xɪɪ. sᴇʟɪɴ

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Selin no estaba de buena humor esa mañana, estaba harta de ver a Eda en todas partes y sobre todo cerca de Serkan.

Constantemente lo iba a buscar a art life para salir a una cita, para ir a almorzar, se quedaba a trabajar con el en su oficina, lo había ido a ver a Antalya e incluso Serkan se había quedado varios días cuidándola en casa debido al accidente que había tenido y a él parecía no molestarle.

Seguía enojada por lo diferente que había sido con ella durante sus tiempo juntos y también por las miles de muestras de afecto y cariño que había tenido que presenciar en una de las tantas reuniones que tuvieron en su casa debido a que se negaba a salir por si Eda necesitaba algo, seguía sorprendiendole la facilidad con la mostraba sus emociones con Eda tanto en privado como en público, mientras que con ella nunca fue así.

**flashback **

Engin, Piril y Selin iban en dirección a la finca de los Bolat, debían organizar los nuevos proyectos que había recibido la empresa y Serkan se negaba ir a oficina por lo que Engin había sugerido trabajar desde su casa y nadie se había negado.

-Pensé que Serkan estaría en la entrada esperándonos para regañanos por llegar tardé. - les dijo Piril cuando se bajaron del auto riendo, se habían programada para estar a las 8.30 y ya iban a llegando tarde.

-Seguro esta echando humo por la nariz por la impuntualidad. - replicó Selin riendo m.

-Quizás esta durmiendo. - bromeó Engin.

-¿Serkan?. - preguntó Piril irónicamente. - ¿El señor que dice que entre más temprano más productico eres?

Selin estaba apunto de replicar cuando la voz de Eda llamó la atención de todos.

-Oooh vamos Serkan. - se quejó riendo. Eran pasadas las 9 de la mañana y ambos estaban preparando el desayuno. - No podemos comer sano todos los días.

-Por supuesto que si. - replicó Serkan picando algunas frutas.

-No. - se volvió a quejar Eda. - Quiero panqueques con chocolate.

-No Eda, ayer tuviste un accidente e incluso tenías un poco de fiebre, no deberías comer chocolate. - la regaño como a una niña pequeña.

-Pues entonces no quiero nada.- dijo apretando los labios cuando Serkan le ofreció una fruta. Estaba sentada en la encimera de la cocina viéndolo moverse de un lado al otro casi como un profesional preparando todo.

Serkan soltó una carcajada cuando la vio apretar los labios, estaba usando sólo una de sus camisetas que le quedaban como vestido y un moño desordenado que la hacia ver adorable e irresistible. - ¿Ves?, tu madre tiene razón, eres un bebé.

-No lo soy. - dijo mirándolo con el ceño fruncido y un exagerado puchero.

Serkan se acercó a ella y se paró entre sus piernas, con una mano en su cintura y con la otra acercando un pedazo de manzana a su boca. - Oh, mira es el avioncito chu chu. - dijo con burla. - Abre la boca, mi amor.

-No. - dijo tercamente colocando sus manos en jarras, con cuidado de no mover demasiado su mano lesionada.

-Ooh vamos, chu chu. - dijo insistiendo una vez más. - ¿Ahora que tienes tu mano lesionada debería alimentarte en la boca hasta que te mejores?. - bromeo alzando una ceja. - Porque podría hacerlo... chu chu el avióncito viene.

Eda trato de reprimir una sonrisa, estaba siendo ridículo. - Eso ni siquiera suena como un avión. - lo molesto sacando la lengua.

-No seas un bebé. - dijo riendo, dejando el pedazo de fruta en la encimera y pasando ambas manos por sus caderas para acercarla más hacia él. - ¿Me das un beso?. - pidió estirando los labios.

ᴀғᴛᴇʀ ʟᴏɴᴅᴏɴ [ᴇᴅsᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora