El joven rubio abre inmenso sus ojos cuando la propuesta con permiso de dejarlo inmiscuirse entre las faldas de su agraciada prometida lo toma por sorpresa.
Y sin poder creer que un tipo, sea quién sea, tenga tal descaro de dejar salir así sin más sus palabras; se enerva a sobremanera dejando salir el escaso coraje que lo acompaña diciendo: —¡Acaso usted está loco! ¿Cómo piensa que permitiría semejante atrevimiento?
Y en un acto de nerviosismo con escaso control, el joven rubio se roba la copa del extraño que lo observa directo y sin descaro, sorbiendo más de la mitad del contenido fermentado mientras acomoda nervioso sus prendas. Observando como aquél que de algún modo provoca su zozobra, se inclina sobre su cuerpo diciendo: —Si quiere intimidarme, va a tener que armar un numerito más creíble que toda esta mierda.
Susurrando, el no muerto inclina su cabeza a modo de que no se observe lo que diga al ser agarrado por el rubio de la solapa de su delicado saco. Pero sin perder detalle de lo que sucede a sus espaldas con la maldita manada de ineptos.
—¿¡Pero qué demonios le sucede!?— Suelta Jimin furioso al sentirse amedrentado él en vez del otro —. ¿Acaso, quiere que le pegue? —escupe frente a su rostro con pleno conocimiento de que ésta es una disputa totalmente dispareja.
El sombrío hombre riega un gutural sonido algo risueño, moviendo su cabeza como asombrado de la hazaña en valía de aquel que pone su mundo de cabeza. Si aquel rubio tan solo supiera que en menos de lo que tarda en salir un chasquido de sus dedos, lo tendría acorralado y sorbiendo cada gota de su cuerpo sin dejarle tiempo a medir sus condenadas palabras, otro sería el final de esta charla.
—¿Y por qué no lo intenta? —murmura el ennegrecido solo para que escuche el estremecido rubio de pies a cabeza ante el timbre de voz de aquel gélido ser que regresa como vagos recuerdos a su mente, transformado en palabras de deseo hacia su cuerpo.
Muy por lo cierto, al no muerto la situación lo enerva en su libido a sobremanera, imaginando enterrarse presto en el delicioso humano o enterrado en su defecto.
—Cariño, ya basta...
Aparece en escena aquella femenina que trata de mantener sus ojos a raya sobre su prometido mientras se prende de su fornido brazo.
"!Maldita dualidad!" Piensa el no muerto "Ser tan frío y arder en el infierno por sentir cercano su cuerpo" así mismo, somete a su imponente cuerpo a girarse sobre la exuberante mujer para decir luego: —Si usted hubiera conservado su mirada en su amado, esto no tendría fundamento. Así mismo agradezco el sentirme deseado. Y con su permiso, me retiro. A menos que quiera que me haga el desentendido y si es así, en todo caso la espero en el baño.
Anuncia el no muerto ante los ojos brillosos de la femenina y la cara de total asombro del supuesto enamorado, que no puede creer semejante descaro. Pero lo que más le llama la atención al joven rubio, es la forma en que reacciona su prometida que por poco y más no suspira con ojos de anhelo hacia aquel ser obscuro que se retira en dirección al lavado.
El rubio pretende seguirle y exigir con ímpetu que se le explique el significado de sus descabelladas palabras, pero la mano de la mujer a su lado se lo impide sobre que lo atrae desde su nuca para luego unir sus labios en una danza rítmica y profunda sin dejar lugar a la pseudo fuga emprendida.
Situación que no pasa para nada desapercibida por aquel ser que habita entre tinieblas y que quedándose al resguardo sobre un costado, disfruta gratamente de las vistas sobre que el joven es significativamente sometido ante los brazos de la fémina.
Su mente enloquece imaginando ser él, participe de ese encanto. Recorriendo con sus frías yemas cada fragmento ardoroso del cuerpo del joven humano, y colando su mano por debajo de aquellas prendas que enmarcan una agraciada y tentadora retaguardia para marcar con sus manos al amasarla tanto.
Las respiraciones de los supuestos enamorados se tornan erráticas. Y arrastrando sus piernas (a paso largo) se dirigen al lavado bajo la atenta mirada del menor de los vampiros... Vampiro que ante semejante observación, presiente reventar sus testículos si pronto no las vacía. Así que decidido a dar un paso más allá para hacerlo aflojar al exquisito y confrontador rubio tarde o temprano, se encarga de ubicarse al alcance de la visión de su objeto de deseo para así armarse de rememores según sus ocelos.
Aquel par de calientes cuerpos acompasados, ingresan raudo a la habitación que pertenece al baño de los hombres, sin dejar de tocarse por encima de la ropa o besar profundamente las cavidades de su boca. Acción que sucede bajo la atenta y obscura mirada del señor de las sombras.
Que preso de la locura que le genera aquel cuerpo pecaminoso frente a sus deshabitados ojos, comienza a tocarse por encima de sus prendas logrando empalmar su gran miembro sin necesidad alguna de tocarse sin su ropa.
Solo imaginando cómo se sentiría la cálida y juguetona lengua de aquella rubia preciosidad deslizándose por su venoso falo sin prisa alguna. Míentras lo observa lloroso y directo a sus ojos. O mejor aún, imaginando el cómo debe sentirse en la gloria que sus abultados ribetes se estiren a medida que se atora con la dura intromisión de su polla.
Un sonoro jadeo escapa de la pecaminosa boca del joven. Jadeo que hace que el vampiro menor eleve sus ojos desde la posición en donde la mujer se dedica agachada a la creciente pelvis del rubio. Encontrándose de lleno con la bruma de su gozo mientras el condenado humano no deja de observarlo directo a sus abismales fauces convertidas casi por completo en rojo.
Y en cuanto el no muerto se percata de que ambos se comen con la mirada a medida que son tocados o se tocan, el deseo dentro de sus cuerpos crece a sobremanera forzando a no privarse de sus visiones y dejarse llevar por la obscena escena recreada frente a sus ojos.
El rubio incrédulo de sus actos, no aparta la dirección de sus orbes. Es más, disfruta de la insana manera en que aquel imponente impertinente se toca crudo y velozmente sobre su gran falo. Creyendo (aunque dentro suyo lo sepa) que aquel engendro se calienta con lo que su prometida recrea con n su lengua.
Pero él, muy hipócrita como el resto de aquellos de la alta sociedad que se jactan de que algo está mal y en sus mentes retorcidas lo recrean, se pierde en cada movimiento de aquel que se oculta a medias. Extrayendo sonoros jadeos desde la profundidad de sus fauces a medida que imagina someter esos finos labios sobre su duro y lloroso falo empalmado.
Bendita suertuda la femenina😏 quién pudiera 😈
Gracias por pasarte, por apoyar leyendo y votando 🥰
Los amito mucho❤️
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"𝑽𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒊𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒂𝒏𝒖𝒏𝒄𝒊𝒂𝒅𝒂" (Jikookmin)
Hayran Kurgu◾⚰️◾ ⚰️◾⚰️◾ 𝑼𝒏 𝒂𝒑𝒆𝒈𝒐 𝒎á𝒔 𝒂𝒍𝒍á 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒄𝒐𝒓𝒓𝒆𝒄𝒕𝒐, 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒔𝒆 𝒆𝒔𝒄𝒓𝒊𝒃𝒆 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒐 𝒅𝒆 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒍𝒐 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒖𝒓𝒂𝒃𝒍𝒆, 𝒔𝒊𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆 𝒔𝒆𝒑𝒂 𝒍𝒐 𝒑𝒂𝒍𝒑𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒇𝒆𝒄𝒕𝒐 𝒆𝒏...