❤️7🖤

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Krist miró al hombre frente a él detenidamente y hasta ahora no se había dado cuenta que era bastante guapo. Toda su vestimenta era totalmente negra y no llevaba corbata era simple y cara podía ver el puño de sus mangas y hasta el reloj que tenía puesto en ese momento, lucía sexy. Tenía labios no tan carnosos pero tampoco tan finos, sus ojos eran como diamantes azules azules y su rostro se veía tan suave con su tez bronceada natural.

—Entonces —Singto se reclinó en su silla. —Quiero conocerte, dime algo que no sepa de tí.

Apoyó los brazos cruzados sobre la mesa.  —Bueno, ¿Qué es lo que ya sabes?

Singto se rió entre dientes.
—Que has estado en tu trabajo por dos años, fuiste al norte por un tiempo, tuviste el primer lugar en un concurso de ortografía en la escuela primaria y sé donde creciste.

—Hmm, —Krist trató de mantener la calma, pero esto era un poco inquietante.
—Entonces, ¿Qué te gustaría saber? Por que por lo visto ya sabes lo suficiente.

—Mmm. Me gustaría saber qué haces para divertirte cuando no estás trabajando.

Krist se encogió de hombros.
—Me gusta pintar, pero no tengo un tiempo, empecé en la secundaria.

—¿Qué tipo de cosas te gusta pintar? —Singto tomó un sorbo de su vino y lo estudió.

Esto tomó a Krist con la guardia baja nadie se interesó nunca en su arte.

—Puedo hacer muchas cosas—explicó. —Retratos, paisajes, etc. Me gusta pintar paisajes sobre todo.

Singto le sonrió —Entonces, ¿Por qué ser acompañante? También podrías haber sido artista.

Krist se encogió de hombros.
—Cuando estaba en la escuela aprendí mucho sobre negocios e hice un proyecto sobre la historia del trabajo sexual y como se relaciona con la economía personal. Después de eso probé una vez y fue dinero rápido, luego decidí hacerlo a tiempo completo. Amo el arte, pero no creo que pueda mantenerme con eso —explicó. —y aquí estoy.

—Y aquí estás —dijo Singto asintiendo. —No me desagrada lo que haces, pero tengo otra pregunta más personal.

Krist tomó otro sorbo de vino. —¿Sí?

—¿Con qué frecuencia tienes sexo con tus clientes? —preguntó. —¿O eso es mezclar negocios con placer?

Krist miró a su alrededor, nadie se concentrando en su mesa, excepto los dos hombres que estaban cerca de la entrada vestidos con trajes

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Krist miró a su alrededor, nadie se concentrando en su mesa, excepto los dos hombres que estaban cerca de la entrada vestidos con trajes.

—Casi nunca, soy exigente y cobro más por el sexo, así que es raro tal vez una vez al mes más o menos.

Singto sonrió a su cita e inclinó la cabeza hacia un lado. —¿Una vez al mes? Necesitas estar satisfecho con más frecuencia que eso.

Krist no estaba seguro de como tomar su comentario, pero la habitación parecía hacerse más y más pequeña cuanto más lo miraba, hasta sintió un poco de vergüenza. Antes de que pudiera decir nada, el camarero regresó con la comida. El delicioso aroma a pescado y camarones salteados golpeó su nariz y su estómago gruñó. Atacó su comida para evitar la contestación y trató de mantener la compostura. Pero ese hombre aún lo miraba esperando la respuesta

Prefiero no entrar en esa parte de mi trabajo aquí —mencionó Krist —A mi me gustaría saber más sobre lo que haces.

Singto tragó un bocado de su lubina al vapor y se aclaró la garganta.

—Bueno soy dueño de un restaurante, la panadería, tengo un bar en...

Krist frunció el ceño, sabía que esa no era toda la verdad.y lo interrumpió —Vamos, ambos sabemos que no es de lo que estoy hablando.

—No me gusta hablar de esa parte del negocio en público, si no le importa.

—Entiendo. —asintió y estudió el restaurante.

Singto tomó un pequeño sorbo de su copa y miró a su cita desde el otro lado de la mesa.

—¿Considerarías trabajar para mí?

Krist lo miró un poco sorprendido, pero luego sonrió. —Trabajo por mi cuenta por una razón, no necesito un proxeneta.

—Definitivamente no soy un proxeneta, pero podría duplicar tus ganancias. —Él sugirió. —Quiero asegurarme de que estás a salvo.

—Me siento cómodo donde estoy ahora, no necesito ninguna ayuda.

Singto sonrió. —Entonces serías mi chico.

Krist bebió un sorbo de vino y lo miró a los ojos profundos.
—No soy el chico de nadie.

—Sabes que te trataría bien, admiro tu fuerza y eres muy hermoso.

Krist no pudo evitar sonreír, en este punto él lo había escuchado todo, pero sabía que ese era un hombre con estándares y un poderoso macho alfa, alguien que le gustaba. Singto era un poco diferente a los hombres con los que estaba acostumbrado a tratar, le gustaba la forma en que era directo con él. Algo en ese hombre lo hizo querer bajar la guardia. Su mirada de ojos azules pareció traspasarlo, como si fuera la única persona en la habitación.

—Lo pensaré. —dijo con una pequeña sonrisa.

Más tarde esa noche, Singto lo acompañó a Krist hasta la puerta de su condominio, lo cual era raro ya que nunca dejo hacerlo a ninguno de sus clientes. Singto era alto y Krist pensó que tendría miedo de estar a solas esa noche con él, pero no lo estaba, se sintió tranquilo. Singto miró el pequeño cuerpo y se moría por besarlo allí mismo.

Krist lo miró con ojos de dormilones mientras estaba de pie en la puerta. —¿Quieres subir a comer postre?

Él asintió con la cabeza, —Por supuesto.



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𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora