ALENA
Londres, 25 de febrero 2026
Tengo calor.
Un calor infernal que no es para nada normal tener cuando fuera llueve y hace menos de 0ºC e temperatura. Y no es que haga mucho calor en casa. Incluso me he puesto dos mantas más antes de irme a dormir porque tenía frío.
Con un movimiento brusco pateo el edredón hacia el lado de Evan y quito su mano de mi estómago para levantarme.
Con mis nueve meses de embarazo me cuesta moverme, normalmente Evan es el que me ayuda a levantarme, pero esta vez no puedo aguantar para despertarlo con las tremendas ganas que tengo de ir al baño. No puedo tardar mucho más en despertarlo porque en cualquier momento me puedo hacer pis. Me siento sobre el colchón y hago fuerza con mis manos para levantarme, sin embargo, no consigo nada. Vuelvo a intentarlo una vez más sin éxito.
Me quito la parte de arriba del pijama cuando siento un calor ardiente subir por mi espalda y lo tiro detrás de mí. Enseguida Evan empieza a refunfuñar cuando cae sobre su preciosa cara.
— Bombón, ¿dónde estás? — no abre los ojos hasta que respondo con un gruñido. En menos de un segundo ya se ha levantado de la cama de un salto para ponerse de cuclillas frente a mí —. ¿Qué pasa? ¿Estás bien, Alena?
— No, no estoy bien — mis ojos empiezan a humedecerse cuando sus manos agarran las mías—. Necesito ir al baño.
Sin esperar mucho más, me ayuda a levantarme y me lleva al baño de nuestra habitación con todo el cuidado del mundo. Sin embargo, no todo lo que queremos puede salir bien porque justo cuando pasamos por la puerta siento que mis pantalones del pijama se mojan hasta que el suelo bajo mis pies también termina mojado.
— Oh mierda — Evan me mira con miedo en cuanto ocurre.
Mis dedos se aprietan con fuerza en su cintura cuando me doy cuenta de que nuestro bebé ya está en camino.
— Me parece que nuestro hijo ya no puede esperar mucho más —es Evan el que me saca de mis terribles pensamientos. Desde que fuimos a la primera consulta para ver cómo iba el embarazo, sentí el miedo de que llegara este momento.
Joder, se veía muy lejano.
Respiro hondo mientras cierro los ojos para calmarme como me han enseñado muchas veces en el hospital. Evan me pregunta cómo estoy, si noto las contracciones y si puedo esperar unos minutos mientras él va por la bolsa del bebé y a por mi mochila con mis cosas.
Me deja sentada en la taza del retrete para que él pueda ir a por lo necesario mientras acaricio mi vientre. No voy a negar que tengo miedo porque realmente lo tengo. Para ello me tengo que calmar porque sé que cuanta más paz mental tenga, será mucho mejor para todos.
Siento una que otra contracción que me tiene doblándome por algunos momentos, pero se me pasan rápido por lo que aprovecho para darme una rápida ducha. Teniendo mucho cuidado con mis movimientos me quito el top y todo lo que llevo para meterme en la ducha.
No pasa mucho tiempo hasta que Evan vuelve al baño con una cara de sorpresa en su cara.
— Alena, ¿qué haces? Te vas a hacer daño — abre la puerta de la cabina de ducha consiguiendo que su camiseta blanca de dormir se moje en el proceso. Maldice unas cuantas veces hasta que apago el agua para secarme.
Con rapidez me ayuda a ponerme el albornoz para secarme todo el cuerpo. Me lleva de nuevo a nuestra habitación y me sienta en la cama para ponerme algo de ropa. Sus movimientos son rápidos mientras me sube un chándal por las piernas.
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Heaven - Sophie Peterson (EN ESPAÑOL)
Roman d'amourAlena Moore y Evan O' Kelly. Dos desconocidos que creen conocerse en un parque gracias a sus perros. Lo que no saben es que tienen muchas cosas en común: como por ejemplo, que les encanta leer libros. De los libros especiales en los que encuentras e...