Fugaz, una joven bruja sin experiencia, que emprende un viaje al reino de Zantenia, con el propósito de una vida sin discriminación por ser quien es, entabla una linda amistad con Antho, el joven rey que fue capaz de predecir su llegada a través de...
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Fugaz se dirigió de regreso al castillo para volver al salón de la ceremonia, donde seguramente Antho aún se encontraba. Al abrir la puerta, sintió que algo con un gran poder la llamaba. Miró hacia el lugar de donde creía que venía aquella voz que le susurraba que se acercara y comenzó a dar pasos rápidos para no perder el rastro de aquella presencia.
Miró hacia el lugar de dónde creía que venía aquella voz qué al oído le decía que se acercara, y comenzó a dar pasos rápidos para no perder el rastro de aquella presencia.
Antho vio que ella se alejaba del castillo como si estuviera hechizada, y confundido miró hacia dónde ella miraba, e inmediatamente fue a detenerla. Sentía que era su responsabilidad cuidar de ella, por lo que creía que quizás era la clave para descubrir quiénes asesinaron a sus padres.
Antho vio que ella se alejaba del castillo como si estuviera hechizada, y confundido miró hacia donde ella miraba, e inmediatamente fue a detenerla. Sentía que era su responsabilidad cuidar de ella, ya que creía que quizás era la clave para descubrir quiénes asesinaron a sus padres y Dackmon y Areon lo siguieron por si alguien intentaba hacerle daño.
—Fugaz, no sigas esa voz, se dice que es una trampa de las sirenas —le advirtió Antho a Fugaz.
Fugaz se detuvo en seco al escuchar a Antho, pero tenía su mirada fija en un lugar determinado.
—Mi madre me habló de ellas, estoy segura de que no es una de ellas. Lo que escuché no es un canto, es como un llamado invisible de un ser muy poderoso al que hay que seguir, la sensación es muy parecida a la que tuve con ese árbol que encontré al llegar acá —explicó ella después de volver en sí—. Debe ser ese mismo árbol..
—Seguro lo es... ese árbol es la raíz de todo lo que ocurre aquí en Zantenia. Se dice que fue ahí la primera y última vez que vieron al rey mago... Desde ahí nació ese árbol que, según los agricultores, ha permanecido con vida hasta el día de hoy: lo llamamos el árbol de plata, por su color tan inusual.
—¿Dices que en ese árbol hay una parte de ese mago?
—Es lo que parece... es que se siente como si tuviera vida, pero solo los que tienen magia pueden sentirlo, o eso creo yo.
—¡Vaya! Este lugar es más increíble de lo que imaginé, y aunque solo haya una persona con magia, siento que aquí es donde pertenezco... Desde el primer momento, mi madre tuvo razón —dijo Fugaz con entusiasmo
Antho quedó pensativo por un par de minutos al escuchar esas palabras.
—Fugaz, no es una coincidencia que hayas aparecido justo antes de que mataran a mis padres... Debe de haber algo más... algo que quería decirme la pintura. Pero ¿qué?
Antho corrió al castillo con dirección a la sala de pinturas de arte. Fugaz y los guardias lo siguieron, preocupados por lo que podría tener en mente. Después de llegar, los soldados esperaron afuera de la habitación y solo entró Fugaz junto a él.
