—No pudiste vestir más discreta —le dije cruzándome de brazos.
En respuesta, Sana aventó su cigarro al suelo, recargándose en la motocicleta que había pasado de un color amarillo a un negro, no era un color llamativo pero le quedaba bien a ella; pisó con su bota el cigarro y se cruzó de brazos.
—No voy a fingir ser alguien que no soy, sólo para venir a verte.
—Tienes razón, olvídalo —acepté a regañadientes—. ¿A dónde iremos? A unas cuadras de aquí hay varios lugares para comer.
— ¿Has ido a greenbasket? —preguntó, ese era el lugar donde Nayeon y yo solíamos comer; también fue el lugar donde terminó conmigo—. Me gusta la comida que venden ahí, podemos ir a preguntar que tienen.
Iba a negarme, pero al final asentí. No podía censurar todos los lugares que me recordaran a Nayeon, si lo hacía, jamás la superaría. Minatozaki me pasó el casco de repuesto y me lo coloqué, subí a la motocicleta después de ella y me aferré a su espalda.
Mientras nos íbamos, pude ver las figuras de Nayeon y a Kyungsoo mirándonos cuando nos alejamos. Me pregunté si Nayeon todavía me amaba. Si le molestaría que yo subiera a la motocicleta con otra mujer y me aferrara a su espalda.
Si ella sufría un poco de lo que yo lo hacía. Tal vez no me sentiría tan miserable. Muy en el fondo necesitaba saber que no me había olvidado. Y que el dolor era mutuo.
Finalmente, después de firmar los papeles de la compraventa, y de que me entregara el ticket del depósito, regresé a la oficina. Iba a pedir un taxi pero Minatozaki había insistido en llevarme y no pude negarme.
Cuando bajé, le entregué el casco y ella lo ató a la motocicleta.
—Entonces nos estaremos viendo —dijo y asentí. No había razón para ello, Sana Minatozaki no era mi amiga, era amiga de mi hermano y Chaeyoung. Aun así estaba segura que no sería la última vez que nos veríamos. Esperé hasta que se retirara y subí a mi oficina.
Medité sobre esa tarde, Minatozaki no era una mala chica. Comía y bebía como las personas normales, incluso había pagado por la comida, aun cuando yo la había invitado.
Cuando regresé a la oficina, Dahyun estaba terminando de ordenar todo, así que, como había prometido le pagué el efectivo y ella sonrió animada diciendo que le compraría trajes a sus avatares. Se despidió minutos más tarde y yo me quedé trabajando hasta que la noche llegó.
Necesitaba con urgencia ponerme al día, no quería decepcionar a Jihyo, así que me quedé estudiando la mayoría de los casos; cuando me di cuenta eran las dos de la mañana.
Llamé un taxi y mi madre me dio un sermón cuando llegué a casa. Advirtiéndome que mientras viviera en su casa tenía que avisarle cuando iba a llegar tarde.
Le di un beso en la frente para tranquilizarla y rápidamente me metí a bañar antes de acostarme.
Había sido un error creer que por cambiarme de departamento, iba a dejar de ver a Nayeon. Seguía encontrándomela en la sala de descanso, en las oficinas, en la bodega de papelería y otros lugares.
Mientras acomodaba mi cabello frente al espejo, ella se lavaba las manos. Fui la primera en huir, caminé hacia la puerta, pero Nayeon tomó mi brazo antes de que pudiera seguir avanzando.
— ¿Necesitas algo? —pregunté, sólo el toque de su piel me hacía arder y ponerme ansiosa.
— ¿Qué es lo que estás haciendo últimamente?, la mujer de ayer, no se ve confiable Mina.
Sonreí, por supuesto que Sana no se veía confiable, se veía como una criminal o una drogadicta. No necesitaba que nadie me lo dijera, mucho menos Nayeon.
—No es tu asunto lo que yo haga, no tienes por qué meterte en mi vida privada.
Nayeon pareció comprender y me soltó.
—Estoy celosa —admitió para mi sorpresa—. No me gusta verte con otras mujeres.
Entonces reí como una desquiciada y Nayeon me miró desconcertada. Al menos había comprobado que nuestros sentimientos eran mutuos, ella me amaba igual que yo a ella.
— ¿Qué crees que siento yo cuando te veo con Kyungsoo?
Nayeon no respondió, me atrajo hasta ella y me besó, fue un beso demandante, que me obligaba a abrir la boca y corresponder. Su mano se colocó en mi cabeza y jaló de mi cabello. No pude hacer nada para apartarla, amaba a esa mujer más que a mí misma.
Lloré mientras correspondía a su beso, rodeé su cuello con mis brazos y me pegué más a ella. Im Nayeon era como una droga para mí. Cuando el aire nos hizo falta y tuvimos que apartarnos, la realidad me golpeó.
Quise golpearla por besarme y hacerme sentir vulnerable, pero me iba a ver como una ridícula, pues había correspondido a ella. Me limpié las lágrimas y volví al lavabo donde empapé mi cara con agua, para entrar en razón.
—Te amo.
—También te amo —admití—. Pero no voy a perdonarte por no haberme escogido. Sigue amándome mientras lo besas y le haces el amor si quieres, pero yo no voy a hacer lo mismo.
Sequé las manos con mi ropa y salí del baño con velocidad. Me sentía tonta y estúpida, cuando llegué a mi oficina, Kyungsoo estaba ahí, esperándome. Me mostró una tarjeta blanca con detalles dorados.
—Es oficial, la boda será en dos semanas —él se veía feliz, quería decirle que Nayeon no lo amaba y que jamás lo amaría. No lo hice, al contrario, sonreí y lo abracé, mientras tomaba la invitación. Incluso le deseé felicidad. Él parecía que quería llorar.
Los días siguientes, me hundí en mi trabajo. Volviéndose mi único consuelo, como si los papeles a mi alrededor pudieran personificarse y tomaran mi mano antes de caer a un pozo oscuro.
Estudié y leí, escribí en mi computador como una adicta al trabajo, apenas durmiendo o comiendo. Todo estaba bien, todo estaba bien, mientras no pensara en ella.
Finalmente dos días antes de la boda de Nayeon, me derrumbé y me desmayé en medio de una audiencia.
Un capítulo más a petición de FANYX100
Disfruten su fin de semana :)
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Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]
FanfictionDejar ir a las personas, es más difícil de lo que parece y sin embargo totalmente necesario. Myoui Mina es una abogada dedicada a su trabajo, mantenía una relación secreta para muchos con Im Nayeon, hija del CEO del despacho jurídico para el que tra...