Thirty six

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/escuchen la canción, no es arte 7n7 ademas super sad/

Luego de unos cinco minutos el nudo por fin bajo y pudieron separarse uno del otro sin temor a lastimarse. SeHun se puso las botas y se acercó a la ventana del fondo de la habitación.

—Con suerte, no nos vigilarán por detrás. —declaró SeHun—. Ahora dime, ¿cómo se llamaba ese humano y dónde podemos encontrarlo?

—Se llama Jimin. —susurro JunMyeon muy avergonzado mientras trababa de ponerse la ropa.

—¿Jimin qué? Tendrá un apellido.

JunMyeon terminó de vestirse y se retorció las manos.

—Su apellido es el mismo que el mío SeHun. Es mi hermanastro. ¿Por qué quieres saberlo? —cuestiono JunMyeon asustado.

SeHun le lanzó una mirada de escepticismo mezclada con alivio. Jimin. Kim Jimin. Su hermanastro. Tenía sentido, pero tal vez solo porque quería que lo tuviera.

—Quienquiera que sea, es la única posibilidad que tenemos de sacarte de aquí. No voy a correr el riesgo de que un maldito estúpido haga caso a la lengua viperina de Irene y crea lo que dice. —explico SeHun molesto—. Buscaré la manera de ponerte a salvo conejito. Iremos al otro lado de las montañas donde nadie nos conoce. Construiremos una vida juntos, tú, yo, jeongyeon y todos los cachorros que tengamos a futuro. Y encontraré la manera de limpiar tu nombre, aunque sea lo último que haga mi amor. —le prometió besándole las manos—. Lo único que lamento es haberte puesto en peligro con lo que acaba de pasar.

—¿Lo lamentas? —las palabras casi se le quedaron atravesadas en la garganta. Lo último que deseaba JunMyeon en el mundo era que SeHun lamentara los momentos más maravillosos de su vida.

SeHun tomó su rostro entre las manos y besó las lágrimas recién derramadas.

—Siento no haberme controlado hasta saber que estábamos a salvo. Siento que Irene y el grupo de alfas que ha traído consigo nos sorprendiera. —susurro SeHun—. Pero JunMyeon, aunque mi alma arda en el infierno, nunca lamentaré haberte hecho el amor, ni que tú me ames lo bastante para aceptarme como amante. —finalizo robándole un par de besos fugases a su omega.

—Entonces no tenemos nada que lamentar, ¿no? —JunMyeon consiguió sonreír.

—Supongo que no conejito. —SeHun se inclinó y lo besó suavemente, ignorando las voces que oía en el exterior.

—SeHun. —la voz de JunMyeon se quebró al pronunciar su nombre—. Tendrás que irte sin mí. Lo único que haría sería retrasarte. Si nos atrapan nos meterán a los dos en la cárcel y nunca podremos demostrar mi inocencia.

JunMyeon sabía que no podría dejar atrás al tropel de alfas que esperaban al otro lado de la puerta. Todavía estaba débil por la sangre que había perdido y medio enfermo por pasar la noche expuesto al frío y también por las rondas de amor salvaje que habían tenido, pero tenía que convencer a SeHun de que se fuera sin él. Por terrible que fuera su destino, podía enfrentarse a ese futuro caótico sabiendo que SeHun estaba libre.

SeHun notó cómo JunMyeon temblaba contra su pecho y supo que lo que había dicho era cierto. JunMyeon no podría seguir su paso y los atraparían a los dos.

—conejito escúchame, ya buscaremos la forma de huir sí, pero no pienso dejarte aquí solo, tenemos que huir juntos a donde sea, pero juntos. —SeHun intentó de nuevo, pero JunMyeon movió la cabeza.

—Vete sin mí, SeHun. —suplico JunMyeon llorando—. Encuentra a Jimin y vuelve a buscarme. Sabes que está de tu parte.

SeHun vio el valor de JunMyeon en sus ojos. El valor y el autosacrificio. Se restregó los ojos con la esperanza de que JunMyeon no viera sus lágrimas repentinas. No serviría de nada que JunMyeon lo recordara lloriqueando como un bebé durante su separación. El era un alfa, el más fuerte de toda la manada de Gayan y debía ser valiente. ¿Pero qué ser vivo podía ser más valiente que JunMyeon en aquel momento, que estaba sacrificándose solo para que él pudiera irse?

