Sabía que no era intencional de parte de Jihyo, pero estaba dándome más trabajo que de costumbre y más trabajo que a los demás compañeros penalistas.
Era obvio que este fue mi castigo por haber amenazado a Nayeon, pero estaba empezando a molestarme, porque el trabajo me tuvo en la oficina incluso los fines de semana. Además, más trabajo para mí, también era más trabajo para las chicas, quienes se veían evidentemente cansadas.
Cuando decidí que era suficiente. Jihyo llegó con un nuevo cliente, era un hombre de la tercera edad, dueño de una empresa de electrodomésticos que quería denunciar a su empleado por robo y necesitaba asesoramiento.
—Puede esperarme aquí —dije, el señor tomó asiento en el lugar que le había indicado y pedí a Dahyun que empezara a escribir los puntos básicos de la denuncia.
Salí de la oficina, y me dirigí a paso apresurado a la de Jihyo, ni siquiera toqué, abrí y entré azotando la puerta.
—Tranquila, ¿Qué es lo que te pasa? —preguntó haciéndose la desentendida.
— ¿Se puede saber qué estás haciendo? —Pregunté de regreso—. En las últimas dos semanas he atendido más clientes que el promedio y que todos mis compañeros, además no son casos complejos, son casos que sólo me quitan tiempo y no me dejan avanzar con los que son verdaderamente importantes porque se van a cumplir los plazos límites. ¿Quieres verme fallar?
Jihyo me ignoró, se ajustó sus lentes y volvió su vista a sus papeles.
—No quiero verte fallar, quiero que demuestres por qué estás aquí y que no me equivoqué a darte un lugar en esta área.
Me crucé de brazos indignada, había trabajado como una mula y ella no podía siquiera insinuar que no estaba conforme con mis resultados.
— ¿No lo he demostrado ya? Todo el tiempo que he estado aquí. Más de medio año y sigues dudando de mis capacidades. No me subestimes, sabes que puedo hacerlo incluso mejor que tú si nos enfrentamos en un juzgado. Sé que no eres tú el problema —aclaré, ya cansada de tantos rodeos—, así que dile a Nayeon que no me rete, porque no me voy a quedar de brazos cruzados.
Jihyo rodó los ojos.
—No sé qué problemas tengan ustedes, pero dejen de meterme en sus asuntos, realmente solo estoy siguiendo órdenes de arriba, lo único que puedo esperar de ti, es que lo hagas bien y le demuestres a Im que puedes con eso y más.
—Entonces no te metas y déjame trabajar en paz —advertí antes de salir azotando la puerta.
Los días siguientes, mis clientes disminuyeron a prácticamente ninguno, en una semana. Lo que me hizo querer golpear a alguien.
Momo y Dahyun incluso se asustaron cuando grité: "¡La quiero matar!"
Estaba cansada de todo, más que el desgaste físico, era el mental el que no me podía dejar tranquila.
Kyungsoo entró a mi oficina una tarde antes de que iniciara la hora de la comida.
—Mina, ¿crees que podamos hablar por la tarde? Quiero invitarte a comer.
—Está bien, no tengo casi nada de trabajo —acepté y dije con ironía.
— ¿Quién te está haciendo pasar un mal rato? —Preguntó, si tan sólo él supiera.
—Nadie, son las consecuencias de los actos.
Kyungsoo me miró cálidamente, de forma dulce y al mismo tiempo lastimosa.
—Si es Nayeon, no dudes en decírmelo, le daré un sermón si tú me lo pides.
Él realmente era un ignorante, un chico bueno, que no merecía ser amado a medias.
—Te lo diré —sonreí amablemente y regresé mi atención al trabajo, preguntándome, porque me había invitado a comer, sólo nosotros dos. ¿Acaso él sabía sobre mi relación con Nayeon?
Mi teléfono sonó y eso provocó que distrajera mi mente de terribles suposiciones. El nombre de Sana aparecía en la pantalla.
"Ven a mi casa esta noche, preparé lasaña y necesito una opinión sincera, Chae y Jackson vendrán"
Sonreí al ver su mensaje y me asusté de mí misma, dejé el teléfono de lado inmediatamente y me concentré en el expediente que estaba leyendo, sin confirmar mi asistencia.
Cuando llegó el momento de la comida, le di dinero a las chicas para que se compraran algo y bajé por Kyungsoo, él ya estaba listo, sólo estaba guardando algunas cosas en los cajones de su escritorio, nos despedimos de Sehun y prometimos que la próxima vez, iríamos los tres.
Kyungsoo escogió un restaurante especializado en pastas. No era mi comida favorita, pero era más elegante que ir a comer pollo frito. Aunque Kyungsoo no era quisquilloso con la comida pero parecía que esta vez se trataba de un tema serio.
Comimos un rato, en completo silencio y diciendo una que otra cosa trivial, él parecía incomodo. Finalmente después de casi media hora, parecía que quería hablar.
—Lamento robar tu horario de comida, es sólo que, necesito un consejo sobre Nayeon, ustedes son amigas así que debes saber que le gusta, ya sabes, el tipo de chicos que le atraen y como son en la cama. ¿Alguna vez comentó algo?
Casi escupo mi bebida, lo miré con los ojos saltones porque su pregunta me había sacado de mi orbita.
—No, no somos tan cercanas como para saber que le gusta en la cama.
Mentí, no podía ser yo quien le dijera que le gustaban las mujeres, él se encogió de hombros, apenado, parecía que iba a llorar. No dijo nada y de un rato a otro, las lágrimas comenzaron a salir.
—Es sólo que, no soy feliz —admitió en medio del llanto–. El matrimonio no es como yo creí que sería. Sé que fue algo apresurado y forzado pero creí que si me esforzaba, saldríamos adelante.
— ¿Nayeon es mala contigo? —pregunté, asustada de que estuviera siendo maltratado.
—No, para nada, ella es muy linda, no es muy cariñosa, pero es amable y atenta, parece que quiere hacerme feliz, pero no me toca y no me deja tocarla; han sido contadas las veces en las que hemos hecho el amor, ella siempre se pone de espaldas y nunca me mira a la cara.
Pronto se detuvo, aguantando el llanto y sintiéndose avergonzado.
— ¿Estás bien? —pregunté, sólo porque no sabía que decir. Tampoco quería enterarme de la vida sexual de Nayeon con su esposo. Eso era un poco doloroso.
—Lo siento, no sé porque te estoy contando esto a ti, creí que como son amigas lo sabrías. En realidad, creo que ella ama a alguien más.
Dijo y sacó del bolsillo de su saco un par de collares. Dos accesorios de pareja baratos, pero con mucho de nuestros sentimientos en ellos.
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Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]
FanfictionDejar ir a las personas, es más difícil de lo que parece y sin embargo totalmente necesario. Myoui Mina es una abogada dedicada a su trabajo, mantenía una relación secreta para muchos con Im Nayeon, hija del CEO del despacho jurídico para el que tra...