sixteen

318 54 47
                                    

Los días se hacían cada vez más cortos y JunMyeon aprovechaba las horas de luz para hacer las tareas de la granja. Con el enfrentamiento entre SeHun y Irene no hubo más visitas, pero a SeHun no le importaba. Movido por el espíritu de aquellas fechas, se dispuso a escoger un ganso para la comida de Navidad con todo el entusiasmo de un anfitrión que fuera a presidir una mesa llena de invitados.

Pocos días antes de Navidad, acompañó a JunMyeon y a jeongyeon por la nieve mientras recogían ramas para adornar la casa.

Encontraron arándanos y ramas que podían tejerse a modo de guirnaldas. Rieron e inspiraron la fragancia a pino que parecía impregnar toda su ropa. Mientras SeHun y JunMyeon tiraban del trineo abarrotado de ramas verdes, jeongyeon los seguía por detrás, lanzándoles de vez en cuando bolas de nieve que se partían y centelleaban como polvo de hadas a la luz del sol.

Pero un misil bien lanzado golpeó una rama cargada de nieve y gran parte del polvo blanco cayó en el cuello de SeHun casi sepultándolo.

—Se acabó. —gritó SeHun fingiendo enfado—. Te vas a enterar. —y echó a correr hacia la niña, que gritó de deleite y salió huyendo.

Jeongyeon se refugió detrás del trineo, riendo y gritando de puro gozo. Justo cuando parecía que SeHun iba a atrapar a la niña, JunMyeon irrumpió en la escena.

—¡No es justo! —lo regañó JunMyeon—. Eres más grande que ella SeHun. ¿Por qué no escoges a alguien de tu tamaño? —y le golpeó de lleno con una bola de nieve.

Eran dos contra uno. JunMyeon notó cómo su corazón se aceleraba peligrosamente cuando SeHun salió huyendo y desapareció entre los árboles.

—Tú ve por ahí JunMyeon, yo por allí. Grita cuando lo encuentres. —jeongyeon dio órdenes como un sargento y salió pitando hacia los arbustos.

JunMyeon asintió y se encamino por el lugar encontró a SeHun cuando este se abalanzó sobre él. JunMyeon le arrojo la nieve que le quedaba en la mano y al volverse se sorprendió en lo alto de una pequeña colina. Sin un momento de vacilación JunMyeon asió el borde de su capa y se deslizo colma abajo sobre su trasero.

SeHun lo atrapó a medio camino y rodaron juntos hasta el final de la pendiente.

—Vamos a ver si te gusta que te laven la cara con nieve conejito. —dijo SeHun y le pasó la mano enguantada por el rostro.

JunMyeon le tiró nieve por la espalda, pero estaba inmovilizado por el peso del cuerpo de SeHun y no podía escapar.

Pasados unos momentos, dejó de forcejear

—Ya SeHun. Déjame levantarme. —dijo JunMyeon entre risas—. O nos congelaremos los dos. —añadió jadeando.

JunMyeon abrió los ojos y parpadeó para quitarse la nieve de las pestañas. Cuando miró a SeHun a la cara tan cerca del suyo, vio una nueva expresión en sus ojos. Una expresión que no había visto antes, su lobo aleteo de felicidad al estar entre los brazos de su alfa y JunMyeon compartía ese sentimiento, pero aun tenia miedo de saber la reacción de SeHun.

—SeHun, ¿qué te pasa? ¿Es la mano? ¿Te he hecho enfadar?

—Maldita sea, JunMyeon. —gruño SeHun, luchando con su lobo—., ¿sabes lo bonito que estás con las mejillas coloradas, los ojos luminosos y los labios rojos y brillantes como una manzana jugosa, listos para saborearlos una y otra vez? —emitió un pequeño gemido gutural y en aquel momento supo que ni todos los jueces y tribunales de este mundo podrían detenerlo, al fin luego de tanto comprendió el sentimiento de su lobo por permanecer, cuidar y proteger a JunMyeon, porque JunMyeon era su mate, era su pareja destinado, su regalo de luna y podía sentir como su lazo era más fuerte y como sentía morir de solo imaginarse lejos de JunMyeon. Tal como decían los mitos, su cuerpo sentía morir ante la sola idea de estar alejado por mucho tiempo de su omega, ni él ni su lobo concebían la posibilidad de poder vivir sin JunMyeon.

UN OMEGA INOCENTE-SEHODonde viven las historias. Descúbrelo ahora