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No me costó nada encontrar un vuelo con destino a Londres en las primeras horas de la madrugada así que ya al amanecer estaba entrando en mi nueva casa. La verdad es que no quería volver a verlo, en realidad no quiero verlo nunca más. Me juzgó como si literalmente estuviese loca, aunque estoy consciente de que nada de lo que siento es normal ni lo más correcto, pero aun así habló como si necesitara ayuda médica, aunque me negué a recibirla tras la muerte de Ihnoa. Justo por eso nunca quise contarle mi historia a nadie y no me cansaré de decirlo, no sé cómo terminó ese álbum ahí y la verdad es que con el desespero de irme de ese apartamento eché las cosas en cualquier maleta.

Karol continúa dormida y lo sé por el silencio de la casa, solo siento las patas del estúpido perro raspar la losa. Todo está perfectamente ordenado, como si hubiésemos vivido aquí siempre, ha acomodado los muebles y adornos de una forma ideal y la verdad es que sé que mi amiga es especial para la decoración. Entro al cuarto de baño dejando las maletas en la habitación, al rato siento como el agua caliente me empapa el cabello y trato de que con ella se esparzan por el suelo de la bañera todos los pensamientos negativos que durante años he intentado retener, pero que en apenas una noche han surgido de forma exponencial. No estoy enfadada con él, en cierta parte hasta puedo llegar a comprenderlo, pero a fin de cuentas nadie hace lo mismo conmigo. Nunca he sido partidaria de depender emocionalmente de la opinión ajena y pese a lo ocurrido preferí hacer oídos sordos a comentarios absurdos que no aportaban nada a mi vida y reconstrucción mental, no obstante de forma inconsciente esperaba algo diferente de él. No quería aceptación, solo comprensión, pero a falta de ambas sencillamente prefiero borrarlo de mi memoria, con Adam comenzaba a sentir cosas que ya ni recordaba y ese nunca fue mi objetivo con un hombre, así que aquí acaba algo que nunca comenzó. Que se meta su opinión y sus juicios por donde le quepan porque sé que mi forma de pensar y de sentir no es la más correcta pero es la más sincera, y eso, muy en el fondo me hace sentir orgullosa de mí misma.
Salgo del cuarto de baño y una vez en mi habitación comienzo a desarmar la maleta guardando el puto álbum en lo más hondo del armario, no quiero saber nada de ellos por ahora, no es necesario verlos para pensarlos. El perro viene encima de mí a dar brincos como si fuese un canguro y es que creo que Karol recogió en la calle a un conejo y no a un perro. El sonido de las puertas corriéndose para abrirse me hace mirarla y tiene su cara de acaba de levantar con ese poco entusiasmo que la caracteriza al amanecer. No habla, solamente se balanza a abrazarme lanzándome a la cama.

—¡No seas brusca! —le reprocho.

—Te extrañé mucho —me llena la cara de besos y es aquí cuando me harto.

—Ya no seas empalagosa —la echo a un lado con sutileza y ella se queda acostada mirando como ordeno.

—¿Qué te pasó? —pregunta y lo hace porque me conoce lo suficiente.

—Le dije —soy directa.

—¿Qué le dijiste? —se sienta de inmediato cruzando las piernas.

—Todo —la miro para que entienda el significado.

—¿Pero por qué? —mantiene la calma.

—Parece que metí el álbum de fotos en la misma maleta que me llevé y ayer lo vio.

—¿Y?

—Preferí decirle a mentirle, no sé en qué estaba pensando —le resto importancia.

—¿Y qué dijo? —pregunta y yo solo enarco una ceja soltando una ligera sonrisa sarcástica para que entienda que todo se fue a la mierda.

—No es tu culpa que haya ocurrido todo eso.

—No reaccionó así por lo que pasó, sino por lo que tengo en la cabeza todavía.

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⏰ Última actualización: Aug 24, 2023 ⏰

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