En Zantenia, existe una leyenda sobre un pueblo ingrato que fue castigado con densa niebla que cubrió todo su territorio, sumiendo a sus habitantes en una profunda tristeza. La niebla se extendió al agua, volviéndola negra y causando que los animales terrestres y marinos abandonaran la región. La falta de alimentos llevó a la comunidad al borde de la extinción.
Desesperados y sin esperanza, los habitantes de Zantenia se aferraron a la esperanza de que algo pudiera cambiar su suerte. Fue entonces cuando sucedió algo inesperado. En medio de la oscura niebla, cuando todo parecía perdido, apareció un ser misterioso que se acercaba lentamente hacia ellos. Con cada paso lento que daba entre la espesa niebla, se le apreciaba un poco mejor el color rojo de la capucha que cubría su rostro, y el de la túnica larga que se arrastraba por el suelo mientras caminaba paulatinamente entre la oscura y seca yerba. A primera vista, parecía ser solo una persona que vagaba por ahí en busca de alimentos o un lugar para quedarse, sin embargo, aquel ser repetía una frase con un tono cántico que sonaba como si estuviera haciendo una advertencia: «Voy caminando por el bosque, no te acerques o...».
Finalmente, cuando llegó al punto más amplio del bosque, golpeó el suelo con un báculo de madera que sostenía en su mano izquierda, provocando que la tierra pareciera que se iba a partir en dos. En ese momento, un círculo brillante apareció a su alrededor y la niebla comenzó a desvanecerse. El pueblo se iluminó, y los habitantes volvieron a sonreír, agradecidos de que todo hubiera vuelto a ser hermoso como lo era antes.
En agradecimiento por su honorable acto de salvarles la vida, los habitantes de Zantenia acordaron otorgarle al misterioso ser el título de Rey Mago. Pero este mago no buscaba reconocimiento. Después de usar sus poderes para salvar a Zantenia, desapareció sin que nadie lo supiera. Esto los dejó sorprendidos, ya que nadie dejaría un pueblo después de salvarlo de la extinción sin siquiera pensar en que no sería recompensado. Y en el lugar de los hechos brotaron unas hojas que con el pasar de los años se convirtió en un enorme árbol de plata.
En memoria del Rey Mago, se construyó un enorme castillo y se fabricó una corona enteramente de metales preciosos para el momento en el que pudiera regresar. Sin embargo, quinientos años después, todavía lo seguían esperando. A pesar de ello, en Zantenia continuaron teniéndolo como un símbolo, manteniendo así una tradición de años. Y aunque para muchos ya era solo una leyenda, seguía motivando a los zantenianos a cuidar la naturaleza como si fuera su propia vida; sobre todo al gran árbol de plata, siendo este la más grande prueba de la existencia del mago.
ESTÁS LEYENDO
Reinos: El árbol de plata. (Completa)
FantasyFugaz, una joven bruja sin experiencia, que emprende un viaje al reino de Zantenia, con el propósito de una vida sin discriminación por ser quien es, entabla una linda amistad con Antho, el joven rey que fue capaz de predecir su llegada a través de...