Capítulo 48

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Negación

— No puede ser verdad — espetó Ben por enésima vez.

Estábamos en casa de sus padres. Nos habíamos reunido a las pocas horas de saber el resultado de la biopsia. Marc se había quedado en el hospital con su hermana, sus padres y Summer. A simple vista, parecía haberle aliviado que los médicos le hubieran puesto nombre a aquello que le sucedía. Al menos no había dejado de bromear a cerca de la situación durante el rato que habíamos estado con él en su habitación. Aunque aquello, para ser honestos, era muy típico en él.

Sus familiares, por otro lado, parecían bastante impresionados ante la noticia.

— Últimamente, estaba siempre muy cansado — añadió una desanimada Mia, sentada en el borde del sofá —. Tosía sin parar.

Abby le dio la razón, mientras que Royce le propinó un leve apretón de mano a forma de consuelo.

— Pero no tiene sentido que esté todo tan avanzado — insistió Ben con ímpetu, la mirada encendida.

— Cada persona es un mundo —. Roger se encogió de hombros y resopló, evidentemente habitado —. La enfermedad no siempre se manifiesta de la misma forma, ni tiene los mismos tiempos. ¿Verdad, mamá?

Ella tragó saliva con una mueca de seriedad estampada en el rostro.

— Sí — masculló finalmente —. A veces los síntomas son difíciles de relacionar —. Carraspeó y tomó la mano de su marido, quien estaba a su lado. Yacían apoyados contra la pared que estaba junto al televisor, justo enfrente del sofá que ocupábamos el resto—. De todos modos, un veinte por ciento de los fumadores desarrollan este tipo de cáncer — añadió, bajando el tono de voz.

—Maldita sea — espetó Ben, exasperado.

Ella guardó silencio y el pestañeo que producía el reloj de pared inundó la estancia. Los nervios y la tensión eran evidentes en el ambiente. Puede que todos hubiéramos sospechado en algún momento que ese iba a ser diagnóstico de los médicos. Sin embargo, había sido una buena ostia de realidad su confirmación.

Tragué saliva y observé con disimulo la expresión de los presentes. Todos absortos en sus pensamientos, posiblemente recordando momentos vividos junto a Marc, toda una vida de vivencias.

Abby tenía la mirada perdida y sostenía a Emma entre sus brazos. La pequeña dormía, completamente ajena a lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Roger tenía la cabeza reclinada sobre sus manos, sentado hacia adelante y sostenido el peso de su rostro con los brazos sobre las rodillas.

Mia seguía sentada a mi lado, con los labios entreabierto. Parecía que tenía la intención de añadir algo a las palabras de su madre, pero acabó por dibujar una mueca amarga con la boca y se cubrió los ojos con la mano.

Royce se apoyó contra el respaldo del sofá. La angustia era evidente en su semblante. Se cruzó de brazos, como si con ese gesto pudiera evitar que la realidad calara completamente en él.

Ella y Leo se abrazaron en un rincón de la habitación. Para ellos Marc era como un hijo.

Finalmente, regresé mi atención a Ben. Seguía con los ojos muy abiertos, inundados de incredulidad, las manos fruncidas en puños.

— No puede ser — repitió, esa vez en un susurro que no alcanzó a los demás, casi como un lamento.

Pero la realidad era aquella. El diagnostico de los médicos era claro: carcinoma de células grandes, un tipo de cáncer de pulmón. Marc tendría que ser intervenido.

Efectos secundarios [2.5].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora