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Después de su cita para almorzar con Gulf, Krist se reunió con uno de sus clientes llamado Mew Suppasit un hombre divorciado que le estaba pagando por un evento de cata de vinos, un paseo por el parque y luego le hizo un pago extra. Era guapo y parecía rico, por lo que está más allá de por qué tendría que pagar por una cita en primer lugar.

Fueron a él evento de cata de vino y visitaron los alrededores y el viñedo dónde producían el vino que había estado en exhibición.

Más tarde, luego de salir de la plantación llegaron al Lumphini Para, los dos caminaron por un tiempo, luego sentaron frente al lago a conversar un poco.

-Entonces, Mew ¿A qué te dedicas? -Krist preguntó estaba casi cautivado por sus ojos que parecían almendras.

-De hecho, dirijo algunas organizaciones sin fines de lucro en el área, -resondió -hago relaciones públicas principalmente para SS Group Asia.

Él asintió y arqueó las cejas con sorpresa.

-Eso es interesante, ¿Te gusta lo que haces?

-Por supuesto que sí, -dijo aclarándo su garganta. -realmente me gusta ayudar a la comunidad y sabemos que tenemos que mantenernos unidos.

Él sonrió -Sí, lo entiendo.

Mew era guapo con dientes perfectamente blancos, una mandíbula fuerte, una piel que parecía suave y Krist tenía ganas de tocarla, el hombre podía modelar en una pasarela o algo así si quisiera.

- Tengo curiosidad de saber ¿cuánto tiempo llevas siendo escort? -preguntó mientras lo rodeaba con su brazo.

-Aproximadamente cuatro años ahora -mintió sin morderse la lengua y no abundó más en el tema.

Había algunas cosas que no le gustaba decirles a sus clientes, especialmente si quería más dinero de ellos en el futuro. No tenían que saberlo todo sobre él y honestamente así era mejor.

El resto del día con su compañía pareció pasar volando, habían bastantes personas ese día en el lugar y Krist puede decir que en realidad se divirtió. El calor de Lumphini Park casi hizo que Krist se entristeciera ya que el verano estaba llegando a su fin.

Estaban casi cerca del lado de la fuente desierta, cuando un ligero escalofrío recorrió la espalda de Krist. Vio a los dos hombres con trajes que Singto siempre tenía cerca, pero él no estaba a la vista, lo miraban como halcones con un fijo contacto visual. Tenía la sensación de que él estaba cerca y eso la inquietaba. No tuvo la decencia de devolverle la llamada, pero si podía enviar a sus hombres a vigilarlo durante sus citas. Hizo una nota mental para llamarlo
esa noche.

-¿Estás bien? Te pusiste tenso de repente y estás en las nubes- manifestó notando el cambio en su cuerpo y su mente alejada.

Krist plasmó una sonrisa falsa en su rostro. -Solo estaba pensando en que pronto acabar el verano, seguimos caminado o prefieres hacer alguna otra cos.

-¿Qué tal si tú y yo vamos a jugar ahora? - dijo Mew

Krist le sonrió -Como tú digas. - quería salir de la vista de aquellos dos.

Cuando Mew lo dejó al final de la noche en su punto de entrega, le dio un beso de despedida, pero su mente estaba en otra parte. Los labios de Mew eran perfectos y dulces, pero todo lo que podía hacer era pensar en Singto y cuanto deseaba sentir sus labios en su lugar. Tal vez era estúpido, pero Mew solo era un cliente.

Para cuando llegó a su condominio, se había quitado la ropa y el maquillaje de sus ojos, se había asentado en un baño tibio con un poco de vino, justo cuando estaba a punto de perderse en una siesta ligera, su teléfono celular sonó en el borde de la bañera.

-Hola -respondió el mientras se acomodaba en el agua tibia.

-Hola Krist - respondió la voz profunda en la otra línea. -¿Cómo estuvo tu cita?

Se sentó derecho de inmediato reconociendo su voz.

-Estuvo perfecta, eso debes de saberlo tú-dijo molesto.
-Maldito bastardo, ¿Estás espiándome ahora?

Singto se rió entre dientes al otro lado de la línea escuchándolo despotricar. -Me gusta saber donde está mi bebé, sabes que me preocupo por ti.

Krist se mordió el labio -Te agradezco por preocuparte por mi bienestar, no tienes porque hacerlo, además no soy tú bebé.

-Todavía no -le dijo con toda seguridad.

El sonrió, le gustaba ese hombre por tener tanta confianza y jugando con las suaves burbujas blancas en el baño quiso saber. -No me devolviste la llamada después de la otra noche. ¿Qué fue eso de todos modos?

Singto vaciló. -Era un negocio, lo siento por no decirte, pero no quería que te involucraras.

Krist quería preguntar más, pero no quería parecer entrometido.

-¿Qué tal si te lo compenso? Me gustaría terminar lo que empezamos la otra noche.

Krist presionó su pie contra el grifo de la bañera, se sonrojó al pensar en como se sentieron sus labios.

-Debería estar libre mañana, ¿Mi casa o la tuya?

-Haré que un auto te recoja a las seis, no llegues tarde.

El sonrió y terminó la llamada. Durante el resto de la noche, pensó en qué tipo de noche sería mañana. Era raro que alguna vez se sintiera mareado por una cita, pero algo muy dentro de él sabía que algo era real en Singto.

Sabía que a su padre le rompería el corazón si supiera que estaba enredado con alguien así, pero no le diría nada de momento, además era solo su segunda cita, pero era alguien con quien quería estar.

Después del baño, buscó en su armario al lindo no sabía si saldrían a otro lugar, miró y examinó las prendas en busca de imperfecciones, no vio ninguna y las dejó a un lado en su sillón de maquillaje. Él admiró el conjunto por un momento, fue uno de las primeros atuendos bonitos que se compró cuando empezó a ser escolta y estaba como nuevo.

Sí, pensaba que tendrían sexo y se pondría ropa interior sexy, sabía que mañana por la noche algo pasaría entre ellos, tenía que suceder.




Krist comió postre con su cliente, Mew 😋

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𝘔𝘢𝘧𝘪𝘢 𝘦𝘯 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘬𝘰𝘬 ˢᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora