Krist comenzó un negocio de escort por cuenta propia y tuvo éxito, ahora vive cómodamente, sin tener la necesidad de un proxeneta que se quede con sus beneficios.
Un día por azares del destino en una de sus citas Krist conoce a Singto Prachaya, pero...
Semanas después la pareja estuvo de paseo por la playa, pasaron un tiempo relajados mirando el vaivén de las olas. Krist tuvo los deseos enormes de comer sushi y Singto pidió gran cantidad de otros clases de mariscos.
Al atardecer el más jóven se quejó de que no se sentía bien y que su comida estaba en mal estado, la cual le había causado dolor abdominal y vómitos. Fueron a la sala de emergencias a causa de su malestar pensando que se había intoxicado .
El Dr. Pawin, médico de turno le realizó un examen físico y envió a Krist al área de laboratorio para que le realizaran algunas pruebas de sangre. Un par de horas más tarde le hicieron entrega al doctor de los resultados, la pareja fue llamada y pasaron al consultorio. El doctor miró todas las pruebas confirmando la noticia de que no estaba intoxicado si no de un positivo a embarazo. Fue un sueño hecho realidad para la pareja y tiempo más tarde planearon un parto en casa.
Al comienzo del embarazo de Krist fue duro con todos los malestares, ya para el quinto mes se sentía como si pesara ciento cincuenta kilos, pero por suerte le había quedado su traje de novio. La boda fue realizada en la casa de Singto con los amigos más allegados entre ellos los jefes y sus parejas todo marchó en calma y gran fraternidad. Ohm los abrazo y felicitó por su unión y no hubo ningún pormenor con su esposo Nannon.
Al mismo tiempo luchó porque Singto no podía estar a su lado en las citas médicas, pero él hombre solucionó eso. Tenia algunos tipos que podían quitarle el rastreador del tobillo solo por unas pocas horas, pero él lo aprovechó al máximo a pesar de la desgana de Krist.
-Estos son los dedos de las manos -dijo la ecografista mientras movía el instrumento en círculos alrededor del vientre de Krist -Y aquí están los dedos de los pies.
Krist sonrió con alegría cuando las fotos de la ecografía aparecieron en la pantalla. -Esto es tan surrealista.
Singto giró la cabeza para poder limpiar las lágrimas en sus ojos.
-Oh, no llores cariño - le dijo Krist - vas a ser un gran padre.
La ecografista limpió el instrumento. -He visto muchos papás emocionados pasar aquí, vi a un padre desmayarse la semana pasada después de ver a sus quintillizos en la pantalla, yo también hubiese llorado. Les daré un momento, recuerda recoger las fotos cuando salgan.
Krist se giró hacia Singto después de que la ecografista salió de la habitación. -¿Estás bien?
-Estoy bien créeme, estoy feliz - exhaló. -No puedo creer que vaya a ser padre primerizo casi en mis cuarenta.
-Estarás bien, nosotros estaremos bien porque estamos juntos y basta de mencionar la edad no pareces tener cuarenta.
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Después de la cita con el médico, ellos estaban caminando por la esquina hacia el estacionamiento cuando lo vieron y el detective Itthipat apoyado del auto de Singto.
