ɪɪɪ. ᴀʟɢᴏ ᴜɴɪᴄᴏ

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Casi un mes había pasado desde que se habían conocido y desde ese momento no se habían separado, de vez en cuando se quedaban a dormir en la casa del otro y cuando no lo hacían, hablaban cada noche durante horas antes de irse a dormir, se contaban como les había ido el día, lo que habían hecho, las ocurrencias y noticias de sus familias, a ambos le encantaban esos momentos.

Siempre había algo que contar, algo que había sucedido, algún lugar al que ir a una cita, algo que había visto…era una de las cosas que más le fascinaban a Serkan de Eda, que no se aburría nunca a su lado.

Esa noche se habían quedado separados porque Serkan tenía que trabajar hasta tarde en la construcción y no quería despertarla cuando llegara, incluso Sirius se había quedado con ella para que no estuviera solo.

Serkan sonreía casi con ironía al darse cuenta lo mucho que había cambiado su forma de ser, tumbarse en la cama, recién duchado, en la oscuridad absoluta y escuchar la voz de Eda en su oído era algo que disfrutaba tremendamente y que nunca pensó que haría, antes veía las relaciones como algo práctico, lógico, cada uno con su espacio, pero a ella la extrañaba, siempre la extrañaba, nunca hablaban de ellos…de lo que les estaba pasando, de lo que sentían, pero no era necesario, estaba implícito…en las horas a las que se llamaban, en el tiempo que duraba la llamada, en los pequeños juegos de palabras con los que Eda coqueteaba con él, en el tiempo que pasaban juntos, era cuestión de tiempo que todo se formalizara y ambos lo sabían.

Sin borrar la sonrisa en su rostro que aparecía cuando Eda ocupaba su mente, desbloqueó su teléfono para leer el mensaje, sorprendido que aún estuviera despierta, eran pasada las 12 de la noche.

Te extraño :(
¿Por qué no estas aquí conmigo?

Serkan sonrió, ella era un osito cariñoso cuando quería.

Porque iba a llegar tarde
y no quería despertaste.
¿Por qué no estas durmiendo?.

Lo estaba, pero desperté
y te extrañe a mi lado.

Serkan sonrió, estaba seguro que mientras le escribía el mensaje tenía un puchero en su rostro con esos ojos de cachorro a los que era imposible decirle que no, pensando en lo adorable que debía estar viendo con el pijama de dinosaurios que solía usar, una idea paso por su mente, su departamento quedaba a sólo 10 minutos en auto del de Eda y sin pensar demasiado se puso los zapatos, tomó la billetera, las llaves y sin importarle que estaba en pijama, bajo al estacionamiento.

Yo también te extraño,
esta cama es gigante sin ti.

Le escribió mientras subía a su auto y comenzaba a manejar rumbo al departamento de Eda.

¿Tienes sueño?,
¿Podemos hacer video llamada?.

Leyó Serkan cuando estaba subiendo al ascensor del edifico de ella.

¿Por qué mejor no
me abres la puerta?.

Le escribió justo antes de guardar su celular en su bolsillo y a penas las puertas del ascensor se abrieron, unos brazos lo rodearon por completo como si su vida dependiera de ello.

-¿Que haces aquí?. - preguntó Eda besando toda su cara con una enorme sonrisa en su rostro, sus ojos marrones tremendamente brillantes.

-Dijiste que me extrañabas y yo también te extrañaba. - dijo afirmandola con más fuerza, ella se abrazaba a su cuerpo como un pequeño koala. - Así que aquí estoy.

ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora