ɪɪ. ᴍᴇ ɢᴜsᴛᴀ ʟᴏɴᴅʀᴇs

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La reunión de esa mañana fue rápida y productiva, tanto así que en una hora estaba todo hablado, discutido y aprobado, semanalmente Serkan y los demás socios de art life Engin, Piril y Selin se reunían por zoom para hablar sobre la empresa, los proyectos, los avances y para saber como iban la estancia de Serkan en Londres, y ese día había sido más rápido  de lo normal.

No eran mas de la una y media de la tarde y Serkan ya había terminado de hacer todo lo que tenia en la agenda, su  primera intención fue bajar y sacar a pasear a Sirius, pero le estaba dando hambre y una idea de cruzó en su cabeza, así que sin pensarlo demasiado, busco el número en la agenda de su teléfono y esperó.

—¿Hola? — la dulce voz que escuchó al otro lado del telefeno lo hizo sonreír.

—Hola Eda, soy Serkan —le dijo, un nudo en su estómago formándose debido a los nervios que sentía cada vez que la llamaba, era la tercera vez esa semana.

—Oh lo sé —dijo riendo —Tengo registrado tu número.

Serkan soltó una leve risita, avergonzado por parecer un idiota que no sabía que decir —Yo...

—Tú...

—Yo... —balbuceo nervioso.

—Tu... —dijo riendo esta vez —¿Estas bien? —le preguntó con sinceridad, nunca lo había escuchado tan nervioso, al menos no en las tres veces que habían hablado esa semana durante horas.

—No.. si... es decir —balbuceo —Quería invitarte a almorzar, si es que estas libre.

Eda sonrió con ternura pensando en lo nervioso que se escuchaba el implacable Serkan Bolat —¿En serio?.

—Por supuesto —respondió rápidamente.

—Claro, me encantaría —aceptó con una sonrisa —¿Tienes algún lugar en mente?.

—Realmente no —suspiró —Son mis primeras semanas aquí y realmente no conozco tantos lugares.

—Dejamelo a mi entonces —respondió con una sonrisa, comenzando a guardar las cosas sobre su escritorio antes de salir —Te envío la dirección por mensaje y nos vemos allá.

—Por supuesto —asintió feliz —Nos vemos, Eda Yildiz.

—Nos vemos, Serkan Bolat —se despidió.

Después de acomodar sus cosas, tomó su cartera y salió rápidamente de su oficina, estaba a punto de comenzar a bajar las escaleras, cuando la voz de su abuela la detuvo.

—¿A donde vas tan apurada, mi flor? —le preguntó curiosa, la había visto salir casi corriendo de su oficina hace un par de segundos atrás.

—Eh.. ah.. eh —balbuceo —Es que tengo hambre y voy a almorzar, me están esperando —dijo sin querer dar mayores detalles.

—¿Iras a comer con tus padres? —le preguntó sabiendo ya la respuesta.

—Sisi —mintio para diversión de su abuela que alzó una ceja —Iremos a comer por aquí cerca.

—Oh, entonces podemos irnos juntas —le dijo tratando de evitar reírse, ella ya sabía que los planes que tenia para  almorzar no eran con sus padres, porque la que tenía planes con Mustafa y Ayla era ella —Quedamos en almorzar hoy —le contó mirando su reloj —Y ya vamos tarde.

Eda abrió los ojos con sorpresa y nerviosismo, no esperaba verse descubierta tan pronto —En realidad abuela —carraspeo con las mejillas un poco rojas por la vergüenza —No voy a comer con mis padres, iré a comer con un amigo.

—¿Ah si? —preguntó —¿Qué amigo?.

—No lo conoces —dijo con rapidez, estará en un par de días en Londres y lo llevaré a conocer algunos lugares.

ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora