Encontrarme con Nayeon fue un shock a mi estabilidad emocional. Nuestros ojos se cruzaron y me obligué a desviar la vista, fingiendo poner atención a mi teléfono celular. Cuando el elevador se cerró y empezó a ascender, se acercó a mí y me tomó por los hombros, antes de que pudiera hacer algo me besó.
De nuevo, mi boca se sentía como si quemara, mi cuerpo se volvía débil y me entraban muchas ganas de llorar. ¿Cuándo iba a ser el día en que yo dejara de amarla?; fue ella quien me soltó, fue ella quien escogió otro futuro sin un "nosotras". ¿Por qué seguía aferrándose a mí de esa forma?
La empujé con todas mis fuerzas y me limpié la boca.
— ¿Te volviste loca? —pregunté molesta—. ¿Qué crees que haces?
Me miró como si la loca, fuera yo, parecía no entender que ya era una mujer casada. Me hizo enojar más, Im Nayeon había arruinado nuestro amor, me había dejado por un hombre, por el éxito y el dinero. La mujer frente a mí, había roto mi corazón y seguía rompiendo los pedazos, como si buscara hacerlos polvo.
—Yo, yo creí que...
—Que sería tu amante. Fue un error que no voy a volver a repetir, jamás vuelvas a pensar eso de mí. Respétame y no vuelvas a tocarme, no me mires de forma lamentable, ni trates de volver a besarme.
— ¿Ya no me amas? —se atrevió a preguntar.
— ¡Te amo!, ¡No quiero amarte, pero te amo! —grité, tratando de aguantar las lágrimas. La mujer que pensó que yo sería su amante, no las merecía—. ¡No quiero pensarte!, ¡estoy cansada de anhelar por tu amor!, ¡Quiero olvidarte!, !No puedo hacerlo! —Traté de tranquilizarme y respiré hondo—. Todavía no te olvido, pero te olvidaré. No voy a amarte toda la vida.
Ni siquiera había llegado a mi piso, pero cuando las puertas del elevador se abrieron salí, caminé rápido y decidí subir las escaleras. Nayeon no me siguió, así que puede relajarme.
Odiaba verme tan vulnerable. Le había dicho muchas cosas que me parecían frustrantes, pero que eran ciertas. Sabía que yo misma estaba torturándome, y que nadie más que yo era la culpable de mis propios sentimientos. Traté de eliminar estos sentimientos de mi cuerpo, y me ahogué en un mar de trabajo los siguientes meses.
Dicen que el tiempo lo cura todo. No había nada más falso que eso. Yo seguía amando a Nayeon como el primer día, a pesar de que ya había pasado medio año desde su boda. Me había dado cuenta que jamás iba a olvidarla, que jamás borraría nuestro amor de mis memorias; sin embargo también, me había dado cuenta, que aún con dolor, podía seguir adelante.
—Dahyun, Momo, hoy iremos al reclusorio. Avisen a sus padres que llegaran tarde por favor.
Ambas jóvenes asintieron bastante animadas, era su primera vez para ellas ya que no tenían permitido el acceso, más que a familiares y abogados, pero había podido conseguir un permiso del director del reclusorio para que las dejara pasar.
Momo era mi nueva pasante y con Dahyun siempre eran demasiado ruidosas. Con el tiempo mi sueldo aumentó pero tenía que pagar las comidas de ambas, así que no sentí un cambio verdadero en mis quincenas. A pesar de todo me sentía más cómoda trabajando en el área penal. Jihyo también estaba muy contenta con mi trabajo y solía invitarme a reuniones, que aparentaban ser cumpleaños y fiestas, pero sólo hablábamos de asuntos laborales.
Después de la reunión, con el reo a quien iba a defender en la próxima audiencia, le pedí a Momo que buscara los fundamentos legales para una apelación y a Dahyun algunos formatos. Esa tarde no salimos a comer por estar trabajando, pero mandé a pedir pizza y refrescos, por lo que no se quejaron.
Por la noche, llevé a las chicas a sus casas, primero a la de Momo saludé a sus padres, su madre incluso nos invitó a cenar, y fue tan insistente que no pudimos negarnos. Era una mujer encantadora que siempre estaba preocupada por su hija, le pedía a Dahyun que fuera su amiga y que la ayudara a ser más sociable, por lo que Momo se veía avergonzada y cubría su cara con sus manos.
Finalmente dejé Dahyun en casa de sus padres. De nuevo, sólo estaba el personal de servicio, pero Dahyun nunca perdía la sonrisa, siempre trabajaba de forma perfeccionista y diligente. Una vez que terminara la carrera, Im le había prometido a sus padres una plaza de trabajo en su despacho en el área familiar, después de que estos invirtieran en la firma. Nayeon seguramente, una vez que fuera nombrada la directora, cumpliría con lo que su padre había prometido.
Antes de llegar a casa, me desvíe al consultorio de Sana para recoger a mi hermano. Al parecer había decidido realizarse otro tatuaje, de último momento y quería que lo llevara a casa.
Toqué la puerta y Sana no tardó en abrir, tenía puesto un pijama ridículo de color azul con imágenes de Sailor moon. No había día en el que no me sorprendiera. Debajo de todos esos tatuajes, músculos definidos y apariencia peligrosa y coqueta; se encontraba una joven demasiado amable.
—Debes verlo, es una obra maestra, el mejor tatuaje de todos los tiempos —mencionaba emocionada.
Fui hasta mi hermano, él estaba llorando con la espalda descubierta. El tatuaje era precioso, Jackson siempre había optado por pequeños tatuajes en diferentes partes de su cuerpo que se veían al azar. Este tatuaje en comparación cubría toda su espalda. Era algo como un soldado samurái. No entendía porque había decidido hacer algo como eso. Pero él tenía sus propias manías y gustos, yo sólo tenía que aceptarlo tal y como era, rebelde y precioso.
Mi madre y Jackson, eran las personas de mi vida.
— ¿Qué tal se ve? —Mi hermano preguntó, aún con más emoción que Sana—. Toma una foto y envíamela.
—Se ve increíble, tal vez si pagaría por él.
Al parecer, esas palabras de mi parte, fueron la mejor aprobación del trabajo realizado, porque Sana me abrazó con fuerza por la espalda.
—Es lo más hermoso que has dicho hasta ahora, te haré un treinta por ciento de descuento si quieres uno.
Me soltó y empezó a guardar las herramientas de trabajo. Jackson y yo reímos al mismo tiempo, siempre hablaba de darme un veinte por ciento de descuento, era la primera vez que me ofreció un treinta por ciento. Aun así rechacé la oferta.
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Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]
FanfictionDejar ir a las personas, es más difícil de lo que parece y sin embargo totalmente necesario. Myoui Mina es una abogada dedicada a su trabajo, mantenía una relación secreta para muchos con Im Nayeon, hija del CEO del despacho jurídico para el que tra...