Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]

Final

—Tengo miedo —Mina susurró, su mano estaba temblando así que tomé la máquina para quitársela y la dejé a un lado—. Perdón, me da miedo lastimarte.

—No vas a lastimarme —susurré, me senté en la camilla y atraje a Mina hacia a mí, colocándola entre mis piernas—. Le pediré ayuda a Chae después.

Acaricié su rostro, admirando su belleza, sus pómulos, la nariz perfilada, sus lindos lunares.

— ¿Por qué te gustan tanto los tatuajes? —preguntó, mirando mis brazos, completamente llenos de tinta y diseños al azar.

—Sólo me gustan y ya, no hay nada en especial, algunos tienen significados, otros no; sólo me gustan. ¿Te molestan mucho?

Mina negó moviendo su cabeza.

—No me molestan, se ven sexys en ti, claro que en otro tiempo me hubieras asustado —sonrió tímidamente, pasando sus manos por mis brazos y después rodeando mi cuello, se alzó un poco y me besó.

La acerqué aún más a mí, mientras devoraba su boca con mi lengua, puse mis manos en sus glúteos, amasándolos y restregándola contra mí, podía sentir su pelvis chocando con la mía.

Cuando nos separamos, tratando de encontrar el oxígeno, Mina tenía en su rostro una expresión de placer y necesidad que me contagió, rápidamente ataqué su ropa para desvestirla, al mismo tiempo que bajaba mis pantalones y la ropa interior. Cuando estuvo completamente desnuda, luciendo una piel limpia, la aprecié, pasando mis manos por su esbelto cuerpo, nuevamente llevé mis manos a sus glúteos y la alcé, Mina pegó un brinco para ayudarme y quedar a horcajadas sobre mi regazo. Nuestros cuerpos se frotaban de forma preciosa y Mina me besaba como si quisiera devorarme, mientras invadía con mis dedos su interior, preparándola para mí.

En el momento en el que la acosté sobre la cama, para posteriormente descender con besos desde su cuello hasta su intimidad, cuando pasé mi lengua por su clítoris, jaló de mi cabello con fuerza, gimiendo y moviendo sus caderas al compás de mis embestidas con mis dedos. Lo habíamos hecho la noche anterior pero no había forma de que me cansara de ello.

Cuando Mina llegó al orgasmo, se giró invirtiendo las posiciones, ahora yo me encontraba debajo de ella.

—Me toca— dijo con su voz ronca por el deseo y fue lo último que escuché antes de que ella comenzara a dejar besos húmedos por todo mi cuerpo, mientras dos de sus dedos comenzaban a embestirme.

Todo el tiempo quería sentir el placer que sólo Myoui Mina, la persona a la que más amaba en esta vida, podía darme.

Muchas cosas habían cambiado. Usé el dinero del seguro de mi abuelo y el de la venta del local donde tenía mi negocio de tatuajes, para ampliar la casa. Se volvió de dos pisos. El despacho de Mina estaba en la primera planta, al lado estaba el de Chaeyoung.