xxɪɪɪ. ¿ᴅᴏɴᴅᴇ ᴇsᴛᴀ?

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En la mañana, el sol que entraba por la ventana los despertó a ambos cuando golpeó en sus rostros, se removieron un poco no queriendo separarse el uno del otro, tratando de conservar el calor y la calidez que los envolvía.

-Tengo que ir a trabajar. - murmuró Serkan sin moverse. - Tengo una reunión con un cliente para un nuevo proyecto.

-No...no te vayas... - gruñó Eda sin abrir los ojos, casi amarrando el cuerpo de su prometido con sus piernas.

-Mi amor, debo irme - afirmó sonriendo un poco con la actitud infantil de su novia y disfrutando de las caricias que ella le daba. - Me encantaría quedarme contigo todo el día pero no puedo, Piril  me va a matar.

-¿Qué son un par de minutos más tarde?. - dijo de forma burlona haciendo soltar una carcajada a Serkan al sentir sus besos, Eda lo estaba besando lentamente, tan lentamente que no se había dado cuenta de que estaba sobre el completamente, no solo besando sus labios, si no también su cuello, sus mejillas, su nariz, su frente, sus ojos verdes, con la luz del sol volviéndose más claros en el centro, se abrieron lentamente, haciendo sonreír a su prometida sobre su pecho.

-Mucho cuando es una embarazada con hormonas enojonas la que te espera en la oficina. - respondió casi asustado. - Ya la conoces..

Eda asintió y se bajo de su cuerpo, removiendose en la cama algo lento, como una serpiente revolviéndose en el lecho que les acunaba a ambos, antes de que sus ojos se medio abrieran mirándolo con un enorme puchero en sus labios.

-Beso... - frunció los labios. - Muchos besos. - pidió.

Serkan se río y se inclinó hacia ella, dejó cortos besos en los labios contrarios, resistiendo la tentación de profundizarlos, sabía que si se dejaba llevar por esos labios que tanto amaba y esos brazos que tanto amor le entregaban no podría irse pronto. - Me voy a trabajar, bebé. - afirmó besando su vientre y saliendo de la cama de una vez, antes de que se dejara llevar por la hermosa figura en ella, sonriendo una extraña sensación en su estómago que asumió era sus nulas ganas de separarse de ella y su bebé. .

-Te amo Eda, nunca lo olvides. - le dijo  sintiendo la necesidad de decírselo.

Eda sonrió. - Yo también te amo, pero eso no fueron muchos besos. - se quejó escuchándolo entrar al baño antes de volver a enredarse en las sabanas gimiendo, intentando dormirse mientras Serkan se iba a trabajar, usualmente no le costaba tanto despertar, pero desde que estaba embarazada estaba más cansada y con más sueño de lo normal y como no tenía nada urgente que hacer, quería aprovechar de descansar lo más posible antes de que su suegra, su madre y su abuela aparecieran ahí, la noche anterior les habían revelado que se iban a casar y las tres mujeres habían entrado en pánico cuando les dijeron que lo harían en una semana, las tres quejándose que era muy poco tiempo para organizar una boda y sintiéndose totalmente indignadas cuando les contaron que tenían todo organizado.

**flashback **

Con Eda entrando en su séptimo mes de embarazo, sus padres y abuela la llamaban y la visitaban con regularidad en Estambul, los tres argumentando que no querían perderse nada del crecimiento del nuevo integrante de la familia.

Esa mañana estaba trabajando cuando sus padres le avisaron que estaban en Estambul por lo que luego de contarle a su novio, decidieron hacer una cena con sus familias para contarles la noticia, habían mantenido su compromiso en secreto más de un mes  para organizar su boda con tranquilidad, ambos querían algo sencillo y solo con las personas más  cercanas antes del nacimiento de su bebé, conocian lo suficiente a sus familias para saber que si les contaban antes, lo que querían que fuera una boda íntima, terminaría siendo la boda del año.

ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora