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Se encontraba nervioso, ni siquiera sabía cómo había llegado a tal decisión. Chan le había hecho cambiar, era muy obvio.

¿Desde cuándo tenía la necesidad de ser tan... así?

Vestía un top negro junto con unos pantalones a la cadera, nunca supo que tales cosas le quedaran fenomenal, quizás porque nunca tuvo la oportunidad de probarse tales prendas.

Su idea era simple, tratar de llegar lo más lejos que pueda con Bang. No lo obligaría a nada, solo esperaría a que caiga rendido a la tentación, tendría que planear eso con más detalle pues no tenía algo concreto aún.

Ya cena consistía en un pollo al horno decorado con algunos vegetales. Siempre fue bueno cuando se trataba de cocinar, era algo que le apasionaba desde niño. Recordaba cuando lo hacía con su madre y hermanas a quienes tuvo que dejar por la beca que le habían otorgado.

Dejó los hermosos recuerdos de lado volviendo a su realidad, esa que ya no le aterraba como antes. Era alguien distinto, no tenía porqué temer a lo desconocido.

El sonido del timbre le hizo pegar un pequeño salgo, ya estaba allí la persona que lo calentaba en demasía. Peinando sus cabellos se acercó a la puerta a pasos precisos, la seguridad salía de sus poros cuando se trataba de Chris.

— Buenas — Saludó apenas abrió la puerta, manteniendo una media sonrisa encantadora.

— Hola Lix — Dijo de igual manera, no pudo evitar pasar su vista por todo el cuerpo del pequeño, se había sonrojado — ¿Puedo pasar?

El pequeño corrió su cuerpo de la puerta y le dedicó otra sonrisa que lo volvió loco. — Pasa tranquilo — Respondió.

La tensión era mucha en el ambiente, cualquier mínima cosa que pase haría que los dos exploten. El mayor estaba sospechando las intenciones del rubio, no sabía disimular el pobre, estaba realmente tentado de la risa.

Felix era escandaloso, caminaba moviendo las caderas exageradamente y dejaba caer utensilios al piso para elevar su trasero, era el colmo nada funcionaba.

— Perdón por la tardanza, no sabía que vendrías tan temprano — Comentó poniendo dos copas sobre la mesa —¿Tomas vino?

— Me ofende la pregunta — Rio bajito.

Ya en la mesa, se dedicaron hablar sobre su día. El rubio no separaba los ojos de los suyos mientras hablaba con tranquilidad, no sabía como lo hacía ya que él estaba sumamente nervioso ante Lee.

Sus papilas gustativas degustaron aquél platillo digno de un cheff, sumamente exquisito y delicioso como quien lo había preparado, sin dudas sus habilidades en la cocina eran maravillosas.

El vino pasaba por su boca una vez ya terminado todo, dándole hidratación a su cuerpo cansado. A veces quería tirar todo a la basura y concentrarse en otra cosa mucho más relajante en vez de ser tan codiciado en la industria. Quizás de esa manera habría tenido mucho más tiempo para sí, pero no se hubiera encontrado a Felix y ese era un problema.

— ¿Qué piensas? Te veo algo distraído — Preguntó el menor ladeado su cabeza dándole un aspecto tierno, muy al contraste con las ropas que portaba esa noche.

— Nada interesante la verdad — Murmuró revolviendo el líquido dentro de la copa — La comida estuvo deliciosa, me gustaría volver a probar algo así.

Lee sonrió muy agradecido por sus palabras, siempre le subía el ego con sus hermosos halagos, sabía perfectamente como hacerlo. Muchas veces intentó hacer lo mismo, pero no encontraba algo que decirle, algo que realmente necesite.

Se levantó de la silla y se posicionó trás el muchacho sentado, quizás algunos masajes eran el remedio a su cansancio, pura satisfacción para sus músculos trabajados.

Sus manos se movían con delicadeza sobre sus hombros y parte de la espalda, escuchando suaves quejidos por los nudos que se le habían formado de tanto trabajar. Ojalá algún día tenga un descanso de verdad.

Oh~ Tienes unas manos maravillosas — Halagó en un suspiro, realmente necesitaba de ellas.

El pequeño siguió su trabajo mientras acercaba sus labios al oído contrario, finalmente sacando la desbordada confianza que se le había sido otorgada.

— Se hacer muchas cosas con ellas ¿Quieres ver? — Le susurró gustoso, sintiendo al mayor tensar su cuerpo.

Solo rio, no debía sobrepasarse con alguien tan perfecto como él. Chris sentía que no era nadie a su lado, lo veía inalcanzable.

La secundaria fue una etapa dura para Bang, más por su aspecto físico. Aún perduraban aquellos traumas causados por niños sin mentalidad formada. La falta de autoestima era su cicatriz.

Aún teniendo a Felix tan cerca sentía que no era momento, tenía que mejorar muchas cosas de sí mismo. El rubio jamás notó su existencia más allá de unos simples trabajos en conjunto, y ahora era su centro de atención a cada rato.

Admitía que estaba felíz de tenerlo como amigos, pero su cuerpo y mente deseaban mucho más que una amistad. Le había gustado por mucho tiempo, esos sentimientos seguían al día de hoy.

Las suaves manos recorrían su espalda adolorida con habilidad, casi como un profesional en ese arte tan placentero. Cada apretón liberaba su estrés de la forma más tranquila posible, simplemente arte.

— Chris ¿Puedes quedarte ésta noche? — Le susurró el menor con segundas intenciones, obviamente no podía negarle tal propuesta.

— Claro, después de todo es muy tarde para irme solo — Contestó a ojos cerrados, muy sumido en los placenteros masajes.

Besos fueron depositados en su nuca, sabía lo que vendría. Lee estaba tentando a pecar, era demasiado obvio por sus acciones y manera de hablar, ya lo había vivido en aquella videollamada.

El tacto desapareció como humo, le había resultado extraño pero más extraño el hecho de que el pequeño se sentara un sus piernas, una a cada lado de sus caderas.

— Channie — Llamó meloso, sumamente ido de sí mismo por la presencia del más alto.

— No podemos, tú mismo dijiste que olvidemos todo lo que pasó ¿No es así? — Murmuró acariciando los tensos muslos del menor.

Ambos rostros estaban a milímetros de distancia, estaban realmente tentados a realizar cualquier tipo de cosas. Las respiraciones se sentían tan cercanas al igual que los labios que apenas rozaban.

— Olvida lo que dije, realmente quiero hacerlo — Dijo en un jadeo involuntario.

— ¿Cuántas cosas debo olvidar, Lix? — Volvió a preguntar aún más cerca de sí.

— Todo menos lo de ahora — Finalmente terminó su pacto con un beso totalmente descontrolado.

Bang estaba totalmente ido de sí, a pesar que no querer adelantar las cosas todo se le estaba yendo de las manos con el pequeño devorando su boca como la más deliciosa miel del universo.



Cyber Lover 〃ChanLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora