Decir que Serkan estaba nervioso era un eufemismo, ese día almorzaria con los padres de Eda y estaba a nada de comenzar a caminar por las paredes.
Se había levantado más temprano de lo normal, salió a correr, sacó a pasear a Sirius e incluso había ordenado su departamento, todo en menos de dos horas debido a los nervios.
Aunque desde que había llegado a Londres no trabajaba los fines de semana, se entretuvo respondiendo algunos correos y modificando algunos planos tratando de relajarse y fallando miserablemente ya que miraba constantemente la hora, cuando faltaba una hora y media para tener que irse a la casa de los Yildirim se paseó nervioso por su habitación mientras elegía lo que iba a ponerse, necesitaba tener el mejor aspecto posible.
-Hola, mi amor. - escuchó decir a su novia al otro lado del teléfono.
-Hola, ¿Cómo dormiste?. - preguntó sonriendo.
-Te extrañe. - confesó riendo. - Creo que me he acostumbrado a dormir contigo.
-También te extrañe, bebé. - dijo feliz de darse cuenta que no era el unico que ansiaba estar juntos. - ¿Quieres que te pase a buscar a tu departamento?.
-Por favor. - murmuró. - Te extraño y quiero verte antes de que mis padres te acaparen por completo. - y Serkan supo que estaba haciendo un puchero mientras mordía su labio inferior haciéndola ver adorable.
-¿Estas segura que esta bien que lleve a Sirius también?. - volvió a preguntar dudoso. - No quiero que de ponga nervioso y rompa todo porque no conoce el lugar.
Eda puso los ojos en blanco. - Por supuesto que estoy segura, en la casa de mis padres hay un gran jardín que amará. - le contó. - Además, mamá me matará si no llego con los dos.
Serkan soltó un carcajada un poco más relajado, el solo hecho de escuchar la dulce voz de su novia lo hacía sentirse más tranquilo. - Entonces voy a buscarte, nos vemos.
-Te espero. - se despidió.
Cuando Serkan estacionó su auto, Eda ya lo esperaba fuera de su edificio ansiosa, la saliva se le atascó en la garganta cuando los preciosos ojos verdes de su novio se encontraron con los suyos, era una de las cosas que más le habían llamado la atención de él cuando lo vio, lo claros y expresivos que eran sus ojos, el verde tan intenso que dominaba su iris nunca había visto unos ojos iguales.
-Te extrañe. - le dijo lanzándose a sus brazos para colgarse en su habitual abrazo de koala bebé.
Serkan sonrió, era su bebé. - También te extrañe. - le dijo abrazándola más a él pasa que no se cayera y acercó su boca a la de ella para besarla suavemente.
-¿Estas nervioso?. - le preguntó mientras rodeaba su cuello con sus brazos.
-Un poco. - confesó. - Conocer a los suegros siempre da miedo.
Eda asintió compresiva. - Todo irá bien, mi amor. - trato de animarlo. - Estoy segura que mis padres te amaran.
-¿Y si no les gustó?. - susurró por lo bajo, no acostumbrado a sentirse tan nervioso, ni ansioso. - ¿Y si piensan que no soy bueno para su hija?.
-No seas tanto. - lo regañó Eda. - Ellos saben lo feliz que me haces y eso es suficiente para ellos. - dijo bajándose del cuerpo de novio para saludar a Sirius.
-¿Sirius tiene una pajarita?. - le preguntó riendo.
-Por supuesto. - dijo tímidamente Serkan. - Es una ocasión especial.
Eda soltó una pequeña risita mirándolos a ambos con ternura y amor, en poco tiempo ambos tenían su corazón completo. - Pues, te ves muy guapo. - le dijo Eda acariciando su cabeza. - Mamá se va volver loca cuando te vea.
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ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]
FanficEl inflexible, frío y serio CEO de art life Serkan Bolat se ve obligado a mudarse a Londres por seis meses debido a un proyecto que requiere su presencia, durante su estadía allí conoce a la reconocida paisajista Eda Yidilz, quien le da un inesperad...