Capítulo 19

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Me asomé y contuve el aliento al ver como las últimas personas cruzaban las puertas del estadio, que a esas alturas ya estaba rebosar. Era fácil entrever la emoción en sus facciones a pesar de las mascarillas. Algunos llevaban pancartas, otros iban disfrazados. Probablemente para muchos ese era el primer concierto al que asistían tras la pandemia. También sería el mío.

Cogí aire con la intención de controlar los nervios mientras hacía una lista metal sobre todo lo que podía salir mal. Las pruebas de sonido e iluminación habían sido un éxito y los chicos ya estaban en el camerino.

Marc había estado toda la tarde con Summer y parecía estar de muy buen humor, por lo que en ese aspecto no estaba preocupada.

Tras comprobar que todo estuviera bajo control, me encerré en el baño y saqué un pequeño neceser de mi bolso.

Los preparativos habían durado toda la mañana y gran parte de la tarde. Tan solo había abandonado el estadio durante una hora. Había aprovechado para regresar al hotel, darme una ducha rápida y cambiarme de ropa. 

Había escogido un vestuario cómodo y sofisticado a la vez: una blusa celeste con un escote en forma de uve, unos jeans ajustados y unos botines de estilo militar oscuros. Quería poder moverme con facilidad durante el concierto, pero, a su vez, quería estar lista para la cita que tendría cuando hubiera acabado. 

Me aparté el pelo de la cara y esparcí una fina capa de base de maquillaje sobre mi rostro. A continuación, me puse corrector bajo los ojos, colorete en las mejillas, máscara de pestañas y me tracé una modesta línea sobre los párpados con un lápiz de ojos. Finalmente, me pinté los labios con un glose.

Esa noche estaría marcada por las nuevas primeras veces tras la Covid-19: mi primer concierto y mi primera cita después del desastre. Tenía que reconocer que estaba muy emocionada por lo primero, pero no sabía como sentirme ante lo segundo.

Jake era un chico muy atractivo. La tonalidad de sus pupilas y el contraste del tono de su piel entraba por los ojos a primera vista. Además, era perspicaz, siempre tenía una respuesta ingeniosa para todo. Le gustaba mucho el juego de la seducción. Eso me hacía sonreír de forma casi inconsciente cada vez que hablábamos. Algo en él me había llamado la atención desde el primer momento. Quizás había sido la emoción de sentirme la única persona en la sala cuando sus ojos estaban puestos en mí y yo era el centro absoluto de su atención; o quizás era la forma que tenía de establecer contacto corporal de forma disimulada, casi inconsciente, pero sensual a la vez.

Por otro lado, estaba Ben, quien no podía sacarme de la cabeza. Él era la razón de mi falta de entusiasmo ante la cita. Nuestro pasado era el motivo principal por el que debía mantenerme alejada de él, un motivo de peso. Sin embargo, siempre acababa apareciendo, ya fuera entrando en escena o irrumpiendo en mi mente en forma de recuerdo. Me leía como si fuera un libro abierto, encontraba las palabras exactas para todo. Además, el magnetismo que compartía con él no lo había sentido jamás con nadie. Éramos como imanes, dos polos opuestos que se atraen. Mi cuerpo parecía sentirlo cuando andaba cerca, un sexto sentido se activaba en mí. Era capaz de percibir el calor de su cuerpo a pesar de la distancia. 

Un golpe seco me sacó de mis pensamientos. Tras guardar el maquillaje en el estuche y este, a su vez, en mi bolso, abrí la puerta. Me encontré a Mia al otro lado, seguida por Abby y por Emma.

—Aquí estás — dijo Mia, con evidente nerviosismo —. ¿Y has hablado con el equipo técnico?

Emma soltó un alarido de emoción y no dudé en acogerla entre mis brazos. Ni siquiera me quejé cuando me tiró del pelo y me saludó con su ya típico "enana".

— Sí — contesté con decisión, dedicándole una tierna sonrisa a la pequeña. Enfrenté a Mia con la mirada a continuación —. Jake ha estado reunidos con ellos toda la tarde. Irá todo como la seda, ya verás.

Efectos secundarios [2.5].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora