Ha transcurrido ya casi una semana desde la última vez que se puede decir que tuve vida social, mi cena con Campbell o más bien, mi encuentro con ese hombre, Adam Fustter; y aquí estamos, otro día más de trabajo, estoy algo ansiosa, iré al Hospital Universitario Austral, ahí están los sobrevivientes del accidente. No quiero adelantarme a los acontecimientos, sé que están en estado delicado pero por lo menos necesito saber quienes son, algún dato o información que me permita abarcar en la investigación a más profundidad. El día apunta ser horrible, las nubes grises comienzan a cubrir el cielo y por precaución saco mi paraguas; el invierno torna a su fin y da paso a la primavera por lo que se comienza a notar ligeros cambios en la atmósfera. Visto con pantalón blanco, sudadera negra y botas de mismo color; hoy no me esforcé por vestir alegre, el día no es para eso. Me adentro en el hospital y da grima, la sala de urgencias está llena de gente triste, llorosa y bagando por lo rincones, algunos dormidos en el quinto sueño y otros con ojeras hasta la boca; tener familiares o amigos en un hospital saca lo peor de ti. La sala es enorme, con piso de granito, paredes blancas y un gran buró de secretaría donde espero ser atendida.
—Buenos días señorita —habla una mujer de rasgos asiáticos.
—Hola, mire, soy amiga de Steve Collins, uno de los sobrevivientes del accidente aéreo —miento sacando mi actriz interior cuando se humedecen mis ojos —, no es necesario verlo, sé que están en estado delicado, pero usted...podría llamar a uno de sus doctores, necesito saber algo de él —sollozo y la respiración se me dificulta.
—Sí, señorita, ahora mismo veré que puedo hacer por usted —habla dulcemente.
—Muchas gracias.
Seco las lágrimas que dejé caer y veo como hace una llamada por teléfono.
—Enseguida vienen.
—Gracias —sonrío con agradecimiento pero con tono triste.
Continúo sollozando apoyada en el buró y definitivamente soy muy buena en esto. No me gusta mentir pero en estos casos es imprescindible; mi profesor de la universidad decía que un periodista tiene que ser multifasético. Saco mi agenda y comienzo a escribir todo lo que tengo hasta ahora, he escuchado la grabación del segundo representante de la aerolínea hasta que se ha quedado más que grabada en mi mente, por esas razones si la información es certera tendrá que coincidir con lo que averigüe hoy, por más mínimo dato que sea.
Las piernas me cansan y volteo para tomar asiento, pero tropiezo con alguien que lleva mi agenda y bolígrafo al suelo, verdaderamente la gente de este país no sabe por donde van. Levanto la vista para cantarle las cuarenta a quien sea que no miró por donde caminaba, pero no puedo, me quedo sin habla, sus ojos azules no tardan en impactar con los míos, no los despega y ya comienza a sentirse incomodo.—¿Acaso nunca miras por donde andas? —digo con molestia.
—Perdona —se agacha a recoger mis pertenencias.
No digo nada, solo lo observo, trato de interponer distancia pero mi cuerpo aclama que lo toque.
Sí Olivia, quieres volver a sentirlo.
Hasta mi conciencia es pervertida y tal vez pensarán que es algo cínico de mi parte obsesionarme de esta manera con alguien a quien no conozco y apenas me ha tocado, pero tiene algo que engancha. Me extiende las cosas caídas al suelo y las tomo con rapidez guardándolas en mi bolso.—¿Acaso siempre nos vamos a encontrar así? De golpe, por sorpresa —su voz gruesa activa la alarma de seducción.
—Tranquilo, fue mera coincidencia.
—No creo.
—Por supuesto —suelto con ironía.
Me doy la vuelta dejándolo con la palabra en la boca y tomo asiento lo más lejos posible de donde nos encontramos. Todo es tan rápido que me cuesta procesar que me acabo de tropezar con Adam, trato de distraerme con el móvil pero no puedo, mis ojos lo buscan y lo encuentro hablando con la misma asiática que me atendió a la entrada. Lleva una camisa de mangas largas negra que se le ajusto a su ancha espalda y unas piernas fornidas y bien marcadas a través del pantalón, su cabello casi negro toma rumbo algo desordenado y a cada rato pasa su mano sobre él acomodándolo.

ESTÁS LEYENDO
Euforia +18
RomanceUn pasado traumático unido a la llegada de un hombre hecho para marcar la diferencia, suelen ser factores que influyen en la vida de Olivia Burque. Ella no ama, no siente y tampoco se esfuerza en ello, su único objetivo es vengar la muerte de un ser...