C A P Í T U L O 1 4

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EVAN

En el momento en el que la vi bajar por esas escaleras con ese vestido y pintalabios rojo mate, supe que estaba perdido. Me había hechizado completamente.

Necesité beber algo fuerte para no ir ahí y besarla como no pudimos hacer por la mañana por culpa de Matthew. Pero luego entró a la cocina y eso de estar tranquilo toda la noche, sería imposible.

Me volvía loco y ni siquiera la tenía cerca. En el momento en el que mi reloj marcaba las doce de la noche, la vi bailar en medio del salón.

No nos habíamos vuelto a ver en toda la noche y no me pude aguantar.

Su mirada conectó con la mía y no hubo marcha atrás, fui directo a ella. Le debía un baile, ¿no? Ahí tiene el baile tan sensual que tuvimos, no sé ni cómo sobreviví a algo así. ¿Qué cosa maravillosa fue esa?

Los movimientos que hacía y ese beso en el cuello...

Cuando acercó su boca a la mía y susurró mi nombre en un jadeo, me tuve que contener para no estampar mis labios en los suyos.

Sería todo un placer que me manchara con el tinte de sus labios. Pero mi primo llegó de nuevo y lo fastidió todo.

Matthew, ¿qué haría contigo? Y que no falte el móvil de Alena que, gracias al artefacto, vibró todo mi cuerpo al estar tan cerca de ella. Lo tenía en las tetas, dios. ¿Me quería tener muerto y comerme sin que yo pudiera disfrutar estando vivo?

Nunca imaginé estar terminando mi noche sujetando la cintura de Alena para que no se matara con esos tacones con el mareo que tuvo por beber tanto alcohol y, encontrarme a mi primo con dos mujeres en la cama: su novia y la hermana de Alena.

Ninguno se esperó algo así. Al verlos, noté Alena en un estado en el que no se podía mover, así que tuve que arrastrarla hacia atrás para dejar de ver la escena.

Ya llevamos un par de minutos fuera de la habitación. Ella sigue con su frente apoyada en la puerta, negando con la cabeza y yo sujetando su cintura con los ojos cerrados. Sin previo aviso, apoyo mi frente en el hombro de Alena.

Sigue siendo bajita para mí con tacones, aunque me llegue por el hombro.

Deja de negar con la cabeza y se tensa ante mi imprevisto movimiento. Paso mi nariz por su cuello lentamente, no sé si será culpa del alcohol que sea tan atrevido esta noche. 

Siempre echándole la culpa al alcohol...

Vuelvo a escuchar su respiración fuerte como cuando bailábamos. Me impregno de su increíble aroma, que por lo que he visto en la habitación que compartimos, es Chanel No 5. Huele tan bien...

Acaricio el arco de su oreja lentamente y bajo mis labios a su cuello, volviendo a dejar un beso. Noto como se estremece y habla con voz agitada.

— Evan... — mi nombre sus labios suena tan bien —. Estás jugando con fuego — susurra, todavía con la frente en la puerta. Escucho que abajo suena una nueva canción, I want to de Rosenfeld.

Otra canción sexy añadida a la lista.

Perfecta para esa playlist que tiene Alena para leer los libros eróticos y para recrear las escenas...

Le doy la vuelta para que me mire a los ojos. Paso mis dedos por su espalda descubierta y dejo mi mano con los fríos anillos apoyada ahí mismo. Siento como se le pone la piel de gallina y se remueve inquieta, pero sin salir de mi agarre.

Coloca sus manos en mis bíceps y nos quedamos de nuevo mirándonos a los ojos, escuchando nuestras respiraciones y la canción.

It's been too long to spend this night alone. Ha pasado demasiado tiempo para dejarme solo.

Heaven - Sophie Peterson (EN ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora