❤️15🖤

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Singto detuvo el movimiento, se levantó de su asiento cerrando la puerta de la oficina. Caminó de regreso a Krist mientras mostraba una palpitante erección. Krist se bajó el pantalón que tenía puesto y el pequeño bóxer hasta dejarlo alrededor de sus tobillos y sentarse sobre el escritorio.

El hombre mayor admiró la vista de sus piernas abiertas a ambos lados de su escritorio, en una posición que dejaba descubierto su agujero mojado para él. La idea de follarlo de nuevo hizo que su corazón diera un vuelco de emoción.

Krist le dio una mirada traviesa mientras deslizaba su mano hacia su propia polla y comenzó a masturbarse lentamente. Verlo tocarse a sí mismo fue muy excitante, la expresión de éxtasis en su rostro y ver como luego movió sus dedos y se sumergían en su agujero mojado hizo que él quisiera follarlo aún más.

Cuando Krist quitó sus dedos, se los ofreció y él los lamió para limpiarlos, con los ojos fijos en el jóven seductor.

Dio un paso más hacía él y sus labios se encontraron, su boca se arrastró hasta su oído y susurró...

-¿Te importa si ya nos ponemos un poco rudos?.

Krist arqueo sus caderas insinuando que ya estaba listo.- Podemos hacer lo que quieras solo fóllame.

Singto se colocó en su entrada húmeda y lentamente se abrió camino hacia adentro mientras Krist echaba la cabeza hacia atrás y trató de mantenerse callado mientras Singto puso una mano alrededor de su cuello mientras lo follaba fuerte.

Krist exhaló fuertemente cuando lo penetró por completo pensando que fue más brusco y rápido que antes, pero le encantó. Su agarre alrededor de su cuello se apretó, obligándolo a mirarlo mientras lo follaba.
Los sonidos obscenos de la polla que entraba y salía del agujero llenaron la habitación silenciosa y sus gritos ahogados en sus manos lo excitaron aún más.

Krist no estaba seguro de que hacer con esto, pero se sentía tan malditamente bien que pensó que podrían cortarlo en ese mismo momento y no sangraría. Su cavidad se ajustó y se envolvió alrededor de su polla mientras se sentía que se corría casi sin tocarse, sus fluidos llegaron sobre su pecho y su vientre. Singto soltó la garganta que tenía en su agarre, acomodó al chico aún más al borde de su escritorio, pata levantar sus rodillas y así lamer el resto del semen de su polla y su orificio.

Krist juró que puso los ojos en blanco cuando hizo eso, se sentía tan crudo, en el buen sentido, mientras Singto le frotaba el trasero con sus manos, cuando pasaba la lengua de atrás hacia delante, un sonido lo interrumpió.

Hubo un fuerte golpe en la puerta y ambos se quedaron paralizados por un momento. Bright estaba llamando a Singto desde el otro lado.

-Señor lo necesitan en la planta baja.

-Mierda - Singto susurró guardó su polla aún dura luego de correrse cerrando así la cremallera de su pantalón.

Miró a Krist que parecía como si hubiera sido atropellado por un autobús, tirado sobre su escritorio, levantó la mano para protestar, pero Singto negó con la cabeza.

- Está bien bebé, que espere - dijo mientras el chico se arreglaba rápidamente. - Te comeré el culo con calma más tarde.

Krist terminó, le dio un beso antes de irse para prepararse para la cita con su nuevo cliente.

Varias horas después esa noche tenía una cita con Mike Chinnarat a las 9 de la noche en un restaurante de comida coreana tradicional de nombre Kyung Bok Kung en el área de Wattana

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Varias horas después esa noche tenía una cita con Mike Chinnarat a las 9 de la noche en un restaurante de comida coreana tradicional de nombre Kyung Bok Kung en el área de Wattana. Mientras Krist estaba en la cita con él cliente, su mente a veces se distraía pensando en lo que había pasado en la oficina de Singto.

Habían pasado unas horas y ya echaba de menos su toque, la forma en que lo miraba y lo cuidaba siempre lo hacía sentir seguro. Y la manera en que lo hizo correrse fue ...

-¿Escuchaste lo que dije, Arthit? -dijo Mike desde el otro lado de la mesa.

Krist negó con la cabeza e intentó -Oh, lo siento, ¿Puedes repetirlo?

Mike suspiró fuerte y señaló el menú. -¿Qué quieres de postre? Tenemos que llegar al casino en veinte minutos.

Krist frunció el ceño y se negó a mirar el menú. -Solo tomaré el helado de fresa.

El camarero negó con la cabeza y se apresuró a regresar a la cocina, regresando poco tiempo después con un pequeño tazón del postre frío.

-Lo siento - Krist se disculpó empujando el flequillo de su cabello detrás de su oreja. -Ha sido una semana larga yo ...

Mike lo señaló con el dedo.
-Silencio, come tu postre para que nos podamos ir ya de este lugar.

Krist vaciló mientras doblaba su cuchara contra el helado suave y casi se sintió culpable por comerlo. Él le estaba cobrando por esta noche para cenar, ir al casino con sus amigos y besarse, pero Mike estaba un tanto agresivo. Siguió tratando de convencerse a sí mismo de que solo tenía que pasar esta noche y estaría libre para ir a Pattaya.

Antes de que siquiera pudiera ponerse su abrigo para afrontar la fría noche de otoño, Mike lo estaba sacando del restaurante, llevándolo a rastras de camino al auto. El agarre fuerte que tenía en su brazo lo asustó y Krist luchó alarmado por salir de este.

-Mike detente -dijo Krist, tratando de alejarse del hombre.

Al llegar al auto el hombre lo empujó, luego lo agarró de la cabello, tapando su boca para que no protestara o gritara, abrió la puerta del pasajero tratando de que entrara.

-Maldita puta con un demonio sube al auto, no me importa lo que tengas decir ahora mismo, no quiero escucharte decir una sola palabra, llevo tiempo diciendo que vamos a llegar tarde, te estoy pagando 2,000 por tus horas de servicio y hasta ahora no me has dado lo que ofreces.

Krist forcejeó con él para sacarse de su agarre cuando de repente alguien golpeó a Mike por la espalda cayendo al suelo. Cuando Krist vio quienes eran se sorprendió al acordarse de ese par de hombres que había conocido en el bar más temprano ese día, inmediatamente supo que eran White Nawat y Captain Chonlatorn los hombres de la seguridad de Singto.

-¿Jóven Perawat? - dijo White mientras Captain golpeaba al hombre nuevamente que se estaba despertando -¿Está bien?

Krist tardó un momento en recuperar el aliento mientras se apoyaba en el auto. - Sí... sí, estoy bien.



xx
Después de una tarde de sepso caliente pasa este mal rato.

𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora