Capítulo 30. 🐴 Una nueva aventura. 🐴

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En el patio del castillo, los soldados estaban reunidos con semblantes serios, escuchando atentamente a Dackmon, quien caminaba de un lado a otro con un libro en la mano, hablando con voz firme para que todos pudieran escucharle

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En el patio del castillo, los soldados estaban reunidos con semblantes serios, escuchando atentamente a Dackmon, quien caminaba de un lado a otro con un libro en la mano, hablando con voz firme para que todos pudieran escucharle.

Fugaz y Mirah llegaron, atraídas por el murmullo que provenía del patio. Se abrieron paso entre los soldados, buscando entender qué estaba ocurriendo y si tenía relación con la desaparición de Antho. Al observar los rostros tensos de los soldados, Fugaz notó que algo grave estaba sucediendo.

—¡Presten atención! —exclamó Dackmon, deteniéndose para asegurarse de tener la atención de todos—. Este libro estaba entre las pertenencias del rey. Habla de otros reinos, y creo que pudo haber planeado ir a uno de esos lugares.

Un soldado alzó la mano, confundido.

—¿Pero solo? —preguntó un soldado, incrédulo ante la idea—. Es extraño pensar que el rey haya ido a otro reino sin escolta.

Dackmon lo miró con seriedad, como si también estuviera tratando de entender la situación.

—Sí, es extraño —dijo Dackmon, examinando el libro en sus manos—. No es normal que el rey actúe sin protección. Algo debió haber pasado para que tomara esa decisión.

Antes de que pudiera continuar, Fugaz se adelantó, con una expresión decidida en su rostro.

—Es porque eso no fue lo que pasó —dijo Fugaz, mirando a Dackmon y a los soldados con firmeza—. Estoy casi segura de que Mabel lo secuestró.

Dackmon y los soldados se volvieron hacia ella, sorprendidos por su declaración, mientras Mirah miraba a Fugaz con una mezcla de sorpresa y respeto por su confianza y determinación.

—¿Secuestrarlo? ¿Por qué ella haría eso? —preguntó uno de los soldados, visiblemente escéptico.

Fugaz miró a los soldados, intentando explicar su teoría de la manera más clara posible.

—Mi sospecha es que abandonó a Antho en algún lugar del bosque para ayudar a su padre, y ahora debe de estar de regreso al castillo.

Dackmon cruzó los brazos, contemplando la situación.

—Si eso es cierto, Mabel tendrá un regreso bastante problemático —dijo Dackmon—. Se encontrará con que su padre ya no está, y tendrá que responder por sus crímenes sola.

La noticia del posible secuestro del rey por parte de Mabel creó un murmullo inquieto entre los soldados. El ambiente en el patio del castillo se tornó más tenso, y las miradas se dirigieron hacia Dackmon, esperando sus órdenes.

—¿Qué vamos a hacer, entonces? —preguntó un soldado, con evidente preocupación—. Si el rey está realmente en peligro, necesitamos actuar rápido.

Dackmon observó a los soldados, su expresión seria y calculadora. Sabía que cualquier acción precipitada podría empeorar la situación. Tomó un momento para analizar la escena antes de responder.

Reinos: El árbol de plata. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora