Quería creer que todo estaba bien entre Sana y yo. Pero habían pasado casi tres semanas y seguía sin responder mis llamadas, mensajes o abrirme la puerta cuando iba a su casa.
Aproveché el tiempo libre, no sólo para trabajar, sino también para aumentar mis consultas con Chaeyoung. Descubrí que la terapia podía ser una buena amiga, me encantaba.
Sin embargo, eso no evitaba que no me preocupara por Sana. Realmente la amaba y todo el tiempo estaba pensando en ella, siempre estaba en mi cabeza y me urgían las ganas de verla.
Chaeyoung, no intervenía en nuestra relación, ni opinaba, para mantener su ética profesional. Aun así me dio sólo un consejo: que le diera su espacio.
¿Cuánto tiempo más?, ¿por qué Sana no quería verme?
Nayeon vino a verme varias veces, la mujer a la que una vez amé, solo me daba lastima. Parecía que creía que sí íbamos a volver cuando se divorciara.
Hoy no fue la excepción, aprovechó que Dahyun y Momo estaban en exámenes y salieron temprano para venir a mi oficina, Im tomó mi mano con suavidad y la acarició de forma tierna.
—Los últimos días han sido un desastre. Mis padres están muy enojados conmigo, Do planea retirar sus acciones y eso afectará mucho a la firma —dijo, y no esperaba otra cosa, el divorcio de Nayeon y Kyungsoo traería muchas consecuencias para la firma.
Me imaginaba que para cubrir las pérdidas, harán recorte de personal y esperaba no salir afectada. Le había dado muchos años de mi vida a este lugar. No tenía otro a donde ir, ni la voluntad para buscar otras opciones.
—Kyungsoo no ha vuelto a insistir con que le diga el nombre de tu amante, él realmente cree que tienes uno.
—Eso es bueno.
—No Nayeon, no lo es, él ha estado muy silencioso y tranquilo, ¿Qué hombre a punto de que lo dejen lo está?
—Mina, realmente no tienes que preocuparte. Lo tengo todo controlado, él no puede probar nada y si sigue molestando, sabe que hará el ridículo.
—Entonces, él sólo debe aguantarse y firmar. Que horrible es el mundo de una persona a punto de divorciarse, incluso un poco peor que ser homosexual, si estás en el closet, puedes vivir bien, como tú.
—Mina —Nayeon soltó mi mano, por fin—, no empieces, sabes que para mantener todo esto así tiene que ser.
—Entonces, aunque te divorcies, seguirás ocultando al mundo que eres lesbiana, ¿realmente crees que quiero vivir así contigo?
No pensaba volver con ella, ni en mil años, mucho menos en esas condiciones. Estaba cansada de las migajas, y eso, también incluía a Sana, independientemente de que estuviera soportando la pérdida de su abuelo, eso no significaba excluirme de su vida.
—El amor también es sacrificio.
Declaró Nayeon y asentí. Pura mierda. Estaba de acuerdo en que el amor es difícil, a veces tienes que cambiar algunos aspectos para que funcione, pero si solo uno hacía sacrificios; sólo uno cambiaba; sólo uno luchaba por mantenerlo a flote; entonces, eso no era amor.
Cuando Nayeon salió de mi oficina, tomé mis cosas y las guardé en mi portafolio. No tardé en bajar al estacionamiento y subir a mi coche.
No tenía planeado ir a buscar a Sana. Quería que ella lo hiciera primero, cuando me necesitara o estuviera interesada en verme; sin embargo, estaba cansada de esperar por ella, a que se dignara a llamarme o se interesara por saber de mí. De nuevo, era yo la única luchando y aunque sabía que no era la misma situación que con Nayeon. Y que sería muy idiota, que a estas alturas, empezara a comparar a ambas mujeres, sentía de nuevo, que era la única luchando.
Iba a ver por mí misma, aunque fuera considerado egoísta. No tardé mucho en llegar a la casa de Sana, había oscuridad en su mayoría, pero la luz de su habitación me indicaba que estaba en casa.
Toqué frenéticamente, una y otra vez, la llamé, casi rogándole, incluso pensé en amenazarla con nuestra relación.
Me senté en el piso y puse música a todo volumen, quería que ella supiera que estaba dispuesta a pasar la noche ahí, aunque no me abriera.
Después de media hora, me subí a mi coche, para refugiarme del aire frío, no lo puse en marcha, me quedé estacionada afuera de su casa. Sana tenía dos opciones, o abría la puerta o le llamaba a las grúas. Esperaba que fuera la primera.
Después de aproximadamente tres horas, mis ojos comenzaron a cerrarse, pero la puerta de la casa de Sana se abrió. Ella llevaba su pijama puesta, parecía que no se había bañado en días. Caminé hasta pararme frente a ella, tenía un cigarro en la mano, y su aliento a humo me golpeó con fuerza.
Aún más, el olor que salía de la casa. Entré y miré con melancolía, el aspecto del lugar donde habíamos compartido tantos momentos juntas, era horrible.
— ¿Qué es lo que pretendes? Morir, es eso.
—Por supuesto que no.
— ¡¿Entonces qué es toda esta mierda Minatozaki Sana?! —grité y dejé salir una mala palabra, la primera frente a ella, pero estaba tan enojada, tan desilusionada de mi novia, que no medí mis palabras ni pude tranquilizarme — ¿Hace cuánto no te bañas?, ¡Ni siquiera te has visto en un espejo!, ¡Te ves lamentable!
—Mi abuelo murió.
— ¡Y sólo porque tu abuelo murió estas destruyendo tu vida, nuestra relación, tu cuerpo!
—No grites, por favor, me duele la cabeza. No seas molesta.
Traté de tranquilizarme, también me dolía la cabeza. No quería estar aquí, con esta Sana a la que no podía reconocer.
—Está bien, no voy a molestarte.
Suspiré profundo, pasé mis manos por mi cabello y avancé a la puerta. Antes de salir, agregué:
—Creo que es mejor terminar. Entiendo que tu abuelo haya muerto y que sea tu única familia, pero, no estoy preparada para ver cómo te hundes, ni estoy preparada para sufrir de nuevo. Espero no te enojes por mi decisión, al menos tengo bonitos recuerdos de ti.
—Mina, no tienes que hacer esto —Sana mencionó y se acercó a mí, quería abrazarme. Me aparté rápidamente.
—No quiero estar cerca de alguien que se está destruyendo a sí misma. Si realmente quieres salvar lo nuestro, ven a mí cuando te hayas bañado y no apestes a cigarro.
Finalmente salí y cerré la puerta, no voltee atrás. Ni para comprobar si me seguía, ni para escuchar alguna respuesta. Tampoco lloré. Al menos no hasta que subí a mi vehículo y me alejé varios metros de la casa de Sana.
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Quédate con él [Adaptación Minayeon/ 2na]
FanfictionDejar ir a las personas, es más difícil de lo que parece y sin embargo totalmente necesario. Myoui Mina es una abogada dedicada a su trabajo, mantenía una relación secreta para muchos con Im Nayeon, hija del CEO del despacho jurídico para el que tra...