Eran las seis de la mañana cuando la fuerte vibración del teléfono de Krist lo asustó y lo tomó rápidamente para apagarlo, se frotó los ojos soñolientos, mientras Singto estaba dormido a su lado, se sentó allí por un momento, observando la forma de sus cejas, su profunda piel bronceada, su tonificado cuerpo semidesnudo mientras dormía, lo miraba sin saber del caos que el hombre tuvo en la noche. Por un momento, quiso darle un beso, pero sabía que estuvo fuera hasta tarde y necesitaba dormir un poco más antes de partir al viaje.
Krist se dio la vuelta, tomó su celular y al mirar vio que se había perdido algunas llamadas de su padre, sin duda se trataba de que lo pasó con Singto, pero no quería lidiar con explicar su relación a su padre en este momento. En cambio, los dedos de los pies de Krist se encontraron con la tela de la alfombra frente a su cama y se puso un par de pantuflas blancas.
Sus ojos se adaptaron al cuarto oscuro y vio una bolsa de lona que no había estado ahí antes de dormirse y obviamente era de Singto. Sabía que él guardaría un par de juegos extra de ropa adentro, junto con la ropa para ir a Pattaya. Pensó que no tenía sentido pasar la noche en el lugar para una reunión de un día, pero aún así no sabía como hacía las cosas la mafia.
Salió del cuarto en silencio al llegar al baño sus ojos se quedaron fijos en la puerta, había una marca roja cerca del pomo. Cuidadoso de no perturbar el sueño de Singto, se arrastró hasta el baño y su sospecha era correcta, era sangre la que se había endurecido en la puerta. Siempre fanático de la limpieza, Krist rápidamente buscó un detergente de la parte de abajo del fregadero y limpió las marcas.
Pensó usar la tina, pero no iba a darse un baño largo de relajación, así que camino a la ducha y vio algunas marcas de sangre ya secas en la puerta de cristal, buscó en el baño y vio detrás del cesto de la ropa sucia la ropa ensangrentada amontonada.
Un escalofrío recorrió su espalda cuando pensó en lo que debió haber sucedido en la noche, había sangre por toda su camisa y algo le dijo que no era la propia. Él todavía dormía plácidamente en su cama, rápidamente tiró su ropa ensangrentada con un montón de peróxido de hidrógeno y otros detergentes en la lavadora de su apartamento, luego limpió el baño para poder bañarse.
Mientras el agua caliente corría por su cuerpo, Krist trató de deshacerse de la sensación de lo que ya sabía. Él mataba gente y de alguna manera eligió vivir con esa extraña realidad. Había un elemento de secretismo en torno a Singto, sabía muchas cosas sobre él, pero siempre seguía siendo un misterio. No quería mentiras en su relación, ya había tenido suficiente de eso con Krittanai, pero la verdad también puede doler. Su mente comenzó a acelerarse cuando pensó en lo que hizo antes de que llegara tan tarde y con quién podría haber estado. Esa ropa definitivamente era evidencia de un crimen y él lo comprometió en el segundo que la arrojó a la lavadora como si fueran las sábanas de la semana pasada.
Cuando Krist terminó de ducharse, Singto se despertó como si su reloj interno sonara, se levantó de la cama y se puso la parte superior del pijama que estaba usando. Krist estaba en la esquina de su cama aplicándose una crema hidratante con aroma dulce en su piel y su cabello estaba secándose al natural.
Echó un vistazo a su teléfono de trabajo y vio que la reunión se posponía hasta las 6 de la tarde de ese día debido a problemas de programación con la mujer a la que le alquilaron la casa, era una madre soltera a la que le pagaban para usar su lugar unas horas allí realizaban algunas de sus transacciones y reuniones. Ella no era una soplona, le pagaban el alquiler del mes junto con una muy generosa comisión, nunca hizo preguntas y lo más importante los federales no lo sabían.
-Buenos días, cariño -saludó Singto mientras se inclinaba para besarlo.
Krist le dio un rápido beso en los labios en respuesta, pero parecía molesto por algo.
-Buenos días.Singto se fijó en su belleza, pero no pudo evitar darse cuenta de que él no tenía su cara habitual esa mañana
-¿Estás bien?
Krist suspiró, pero no hizo contacto visual con él mientras buscaba un atuendo para el día -Estoy bien.
-Puedes tomarte tu tiempo, no nos vamos en un par de horas - dijo mientras se ponía el reloj que había dejado en la mesita de noche.
Krist asintió y apretó la bata alrededor de su cintura. Sintió la tensión en él y fue entonces cuando escuchó la lavadora hizo un sonido de ping, notificando que había acabado el lavado. Krist entró en el.cuarto donde estaba la lavadora sacó las prendas húmedas y limpias de Singto y las puso frente a él, la expresión de su rostro lo decía todo, estaba enojado.
-¿Dónde diablos estuviste anoche? ¿Y qué carajos hay en tu bolso?
Singto suspiró pesadamente, se puso de pie y le quitó la ropa de las manos y las arrojó en la secadora en el nivel alto de calor, salió del cuarto de lavado y Krist lo siguió a la otra habitación.
-No quiero hablar de eso.
-¿Qué diablos se supone que significa eso? - le dijo seriamente.
-Ambos sabemos que es mejor que no sepas lo que hice.
-No Singto, quiero que seas honesto conmigo.
Singto se volvió hacia él y puso su mano sobre la suya - Tienes razón, sé que debería decírtelo. -Él sostuvo sus ojos por un momento. -Maté a un hombre anoche y tengo un par de pistolas y un cuchillo en la bolsa, eso es todo.
Krist tragó saliva, pero mantuvo la compostura como si no le diera miedo.
-¿Quién fue?-El hombre que mató a mi primo Perth, pero no te preocupes por eso, todo se desecha y yo tapo mis huellas.
❤️✨
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𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏ
FanficKrist comenzó un negocio de escort por cuenta propia y tuvo éxito, ahora vive cómodamente, sin tener la necesidad de un proxeneta que se quede con sus beneficios. Un día por azares del destino en una de sus citas Krist conoce a Singto Prachaya, pero...