En la tenue iluminación del dormitorio de Singto, Krist no llevaba nada más que un bra crop top y una tanga sobre la suave cama de fino algodón. Singto se paró frente al pie de la cama, asimilando su presencia. Sus suaves curvas y su culo redondo lo hipnotizaron lo había deseado durante semanas y tuvo que beber solo de su apariencia, por lo que esta imagen quedó grabada en su memoria.
Los ojos de Krist vagaron por él cuerpo desnudo tonificado, no era demasiado musculoso, pero era firme y cuando miró su polla palpitante, se quedó sin aliento. Decir que su miembro era grande, era quedarse corto, era gorda y larga. Apreciaba todos los tamaños, pero por un momento le preocupó que fuera demasiado grande .
-Oye, no te preocupes -dijo ahuecando su rostro.
-Puedo encajar bien. - le dijo siempre estaba dispuesto a enfrentar un desafío pensando que no estaba tan apretado.
Singto se sentó a su lado y estudió su rostro -No quiero que me tengas miedo.
-No lo tengo, -susurró. -pero quiero saber como se siente.
Krist se sentó de rodillas frente a él en la cama y comenzó a acariciar el miembro venoso, acariciarlo era solo como un ejercicio de brazos. Hizo contacto visual con él mientras envolvía lentamente sus labios alrededor de su pene y comenzó a chuparlo, enfocándose en la punta antes de llevársela hasta la mitad de la boca.
La boca de Singto se abrió al ver como ese niño se lo llevaba a su boca. Se veía tan sexy sentado allí arrodillado, desnudo, chupándolo y él estaba tratando con todas sus fuerzas de no correrse.
Singto estaba en completo éxtasis, había olvidado lo bueno que había sido el sexo oral. Con su exmarido a principio fue genial, pero luego de un atentado apenas el otro lo tocó el tiempo que duró su matrimonio. Las personas con las que había salido eran demasiado descuidadas, rápidas por estar muy asustadas para aceptarlo. Krist lo miró con esos ojos provocativos y supo que esta sería una noche inolvidable.
Era la primera vez en mucho tiempo que el sexo oral no se sentía como una tarea para Krist. Cuanto más se demoraba su lengua alrededor de la punta, más pensaba en lo bien que se sentiría dentro de él.
Sus labios se encontraron de nuevo, pero esta vez fue dulce, con menos urgencia. Singto se apartó y lo miró a los ojos.
-¿Puedo probarte?
Krist sonrió levemente con lujuria mientras se inclinaba hacia atrás en la cama, disimuladamente agarró los bordes de la tela suave que casi rápidamente quitó cuando abrió las piernas revelando su agujero reluciente. Singto lo miró con ojos amorosos antes de inclinarse sobre la cama y hundir su rostro en su cavidad, luego atacó su polla con movimientos de arriba, hacia abajo.
Krist aguantó aceptando la tortura mientras él chupaba, golpeaba sus partes con la boca y su lengua, mientras sus piernas temblaban inquietas. Con la mirada en sus ojos supo que tenía que aceptar todo y se sintió jodidamente bien.
Singto pasó dos dedos por el borde arrugado antes de empujarlos dentro de su cavidad mojada, mientras Krist gimió de placer cuando sintió sus dedos moverse dentro de sí. Singto empujó sus piernas hacia atrás y dejó escapar un gruñido gutural cuanto más profundo empujaba sus largos dedos hacia adentro.
El más joven atrapó las sábanas entre sus puños, mientras se sentía a punto de contraerse alrededor de los dedos insertados en él. Su cuerpo se sacudió levemente cuando sintió un intenso orgasmo correr a través de su cuerpo, cubriendo su vientre y su pecho con sus jugos.
Singto sacó sus dedos mojados y los frotó en su polla aún media dura y le dio un masaje final mientras Krist aún temblaba por su orgasmo.
-Maldita sea - suspiró secándose un poco de sudor de la frente. - fui muy rápido, no creo que alguna vez me haya corrido tan fuerte solo con dedos.
Singto sonrió y admiró la expresión de placer en su rostro, sabía que pronto tendría que estar dentro de él, acarició su propia polla un par de veces con los ojos fijos en los de Krist.
-Dime que me quieres
-Yo... Yo te deseo
Krist se mordió el labio, no quería admitir nada, mientras él se colocaba en la entrada chorreante y se empujaba hacia adentro. Respiró hondo con cada centímetro cuando él lo penetró, ajustándose a su tamaño.
Singto gimió de placer mientras sus caderas se movían contra las del más joven a un ritmo constante dentro y fuera de su agujero, sintiendo la sensación de la suavidad. Se sentía agradable y cálido, pero a la vez un tanto apretado alrededor de su polla.
Los labios de Krist se encontraban en el costado de su cuello, dejando escapar un gemido profundo se aferró a él, temiendo soltarlo. Era demasiado intenso, quería llorar por la forma en que él se sentía dentro, se sintió mucho mejor de lo que había imaginado, mejor que nadie, pensó que él tendría poca resistencia, pero estaba lejos de serlo.
Soltó lágrimas de placer que rodaron por él rostro de Krist, mientras Singto lo follaba, golpeándolo más y más fuerte. La sensación era tan buena que no podía controlarse, él gritó mientras arrancaba las sábanas de la cama y más fuerte se lo hacían.
Singto miraba a su chico y le encantaba la forma en que se excitaba y se rió en sus pensamientos porque sabía que esto era solo el comienzo.
Se inclinó para besarlo y le secó las lágrimas de la cara.
- Eres mío, bebé, dímelo.... dilo - exigióKrist miró al de los ojos azules totalmente extasiado, pero el casi no podía hablar...
- Lo sabes anda dímelo...
-Soy... soy tuyo, Singto.
Al escuchar su respuesta Singto golpeó su agujero aún más fuerte, hasta ambos perderse en el orgasmo.
xx
Por fin 😌❤️✨
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𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏ
Fiksi PenggemarKrist comenzó un negocio de escort por cuenta propia y tuvo éxito, ahora vive cómodamente, sin tener la necesidad de un proxeneta que se quede con sus beneficios. Un día por azares del destino en una de sus citas Krist conoce a Singto Prachaya, pero...