—Tienes razón conejito. —suspiró resignado SeHun—. Nos atraparían como a un par de perros sarnosos. —sacó una pierna por la ventana—. Intenta entretenerlos. Espantaré a los caballos para que tengan que ir a pie al menos parte del camino. No dejes que te metan prisa. Oblígalos a andar lo más despacio posible para que a mí me dé tiempo a encontrar a tu hermano. —susurro SeHun débilmente soportando que dolor que le causaba dejar solo a su omega, pero su lobo también comprendía que si se quedaban no habría forma de salir bien librados, JunMyeon acabaría en la ahorca y SeHun en la cárcel y no pasaría mucho para que su alma se apagase al no tener a su mate a su lado.

Con un último beso, SeHun saltó a la pradera transformándose en un imponente lobo y desapareció entre los árboles. Los golpes en la puerta se hicieron más insistentes.

JunMyeon cerró la ventana y se limpió fuertemente la cara para quitar el rastro de sus lágrimas. Se alisó la ropa y se miró en el espejo que colgaba de la pared. Si al menos su rostro no estuviera todavía sonrojado por la pasión ni sus labios henchidos por los besos de SeHun. Pero no podía hacer nada más. Con lágrimas en los ojos abrió la puerta y vio a Park Chanyeol en el umbral.

Chanyeol sólo tardó un momento en darse cuenta de que, a excepción de JunMyeon, la habitación estaba vacía.

—¿Dónde está SeHun? —dijo Chanyeol apenas en un susurro, perplejo porque su amigo dejara solo a JunMyeon en aquel aprieto.

JunMyeon miró hacia la ventana, confiando en que Chanyeol entendiera el mensaje. Intentó decir algo, pero sus palabras se perdieron por el ruido de los caballos que SeHun había espantado.

Los gritos de los alfas intensificaron el ruido, y la voz estridente de Irene destacó sobre las demás.

—¡se lo dije! ¡Se lo dije! Todos ustedes son culpables como el diablo y han huido con los caballos. —farfullo Irene enojada recriminando a todos los presentes sin el minimo temor ni respeto por los alfas.

Pero su voz se perdió cuando los caballos se alejaron en estampida por las praderas hacia el arroyo.

—vayan a seguirlos rápidamente. —ordeno Irene consternada—. como alfas que son no les costara mucho atraparlos y hacerlos pagar. 

—No podemos seguirlos en nuestras formas lobunas cuando los humanos nos están casando, seria entregarnos voluntariamente a la muerte, los humanos manejan armas y al vernos correr en manada dispararían sin cesar hasta acabar con nosotros. —regaño el más alto de los alfas presentes—. Necesitamos ir a caballo o por lo menos una parte de nosotros para distraer a los humanos que anda merodeando, dándonos caza.

—Entonces iremos a mi casa. —declaró Irene—. Allí hay caballos. Sólo está a unas pocas horas de aquí.

Y aunque los alfas no tenían más elección que aceptar, todos sabían que SeHun al ser el alfa más fuerte ya les habría sacado mucha ventaja.

—Yo y Dawon lo seguiremos en lo que ustedes encuentran caballos, si vamos solo dos y de forma separada no creo que los humanos nos den caza. —demando un alfa señalando al otro que asintió.

Los demás alfas asintieron viéndolos partir dentro del bosque espeso.

Aunque Irene no se molestó en mencionar que la familia Lee sólo poseía dos caballos; uno acababa de desaparecer entre los árboles con los demás, y haría falta un verdadero milagro para conseguir que Leeteuk se desprendiera del otro. 

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porque despues del gusto viene el susto TnT. 

jaja me siento malvada,  pero es necesario para la trama como ya saben nos acercamos al final, deben quedar como maximo unos siete cap mas

jaja me siento malvada,  pero es necesario para la trama como ya saben nos acercamos al final, deben quedar como maximo unos siete cap mas

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UN OMEGA INOCENTE-SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora