Un hermoso lago de aguas cristalinas reflejaba el cielo, mientras una brisa refrescante sacudía las hojas de los fuertes y saludables árboles que rodeaban el lugar. El paisaje transmitía una sensación de paz y calma. De repente, el sonido de enormes campanas resonó una y otra vez, resonando por todo el valle y alertando a tres seres encapuchados que parecían ser magos, dados sus largos báculos y vestimentas que los representaba.
Sin perder tiempo, los tres magos se dirigieron hacia donde provenían las campanadas, moviéndose rápidamente y con determinación. Su destino era un templo que levitaba en el cielo.
Las paredes del templo, de un rojo intenso, contrastaban con las bases de cemento negro que las sostenían. Sobre el templo, un techo metálico gris reflejaba la luz del sol.
Los tres magos usaron sus báculos de madera para flotar hacia el templo, avanzando sin dificultad. Una vez allí, abrieron la enorme puerta de madera con un código que estaba inscrito en sus báculos.
El interior del templo era amplio, y en el centro se erguía un pequeño árbol sin hojas, rodeado por un escudo de cristal. Alrededor del árbol, varios seres mágicos, también encapuchados, se encontraban seriamente frente a un ser que parecía ser su líder. Este ser, que llevaba una capucha de tela negra, emanaba una presencia imponente.
Los tres magos que acababan de llegar se apresuraron hacia el trono del líder, conscientes de la gravedad del llamado. El ambiente en el templo era solemne, y las miradas de los presentes estaban llenas de respeto y tensión. El líder se giró lentamente para recibir a los recién llegados, con un aire de autoridad y misterio.
Uno de los magos dio un paso adelante y se inclinó ante Lyra, seguido por los otros dos, quienes bajaron la cabeza en señal de respeto.
—Líder Lyra, ¿hay algo en lo que podamos servirle? —preguntó con tono respetuoso.
—¿Tienen alguna novedad sobre el árbol? —inquirió Lyra, con voz suave pero firme.
Antes de que los magos pudieran responder, una puerta invisible se materializó en el aire, emitiendo un tenue resplandor dorado. Todos los magos presentes se pusieron en alerta, levantando sus báculos hacia la puerta. Solo Lyra permaneció serena, observando con calma mientras el resplandor se intensificaba. La tensión en el ambiente creció a medida que el resplandor aumentaba.
De repente, la figura de Rielf emergió de la puerta, cayendo al suelo con un golpe sordo. Los magos retrocedieron instintivamente mientras Rielf se levantaba, como si nada hubiera pasado. Con tranquilidad, revisó su báculo para asegurarse de que no se había roto en la caída. Lyra lo observaba con atención, manteniéndose serena y en control de la situación.
Rielf mostró una sonrisa amplia que no inspiraba confianza, y avanzó hacia los magos, quienes dieron otro paso atrás por precaución.
—¿Por qué tan nerviosos? No es como si pudiera hacerles algo con esto —dijo Rielf, con un tono burlón, levantando las muñecas para mostrar las esposas mágicas que limitaban su poder.
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Reinos: El árbol de plata. (Completa)
FantasyFugaz, una joven bruja sin experiencia, que emprende un viaje al reino de Zantenia, con el propósito de una vida sin discriminación por ser quien es, entabla una linda amistad con Antho, el joven rey que fue capaz de predecir su llegada a través de...