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Krist se dio un rápido vistazo en el espejo compacto antes de entrar al restaurante de lujo, se ajustó su camisa blanca y arregló su saco negro. Él vio al hombre sentado junto a la mesa que estaba cerca de la cocina y coincidía con la foto en su mano.

Tenía gafas, su pelo no era muy corto, pero tenía una pequeña calva en el tope de su cabeza, no era nada guapo y estaba en sus sesenta o más

Krist quiso irse corriendo hasta que recordó que le estaban pagando 900 dólares por una cena y una obra de teatro las dos cosas serían alrededor de tres horas. Nunca confiaba en la mayoría de estos hombres por lo que jamás usaba su nombre real con ellos, tenía que ser demasiado cuidadoso.

Caminó con confianza como siempre lo hacía hasta la mesa donde su cita lo esperaba.

-¡Hola Oak! Soy Arthit- dijo ofreciéndole la mano.

Oak se levantó de su asiento, le dio un débil apretón de mano, luego se secó las palmas húmedas en los pantalones.
-Wow, ¿Te ves hermoso? Aquí siéntate -dijo acomodándole la silla.

El hombre mayor lo ayudó a sentarse y algunos de los comensales se quedaron mirando a la extraña pareja en el caro restaurante. Era un lugar agradable con temática japonesa. Mientras Krist miraba alrededor el restaurante una mujer parecía disgustada y reprendió a su marido por mirarlo fijamente.

-Así que Oak, quisiera conocerte más, ¿cuéntame algo sobre tí? - dijo tomando un pequeño sorbo del vino tinto que le habían servido.

Oak miró hacia la mesa antes de volver a mirarlo a los ojos. -Bueno, he trabajado en bienes raíces durante unos diez años con mi esposa... uh, quiero decir...

-No me importa que estés casado solo somos, "amigos".

El hombre le dio una sonrisa nerviosa -Bien eh, como dije antes trabajamos en inmuebles durante mucho tiempo y ahora solo estoy viviendo la vida. Ella, siempre está fuera de viaje con su primo haciendo Dios sabe que, a veces se van por semanas. A mi me gusta jugar al golf...

Desde ese momento Krist supo que esa sería una noche larga con el hombre cegato y cornudo.

A la mañana siguiente después de haber pasado tres horas insoportables con Oak, depositó su cheque en su cuenta bancaria

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A la mañana siguiente después de haber pasado tres horas insoportables con Oak, depositó su cheque en su cuenta bancaria. Descansó en su cama cubierta de sábanas de satén color fucsia en su lujoso apartamento en el centro de Bangkok, miró su agenda en su celular para comprobar sus siguientes actividades.

La cena y el baile con Jimmy Karn deberían ser alrededor de 700 dólares y la cita en el bar con Frank Thanatsaran y amigos debería ser alrededor de 600 esta noche.

-Perfecto -se dijo a sí mismo.

A los 22 años, Krist, se hizo un nombre en el mundo de los escorts de Bangkok. Sus precios eran competitivos, pero era bueno en lo que hacía.

Comenzó a cobrar mil dólares por hora en un mínimo de tres horas por cita y tarifas especiales solo por la cena. Rara vez tenía relaciones sexuales con alguno de sus clientes y cuando lo hacía, cobraba más de tres mil dólares como mínimo, más extras por cosas pervertidas y siempre debía haber protección.

El sexo no era la parte importante para él y prefería mantenerse a sí mismo. Tuvo suerte en lo que hacía y nunca necesitó un proxeneta, estaba orgulloso por no haberlo tenido nunca ya que se reservaba todas sus ganancias, su seguridad era igualmente crucial.

La investigación siempre fue imprescindible, a veces entrevistaba a algunos hombres en un lugares públicos y se aseguraba de que supieran de antemano lo que pasaba. Luego los rastreaba un poco más para asegurarse de que no estuvieran haciendo nada ilegal a sus espaldas.

Krist no sabía que en su vida le gustaría algo como ese trabajo. Cuando dejó la universidad después de solo dos años, no sabía qué hacer con un título en negocios a medio terminar, pero era muy bueno con los números. Entonces, durante los siguientes dos años comenzó a ser acompañante e hizo las cosas en sus términos y creó un negocio lucrativo.

Decidió separar el trabajo del placer, pero cometió el error de salir exclusivamente con uno de sus clientes, Krittanai. Él tenía más o menos su edad y las cosas iban bien al principio, pero seis meses después de la relación comenzó a golpearlo. Le había roto las costillas, lo dejó todo magullado y ensangrentado por los golpes recibidos eso ocurrió una noche luego de una de sus citas con un cliente, Krist ya no lo quería ni en el negocio, ni en su vida.

Cuando presentó la denuncia a en su contra desapareció. Aún tenía pesadillas, le aterrorizaba y le tenía mucho miedo a Krittanai.

Se encogió de hombros ante los recuerdos cuando pensó en lo sucedido, ahora atesoraba más su vida y trataba de cuidarse.

La bulliciosa ciudad de Bangkok se movía fuera de la ventana del condominio de gran altura donde vivía, mientras él extendía los brazos estirándose para ir al baño. Se miró su cabello desordenado en el espejo y lo amarró en una pequeña coleta en la parte superior, se lavó los dientes y limpió su suave rostro como de costumbre con un limpiador facial.

Se vistió cómodamente e hizo su caminata diaria. Era una hermosa mañana de verano cuando caminó hacia Playground Bakery en Silom Road, la panadería era cerca de su apartamento. Se puso en la fila e hizo su pedido habitual de un café, un croissant y una leche rosa para llevar, mientras esperó con su teléfono en mano.

-Estoy emocionado de verte esta noche XOXO -Prem Chanagun le había enviado un mensaje de texto.

Krist miró el mensaje de besos y abrazos probó su café antes de responder -Nos vemos esta noche.


xx

Espero que esta nueva historia les guste ❤️✨

𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora