◾18◾"Ocaso"

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Obscura nebulosa... Manto renegrido que cubre sin medias tintas a un par de cuerpos entregados en una danza fogosa de intercambio de fluidos.

Ansioso humano irreconocible en sus determinantes actos, llevan al no muerto sediento de cada parte del exquisito cuerpo del ser terrenal hasta el límite de su condenado y pútrido cerebro. Buscando entre la parva cordura que lo aqueja si hay posibilidad alguna de consumirlo como la bestia que es sin extraerle por completo su viveza.

Sangre... Linfa rojiza y fresca que recorre la comisura de los labios del joven rubio e impúdica desciende por su perfilada barbilla. Provocando el desafore del vampiro cuando se percata de que lo ha lastimado sin querer pero completamente alertado por la maldita consecuencia del suceso.

Una larga lengua, áspera y traicionera, se muda ansiosa de ribete a ribete mientras su ingordo dueño trata de reprimir el condenado afán de devorarlo por completo al verlo expuesto solo por y para él.

En tanto, el que palpita con latidos desaforados desde sus vísceras, se echa hacia atrás en una clara invitación a devorar de su eximio plato. Perdido en el calor de la situación y sin tener control alguno de sus facultades mentales.

Ardiente deseo por parte de ambos...

Perversa obsesión de la bestia que anida al que se presenta como medio hombre frente al drogado rostro del extasiado joven. Que envuelta en filosas garras sus uñas, rasguña profundo la madera al alcance de sus dedos en el débil intento de no desgarrar por completo las vestimentas del rubio.

Y éste, lejos de darse cuenta de que es una bestia masculina a la que le clama por sucio sexo, solo se deja manejar como títere a su fiel titiritero.

Segundos dónde la escasa cordura que puede manejar la antigua alimaña parecen horas. En cuanto agazapado se arrima sobre el cuerpo de su exquisito platillo para luego dedicarse a recoger, con su áspera lengua, cada camino rojizo que enmarca las bellas facciones de su presa.

Cegado en el dulce sabor del plasma que lo posesa convierte su escondida adicción en una pantalla de refracción de sus más corruptos deseos, en cuanto no puede parar de lamer riguroso estremeciendo el pequeño cuerpo abajo suyo.

Centímetro a centímetro de pleno gozo se comparten de igual manera... Un vampiro enceguecido y embelesado con su presa y una presa receptiva de sus más profundos deseos.

Y cuando la situación supera con ansias la maldita necesidad de corromperlo. El no muerto se despega de la nívea dermis del afectado joven, con su mirada tiznada en intensos rojos, para luego agarrar con extremada prensión su blonda cabellera y permitir el asome esplendoroso de sus colmillos filosos en una última advertencia de lo que le espera.

El joven, entregado en el clímax del ansiado momento y lejos de ser lo suficiente consciente para asustarse, permite el asome de su enfurecido falo. Que clama a gritos desesperados, libertarse de las cadenas que lo mantienen atado a todo aquello que lleve adentro.

Y en tanto el humano se restriega como un maldito animal en celo sobre la dura pelvis de la bestia, jadeando por lo que el contacto le genera, el vampiro lo acaricia deleitándose en cada relieve de su formidable cuerpo. Absorbiendo pausado energía a través de la soma que toca y buscando el preciso lugar donde enterrar sus ansiosos colmillos.

Palpita ansiosa la arteria carótida del rubio...

Pero el no muerto sabe, a pesar de las inmundas ganas de chuparlo por entero, que si se prende de su llamativo cuello; es demasiado probable que no pueda frenarse.

Así que apresando en continuos movimientos el duro falo del ser bajo su gélido cuerpo. Eleva con su libre extremidad el desnudo brazo de su presa, enterrando por fin sus colmillos sobre la exacta ubicación de la arteria de la axila.

Millones de sensaciones recorren al joven bajo la bestia, logrando que eyacule en un glorioso clímax que lo sacude de pies a cabeza mientras se percibe succionado desde la profundidad de sus entrañas.

El no muerto, cautivo del ávido momento, no puede dejar de chupar con incrementadas ansias la axila de su joven y bello trofeo... Sin percatarse realmente de que el dueño de sus más codiciosos deseos y al cual lo veía con los ojos del anhelo, está casi al borde del colapso.

Segundo a segundo, el halo de luz que ilumina la vida del sonriente y carismático Park Jimin, oscurece veloz bajo el dominio de sus actos... Y no puede por mérito propio detener lo inevitable.

El fin de la vida tal cual la conoce el joven rubio, asoma sobre el horizonte de sus ojos y sin necesidad de buscarla.

Y el añejo vampiro, anonadado con su apremio en este momento, no es más que la sicaria y temible bestia que se deja ser cuando sus instintos afloran sin contar con el poder de finalmente detenerlos.

Un profundo jadeo que se asoma del casi inerte cuerpo abajo suyo...

Segundos cruciales donde la delgada línea entra la vida y la muerte se confunden.

Entonces... Se percibe en el ambiente que rodea a la apocalíptica bestia, la insana necesidad y apuro que tiene de dañarlo al joven rubio por completo...

Ha perdido, si es que le quedaba algo a lo largo de su inmortal camino, todo rastro humanitario que solía caracterizarlo.

Se ha perdido a él mismo...

Y muy posiblemente, a perdido a su delicado mancebo.

















👀🏃🏼‍♀️

Pero por lo menos acabó el pobre Jimin ¿No?😬🤣

Recuerden que este vampiro y está historia está basada en vampirismo original, donde el sol los mata, o el agua los quema, o su instinto sumado al poder de la lujuria compartida con su presa puede desencadenar esto.

Y recuerden sobre todo que esto es ficción y no realidad 😑

Dicho esto: gracias por leer, comentar y votar 😍

Los amito mucho♥️

"𝑽𝒆𝒔𝒕𝒊𝒈𝒊𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒂𝒏𝒖𝒏𝒄𝒊𝒂𝒅𝒂" (Jikookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora