ᴇᴘíʟᴏɢᴏღ

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El sonido del mar llegaba a la habitación del paradisíaco hotel en el que se encontraban en las Maldivas, era  sorprendente cuan de cerca estaba el Hotel del mar, y en especial como la salinidad llegaba en el aire cuando la marea estaba alta, aun mas en las tardes, donde las ventanas debían cerrarse debido a las fuertes ventiscas que se producían.

Eda miró a su esposo que aún dormía a su lado y no pudo evitar acariciar suavemente su rostro, amaba observarlo dormir, ver la paz en su rostro era algo que disfrutaba totalmente.

-Buenos días, esposa. - murmuró Serkan sin abrir los ojos aún, disfrutando las caricias de su esposa.

-No quise despertarte. - se disculpó Eda con una leve sonrisa, sin dejar de acariciar su rostro.

Serkan sonrió. - No te preocupes bebé, ¿Dormiste bien? - preguntó, viendo como comenzaba a desperezarse en la cama, sus huesos sonando con cada estiramiento de sus músculos.

Eda asintió, removiéndose un poco más en la cama, saliendo de alguna manera del sueño de hace algunos momentos, dando un corto bostezo, que se convirtió en uno bastante grande, haciendo reír a Serkan que la miraba con cariño, observando cada gesto que hacia.

- Si. - susurró Eda llevando sus manos a restregar un poco sus ojos en un gesto casi infantil. - Contigo siempre duermo bien. - dijo más despierta, sonriendo al ver a Serkan mirándola como si ella fuera su mundo entero.

- ¿Despertaste hace mucho?. - preguntó curioso, siempre era él quien se despertaba primero.

Con una sonrisita, Eda se acomodó en el pecho de su esposo, disfrutando de como la rodeaba con sus brazos y le acariciara la espalda. - Hace un rato, fui a ver a Kiraz y luego no pude volver a dormir.

-Ella es tan madrugadora como su padre. - afirmó orgulloso, subiendo sus brazos por los contrarios, bajando un poco mas en una caricia suave.

-Lo es. - confirmó con una sonrisa amorosa, pensando en dos de sus personas favoritas en el mundo.

**flashback **

Después de meses llenos de trabajo, Serkan y Eda habían decidió irse de vacaciones con Kiraz a las Maldivas, quería tiempo para ellos sin el trabajo de por medio y habían elegido la playa porque sabían que a su pequeña hija le encantaba.

Eda estaba observando a Serkan jugar con Kiraz a la orilla de la playa y no podía más de la ternura que le daba la imagen antes sus ojos.

Ambos estaban tratando de hacer un castillo con los baldes y palas que su bebé habia insistido en llevar y Eda reía cada vez que Serkan se molestaba porque se derrumbaba todo trabajo, pareciendo el niño de los dos.

-¿Te gusta tu castillo, mi amor?. - le preguntó Serkan a su hija que más que ayudar con el castillo, se dedicaba a tirar arena para todos lados.

Ella asintió y corrió a abrazar a su papá chillando. - Es mi castillo favorito. - le dijo besando su mejilla.

Serkan sonrió y la tomó en brazos para correr con ella directamente al agua, disfrutando los chillidos de bebé de su hija al notar a donde iban. - Agua. - chilló entusiasma.

-Si, mi amor agua. - dijo riendo, tomandola con firmeza para acercar sus pequeños pies al agua.

-Más papá, más. - chilló moviendo sus pies con entusiasmo cuando sintió el agua en ellos.

Serkan soltó una carcajada al verla disfrutar tanto del agua. - ¿Más?. - le preguntó ya sabiendo la respuesta.

-Más más. - chilló, soltando un grito cuando Serkan entró más en el mar con ella en sus brazos y sintió el agua a su alrededor.

ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora