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Oh jeongyeon resultó ser una niña muy precoz, para ser una niña de ocho años y medio con una mente clara y una curiosidad insaciable. Sin embargo, no podía decirse que fuera muy hermosa...

A JunMyeon le gustaban los niños, y jeongyeon no era una excepción, pero el aspecto de la pequeña fue una gran sorpresa para el omega.

Después de convivir con SeHun durante gran parte del verano, JunMyeon reconocía que era un hombre atractivo. Tenía los rasgos fuertes y regulares. Nada en él resultaba desproporcionado.

JunMyeon era el primero en admitir que no había visto a Kang Seulgi en su mejor momento; pero, incluso en el féretro, irradiaba una | belleza excepcional. Así que JunMyeon se había preparado para recibir a una preciosa, niña.

Para sorpresa suya, jeongyeon era menuda para su edad, con un rostro pensativo e inteligente. Por lo demás, sus rasgos no llamaban la atención. Llevaba el pelo tan tirante en un moño que parecía tener siempre las cejas levantadas sobre los ojos de color castaño verdoso. Pero hasta que la niña no se quitó la toca, JunMyeon no se dio cuenta de que se enfrentaba a un gran reto.

La tarde era cálida y mientras SeHun y Chanyeol hablaban en el pasaje, JunMyeon, jeongyeon y el esposo de Chanyeol, Kyunsoo, entraron en la casa.

JunMyeon se alegró de ver al omega que le había dado cobijo en las semanas previas al juicio. Kyunsoo había sido un baluarte en la adversidad y la desesperación, y JunMyeon le agradecía que hubiese ido para ayudarlo a romper el hielo con la hija de SeHun.

-¿Eres el nuevo criado? -preguntó jeongyeon con franqueza.

-Podría decirse que sí -JunMyeon captó la mirada de KyunSoo y suspiro de alivio. Al parecer, no habían revelado a la niña la verdadera situación de JunMyeon-. De hecho, voy a ayudarte con tus lecciones y, a tu padre, con su trabajo.

-Eso está bien -asintió la niña-. Papá necesita ayuda a veces y yo soy demasiado pequeña, apenas tengo cumpliré nueve años. -curioseó por la habitación mientras JunMyeon preparaba el té. Después de recorrer todos los rincones, decidió que no había habido cambios sustanciales que no le gustaran.

Kyunsoo estaba hablándole a JunMyeon del viaje que Chanyeol y él habían hecho a Albany, cuando jeongyeon se sentó a la mesa.

-¿Quieres un té? -le preguntó JunMyeon al ver que la niña la miraba con expectación.

-Prefiero un vaso de leche -le dijo jeongyeon.

-Hay un poco en la fresquera -contestó JunMyeon-. ¿Podrás traer la jarra tú

sola?

-Por supuesto -dijo jeongyeon dándose importancia, y salió corriendo de la habitación.

JunMyeon observó a la niña desde la ventana, cerciorándose de que era capaz de abrir la pesada puerta que SeHun había hecho para resguardar el frío. Varios minutos más tarde, jeongyeon regresó. Colocó la jarra sobre la mesa y se secó el sudor de la frente.

-Hoy hace calor, ¿verdad? -comentó JunMyeon mientras servía el espeso líquido en una taza-. ¿Por qué no te quitas la toca? No hace falta que la lleves puesta dentro de casa.

Kyunsoo emitió una exclamación de protesta, o tal vez fuera una advertencia. Aun así, llegó demasiado tarde, porque la niña tiró de los lazos de su pesada toca de algodón, se la quitó de la cabeza y se la entregó a JunMyeon. Luego jeongyeon se llevó la taza de leche a los labios, cerró los ojos y empezó a beber.

JunMyeon se llevó la mano a los labios al ver la razón de que la niña llevara una toca tan pesada, porque las orejas de jeongyeon sobresalían un poco por ambos lados de su cabeza como si fueran dos apéndices ajenos a ella.

UN OMEGA INOCENTE-SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora