Krist comenzó un negocio de escort por cuenta propia y tuvo éxito, ahora vive cómodamente, sin tener la necesidad de un proxeneta que se quede con sus beneficios.
Un día por azares del destino en una de sus citas Krist conoce a Singto Prachaya, pero...
Al atardecer la pareja se estaba preparando para pasar la noche en la ciudad que incluía cena y baile. Krist se estaba aplicando perfume en el cuello y las muñecas se veía impresionante con un su traje nuevo color borgoña muy ceñido al cuerpo como a él le gustaba.
Era la primera vez en meses que se arreglaba bien y echaba eso de menos. Singto estaba hablando por teléfono con alguien en la habitación de al lado, presumiblemente era Bright y parecía importante.
En el momento en que Krist se detuvo en la habitación con esa ropa, la boca de Singto se secó. -Te llamaré después. -dijo antes de colgar.
-Si no te preparas pronto perderemos nuestras reservas -Krist coqueteó frente a él mientras se posaba casualmente en la puerta.
-A la mierda la reserva -dijo mientras llegaba en dos zancadas.
El hombre mayor se echó a Krist encima, llegando a la habitación y tirándolo sobre la cama. Tenía una mirada hambrienta a su alrededor mientras miraba su cuerpo. Él agarró sus piernas y las puso sobre sus hombros, luego le quitó los zapatos, levantando un poco el pantalón, le besó las piernas.
Krist le sostuvo la mirada mientras lentamente se desabrochaba los botones de su chaqueta, mostrando su pecho blanco agitado. Singto arrancó el resto de la ropa de su cuerpo y lo tiró en la silla al otro lado de la habitación. Krist vio como se quitaba la camisa y dejaba al descubierto su sexy y tonificado torso y lo retuvo por un momento. Había pasado bastante tiempo desde que había visto su cuerpo así.
Singto se fijó que Krist tenía más curvas, había desarrollado algo de músculo en su abdomen y le encantaba. Tomó un condón y su polla se puso dura al pensar en lo que quería hacer con su novio en esa cama.
-Quiero que esto sea especial -dijo Krist su mente y su cuerpo superados por el éxtasis. -Estoy listo para ti Singto, he estado listo para ti... y una familia.
Singto buscó sus ojos para tratar de entender -¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo?
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Krist se mordió el labio y asintió con la cabeza. Singto miró el condón sin abrir y lo dejó sobre la mesa de noche se lanzo hacia al frente besando sus labios de su pareja mientras su polla presionada con fuerza contra su muslo.
Su lengua húmeda se arrastró a lo largo de su pecho y alrededor de su ombligo antes de encontrarse y su miembro. Lamió de arriba hacia abajo unas cuantas veces antes de que no pudiera controlarse más. Apretó sus manos en los lados de sus caderas mientras con su lengua atacaba su pene con fuerza.
Krist se resistió y maldijo gritando a los cielos que no se detuviera. Singto por supuesto no se detuvo incluso cuando sus jugos se derramaron de él. Sus pezones se endurecieron y estiró una mano para pellizcarlos. Mientras la lengua de Singto llegaba lo más lejos que pudo en su agujero, hizo girar su pulgar dibujando círculos alrededor de su entrada.
-¡Oh, Dios mío! -Krist gritó mientras le tiraba del pelo. -¡No puedo soportarlo!
Singto mantuvo sus ojos perforados en los de él y lentamente empujó su polla, goteando líquido preseminal, en su abertura. Krist exhaló, preparándose para su tamaño se quedó quieto antes de que Su hombre comenzara a balancear sus caderas contra las de él. Krist maldijo mientras miraba al techo antes de mirarlo a los ojos de nuevo. Le trajo tantos recuerdos y se sintió tan malditamente bien que pensó que podría explotar.
De repente, se sintió abrumado por la emoción y comenzó a llorar lágrimas de éxtasis,. Las lágrimas rodaban por su rostro y parecían incontrolables en ese momento.
- ¿ Que te sucede?¿Estás bien? -Singto se detuvo y preguntó con una expresión de preocupación mientras alcanzaba su rostro.
Krist sonrió y siguió llorando. - Sí, se siente tan bien, no te detengas, te extrañé en más de un sentido.
Singto se inclinó para besarlo y continuó empujando mientras el más joven se aferraba a él, mientras sus uñas le arañaban la espalda, estaba casi seguro de que dejaría marcas no solo por el placer sino por la intensidad. Ambos estaban sin aliento, pero Singto no había terminado.
Lo giró boca abajo y arrastró su cuerpo hacia el borde de la cama, se puso de rodillas y la lamió hasta dejarlo limpio. La boca de Krist se abrió cuando Singto presionó su lengua contra su polla sensible, le dio un duro golpe en las nalgas antes de pasar su lengua contra su cavidad. Krist hundió los dedos en las sábanas y sintió que se ponía duro nuevamente.
Singto se puso de pie de nuevo y colocó su polla en la entrada de su agujero y empujó. Él agarró a Krist por las caderas y lo continuó enbistiendo, Krist sentía como si lo estuvieran llenando hasta sus límites, pero sabía que esto no era nada comparado con lo que él le había hecho antes. Se giró de medio lado y lo miró con lujuria mientras la follaba más y más fuerte. Detuvo a Singto mientras atrapaba y metía la polla húmeda de éste en su garganta probando todos sus jugos, Singto se mordió el labio y se inclinó para darle otra palmada en el culo mientras lo chupaba.
Singto lo apartó y se acostó en la cama antes de que Krist se sentara a horcajadas sobre él insertando la polla de su novio en su cavidad nuevamente. Sintió que la habitación europea se volvía borrosa mientras se hundía cada centímetro. Krist apretó sus caderas contra las de él hasta que encontraron un ritmo constante. Singto extendió la mano para apretar sus pequeños pezones y los chupó mientras Krist lo miraba con tanta lujuria, Singto vio la determinación en sus ojos exigiendo su orgasmo y placer, aceleró el paso cuando mientras Krist se corrió encima haciendo un lío en su vientre y pecho.
Singto lo besó mientras su joven novio caía sobre él por el cansancio, pero él no se detuvo. Sostuvo su rostro en sus manos mientras continuaba empujando dentro y fuera de él, encendiendo gemidos que escapaban de sus labios. Singto susurró - Te amo bebé - justo antes de correrse dentro de Krist.
-Siempre te amaré - dijo Krist mientras recuperaba el aliento de.
