo.

"—Perfecto, entonces pregúntales y las espero afuera cuando termines de pagar"

Fruncí el entrecejo y miré a los lados. Encontré a Sana mirándome desde la sección de gorras. Me señaló la puerta y empezó a caminar hasta ahí.

—Si vamos a comer, tú pagas —avisé, colgué antes de recibir su respuesta. Dahyun ya había terminado de pagar y estaban entregándole la chamarra en una bolsa de papel. Ambas se acercaron a mí, así que empecé a caminar hasta la salida con ellas a mi lado, sintiéndome un poco egoísta le pedí a Dahyun que me entregara mis cosas para llevarlas—. ¿A dónde quieren ir a comer?

—Yo quiero pollo frito.

— ¿Y tú Momo?

—Lo que sea está bien jefa.

—OK, iremos con una amiga, espero que no les moleste.

Ambas se miraron entre sí, pero asintieron. Cuando Dahyun vio a Sana pareció emocionarse y se apresuró hasta ella.

—Sana unnie, que bueno verte —dijo, Minatozaki le sonrió y acarició su cabello como si fueran amigas. Al menos por Dahyun no habría problema.

Mientras comíamos y conversamos sobre el trabajo, me di cuenta que Sana era buena para escuchar, apenas y hablaba. Se dedicaba a poner atención mientras le explicaba algunas cosas, Dahyun siempre quería adelantarse y también hablaba, Momo lo hizo después de un rato.

Era un día nublado por lo que Sana vestía una sudadera que cubría sus tatuajes por completo, excepto los de sus manos, su cabello estaba ligeramente ondulado en las puntas, por lo que tenía un aspecto juvenil e incluso tierno.

En ese momento me di cuenta, que en realidad, ella era menor que yo, incluso más joven que mi hermano, pero contrario a Chaeyoung y él, Sana no iba a la universidad. Se dedicaba a los tatuajes y desconocía si tenía otro sustento económico. Jackson me había contado que era huérfana y que había vivido con su abuelo hasta el año pasado. Tal vez, era por eso que, a pesar de que Sana era sólo un par de años mayor que Dahyun y Momo, a ellas las trataba como a unas niñas.

Desde mi punto de vista, Sana y yo teníamos la misma edad mental, ella un poco más infantil, pero al mismo tiempo madura. Habíamos empezado a ser más cercanas, casi podía considerarla una amiga; sin embargo, sabíamos muy poco la una de la otra. Nuestras conversaciones se limitaban a mi trabajo, los tatuajes, y si habíamos visto el drama que se reproducía en la TV de paga.

— ¿En qué piensas? —me preguntó de repente mirándome a los ojos. Sana tenía una mirada penetrante, ojos cafés grandes.

—En trabajo, siempre pienso en trabajo.

—Que aburrida eres —dijo y por alguna razón me ofendí.

—Soy una mujer asalariada que trabaja 12 horas al día, no hay muchas cosas que pueda pensar.

Ella sonrió y miró a mis pasantes con aburrimiento.

—Debe ser difícil trabajar con ella, estoy segura que las está esclavizando.

Dahyun y Momo asintieron de acuerdo, en medio de risas burlonas. Me crucé de brazos y miré a otro lado, ¿Por qué estaban atacándome?

—Es broma, la jefa es buena con nosotras —le dijo Dahyun y sonreí más a gusto.

De regreso a la oficina, Dahyun había insistido en viajar con Sana, en la moto. Yo manejé en mi vehículo con Momo de copiloto. Ellas llegaron antes que nosotras, así que me reuní con Dahyun en la planta baja.

Había empezado a llover y no podía dejar que Sana se fuera con un clima así, se empaparía toda.

—Es por eso que siempre reviso el clima —regañé y se encogió de hombros—. Si no tienes algo importante que hacer, saldré en unas horas y te llevaré a casa. Claro, si no te molesta esperar, tengo una Tablet, puedes ver una película en lo que termino mi trabajo.

—Eres demasiado amable, no voy a morir de un resfrío si me voy ahora.

—Claro que soy amable, somos amigas después de todo.

Después de asegurar la motocicleta en el estacionamiento privado del edificio, subimos al elevador.

— ¿Segura de que no se enojaran, de que esté en tu oficina? —preguntó y se veía nerviosa, negué con la cabeza. Por el tipo de asuntos que trataba el departamento penal, las paredes eran de concreto, ni siquiera la verían. Y aunque lo hicieran, no estaba prohibido tener visitas siempre y cuando no estuviera un cliente.

—No pasa nada, además siempre podemos decir que eres un cliente —sonreí y ella lo hizo al mismo tiempo, Dahyun y Momo se contagiaron.

Para ser sincera, no pude avanzar mucho en el trabajo, llevar a Sana había sido una mala idea. De por sí Dahyun y Momo ya se distraían entre ellas y a mí también, con Minatozaki, la distracción aumentó. Como había dicho sólo estuve tres horas más en la oficina y salí, también como había prevenido, no había parado de llover. Primero llevé a las chicas a sus casas y finalmente a Sana.

—No quieres pasar —tengo unas cervezas.

Tuve que negar la oferta porque quería llegar a ver un drama con mi hermano.

—Será otro día —me quedé en el vehículo y me despedí con una sonrisa, mientras avanzaba, me di cuenta de que no había entrado a casa, se había quedado en la puerta hasta que mi coche dio la vuelta en la esquina. 

Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora