Krist comenzó un negocio de escort por cuenta propia y tuvo éxito, ahora vive cómodamente, sin tener la necesidad de un proxeneta que se quede con sus beneficios.
Un día por azares del destino en una de sus citas Krist conoce a Singto Prachaya, pero...
Krist se pasó la mañana haciéndose la manicura y pedicura con Gulf en su lugar favorito, Take Care Salon. Estaban completamente felices mientras sus pies se encontraban empapados en agua caliente.
-¿En qué estás pensando? -Krist se giró hacia Gulf.
-Creo que mi papá sabe sobre Singto.
Gulf arqueó una ceja. -¿Qué te hace pensar eso? ¿Te dijo algo?
-Ha estado explotando mi teléfono con llamadas, no le he contestado y estoy nervioso por verlo -Krist suspiró, admirando sus pies. -No estoy seguro de como se lo tomará.
-Bueno, tu papá es mayor, pero no es que él te vaya a repudiar ni nada, se enojará, pero se tranquilizará luego.
-Eso espero. -Krist se cruzó de brazos antes de exhalar. -Oye, se que he estado ocupado últimamente y lamento que no hayamos podido pasar el rato como solíamos hacerlo.
-No te preocupes. - Gulf se rio entre dientes. -Tengo exámenes próximamente, así que, ya sabes que estaré entre libros.
Krist también sonrió y admiró los logros de su amigo. -Serás abogado en poco tiempo, necesitamos más de nosotros en la ley. Los abogados como tú cambian el mundo.
-Se que es cierto - dijo Gulf mientras tomaba un sorbo de su bebida. -Y luego cuando me convierta en congresista, lo primero que haré es trabajar para legalizar el trabajo sexual.
Krist asintió y tomó un sorbo de su jugo que estaba en la mesa cercana. -Eso sería asombroso, necesitamos más protección del gobierno y las fuerzas del orden.
-Entonces, ¿Cómo es follar con un chico en una cita, luego ir a casa y follar con tu hombre? Gulf dijo en voz baja. -¿No es extraño?
Krist se encogió de hombros. -Pensé que lo sería al principio, pero lo separo de mi cabeza. Nadie me ha complacido nunca de la forma en que Singto lo ha hecho y lo tengo en cuenta. Ningún hombre esta a la altura de eso, es un salvaje.
-Diablos necesito conseguirme un hombre así - Gulf se rió. -tú mantén a ese hombre y haz lo que te haga feliz.
-Sí, pero he pensado en lo que haré cuando las cosas no funcionen - Krist dijo en voz baja. -He pensado en ser un chico de cámara, éstas citas ya no son suficientes.
-Estarías mucho más seguro si estuvieras en otra cosa, otro trabajo incluso si eso significara menos dinero - sugirió Gulf.
Krist estuvo de acuerdo. Había ahorrado unos doscientos mil dólares y planeaba comprar una casa en el futuro, pero sabía que no era suficiente para vivir para siempre. Dejar de ser acompañante, era no tener que salir con hombres aburridos y fingir estar interesado. Quería estabilidad más temprano que tarde en su vida.
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Esa misma tarde, Krist y Singto hicieron sus compras semanales en el mercado cercano, cuando el teléfono de Krist sonó por tercera vez ese día, nuevamente era su padre y no podía ignorarlo por mucho más tiempo.
-Hola - respondió casualmente.
-Oye chico ¿No escuchas mis llamadas? -Su padre ladró desde el otro extremo.
Él puso los ojos en blanco, pero casi no se inmutó por eso. Su padre rara vez le levantaba la voz, pero él sabía que en ese momento él era casi un cínico.
-Lo siento, papá -respondió mientras colocaba la bolsa reutilizable de comestibles en la parte trasera del auto de Singo. -He estado ocupado.
Su padre gruñó-Ocupado con ese hombre, supongo.
Krist miró a Singto mientras él cerraba el maletero de su vehículo y lo escoltaba hasta el lado del pasajero. -Papá, te amo, pero no tengo tiempo para esto. ¿Necesitas algo?
-Trae a ese hombre de regreso a mi casa, tengo algunas cosas que quiero decirles a los dos.
Singto debió haber escuchado lo que dijo Chai porque parecía desconcertado mientras se sentaba en el asiento del conductor.
-Claro, estaremos allí en media hora -respondió Krist antes de que se despidieran al terminar.
Singto lo miró antes de prender el auto. -¿Todo está bien?
-Supongo que vamos a ir a casa de mi papá.
Después de que ellos desempacaron sus compras en su apartamento, emprendieron la marcha hasta la casa de su padre. Krist se sintió mal del estómago durante todo el viaje, tenía un mal presentimiento al respecto, sabía que todo estaba llegando a un punto de ebullición.
Mientras Singto estacionaba frente a la casa de la familia, Krist inhaló fuerte por la boca y salió por la nariz.
-Krist, no te estreses por lo que vaya a pasar - Singto sostuvo sus ojos, sintiendo su frustración. -Te amo y estoy aquí para ti siempre.
Él asintió, pero no dijo ni una palabra antes de salir del coche. Mientras giraba la llave en la cerradura de la puerta, se le encogió el estómago. Sus hermanos estaban sentados en el sofá viendo la televisión mientras su padre miraba directamente a la puerta cuando ellos la atravesaron.
Los gemelos parecían estar sentados sobre alfileres y agujas y se levantaron de un salto cuando vieron a su hermano, inmediatamente corrieron hacia él con un cálido abrazo.
-Lo siento - dijo Yacht susurrando en su oido. - Mis compañeros de equipo te tomaron fotos, luego te buscaron en línea y lo siento, pero papá también se enteró, le hicieron una llamada de la escuela.
A Krist se le cayó el estómago y liberó a su hermano de su abrazo.
-Vayan arriba ustedes dos. -Chai se sentó en su viejo sillón reclinable junto al sofá.
Yacht y Sammy se quedaron allí, congelados como los ciervos cuando ven las luces de los autos
-¡Dije que vayan arriba! Chai ladró antes de que los niños corrieran escaleras arriba hacia sus dormitorios.
Krist y Singto se sentaron en el sofá. Singto contuvo su expresión estoica, no se inmutó por todo en este punto, pero incluso ya sabía que algo estaba pasando.
-¿De qué se trata todo esto papá? -dijo mientras se tragaba un nudo en la garganta.
El cuerpo de Chai era delgado y estaba muy frágil -¿Quiero saber a qué te dedicas?
-¿Q...qué quieres decir? - dijo haciéndose el tonto - Trabajo para la compañía americana Harp & Associates en Siam, lo sabes.
-Eso no es lo que escuché -Chai respondió con un tono firme -el otro día busqué a esa elegante firma comercial en la que dijiste que trabajabas y nunca oyeron hablar de ti y los amigos de tu hermano dijeron que te encontraron en un sitio web vendiendo tu cuerpo. Entonces, ¿Qué es lo que haces, Krist?
Krist podía sentir lágrimas en sus ojos. - Papá, no quiero mentirte, p-pero...
-¿Pero qué? Habla no quiero más mentiras.
Sabía que no había más que esconder, no más excusas convenientes, necesitaba aclararlo. Singto le tomó la mano y la acarició antes de que encontrara las palabras. - Soy un escort papá, lo he sido durante años.
