єℓ мοτινο ∂є иυєѕτяο νιαנє

ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ³³

- Nuestro primer día aquí en Inazuma ha sido algo complicado- Comento Paimon algo cansada.

- Concuerdo contigo, aún así no te vi quejarte tanto en Mondstadt o Liyue

- Eso es diferente Lumine!

- Pero he observado que ustedes son muy capaces, ya veo por qué la señorita Kamisato está muy intrigada con respecto a ustedes..

- Uh? De quién hablas Thoma?

- Verán, mi función es cuidar de la señorita Kamisato Ayaka, y los rumores sobre sus hazañas en Mondstadt y Liyue fueron capaces de traspasar la frontera de nuestras regiones y llegaron hasta los oídos de la señorita, ella cree que tú podrías cambiar esta situación

- Paimon no entiende a que te refieres.

- Hablas del decreto de visiones no es así?- Interrogó la rubia, a lo que el más alto asintió- No me ofrecí para esto, mira Thoma, agradezco lo que has hecho por mi, pero me niego a hacer eso, solo estoy aquí para conocer a la Shogun.

Un suspiro de decepción se escapó de los labios del joven, podría asegurar que la viajera le iba a ayudar, se notaba que era amable sin embargo por momentos aquellos orbes dorados parecían carecer de brillo.

- Lo entiendo perfectamente.. hasta cierto punto... Yo me encargaré de eso tal y como lo habíamos acordado- Dijo finalmente aún inconforme por la respuesta de la chica.

Paimon por su lado estaba confusa, la naturaleza de su amiga era de un ser muy amable y servicial, pero recordando los últimos acontecimientos, pareció comprender un poco a la chica.

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- Salir de ritou fue todo un reto!

- Paimon está cansada...

Ambas chicas caminaban tranquilamente, por la isla Narukami, verdaderamente ninguna tenía idea de dónde estaba la casa de Té, pero ya luego se enterarían de eso.

- Me sorprende que Thoma no haya insistido...

- Me sentí mal al decirle que no... Realmente no me gusta nada esto del decreto de visiones, pero servirá de algo que yo intenté convencer a la Shogun?... Nunca es bueno ir y enfrentarse a un dios y esperar que todo salga bien...

Lumine hablaba por si misma, después de todo, pelear con una diosa había provocado todo esto.

Tras caminar por unos 20 minutos finalmente vieron la ciudad de Inazuma, se veía preciosa, sin embargo había un aura extraña rodeándola.

- Supongo que ahora podremos preguntar cierto?

- Estás en lo correcto Paimon.

Afortunadamente una amable chica les indicó el camino para llegar a la casa de té, cosa que les facilitó mucho su llegada.

Al entrar al recinto fueron recibidas por un adorable cachorro, pero no había rastro de Thoma.

- No se supone que Thoma debería estar aquí?

- Oh claro que estoy aquí, las estaba esperando- La voz juguetona del rubio.

La mirada de paimon se dirigió al cachorro, es que acaso era Thoma?

- Thoma... Eres un perro?- Cuestiono la rubia enarcando una ceja.

- Bueno supongo que la primera vez resulta algo extraño no.

- Paimon no puedo creerlo!!!

Con una carcajada el joven rubio salió de su escondite.

- Vale... Basta de bromas.