❝Ya no hay estrellas❞

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Yoongi había estacionado y asegurado su motocicleta junto al auto de Jungkook, saludó a Kim sin sorpresa alguna por verla allí

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Yoongi había estacionado y asegurado su motocicleta junto al auto de Jungkook, saludó a Kim sin sorpresa alguna por verla allí.

—Últimamente los veo socializar mucho a ustedes dos— se acomodó en los asientos traseros, incluso cubriéndose hasta las orejas con una de los cobertores que algunos miembros de la policía y bomberos han estado repartiendo— Dos apellidos debe ser muy divertida, eh.

Cayó dormido dos minutos más tarde, Jungkook le explicaba que Yoongi era amigo suyo desde hace un buen tiempo, así que tanta confianza de su parte no era extraña o mal recibida.

—¿Conoces a muchos de los maestros en la universidad?

—No realmente, solo a tres y estamos en diferentes facultades, así que no nos vemos mucho cuando trabajamos, yo fui el último en llegar a esta universidad— suspiró— a pesar de que estaba lo suficientemente calificado para dar clases en un lugar de este nivel, prefirieron esperar unos años más para contratarme.

—¿Y eso por qué?

—Soy demasiado joven, al parecer. Y eso podría ser un problema, según ellos.

—Entonces ser un genio tiene sus desventajas.

—Básicamente.

Habían reclinado los asientos un poco, hacía frío en exceso y ninguno se atrevía a salir para comprar alguna cosa para comer, Kim se quedó viendo al frente.

—Oh, ya no hay estrellas.

—Y no las habrá a no ser que ocurra un apagón, cosa que no sucederá tan fácilmente— se quejó amargamente— me encantan las estrellas.

—¿Por qué?— ella y su bocota— Y no me digas que es porque parece que tienes estrellas en tus ojos.

—Tus cumplidos evolucionan, gracias— rió, Kim se sonrojó, al menos no podía notarlo— respondiendo a tu pregunta, no sé por qué me gustan tanto, creo que se debe a qué disfruto más la noche que el día... en la noche todo luce más bonito y tranquilo, aunque luego está el pequeño problema de que no me gusta apreciar la noche solo— bufó— vivía solo, hasta que llegó Rosé y aunque ella cree que destruyó mi adorada paz, fue todo lo contrario, me gusta su compañía, aunque sea ruidosa en extremo— Kim rió— hace que el apartamento se sienta mejor y no tan lúgubre.

—Te entiendo un poco, la soledad es horrible, bueno, no la soledad, sentirse solo es lo que es feo— Jungkook asintió, estando de acuerdo con eso— siempre digo que he tenido suerte, pues crecí en un entorno lleno de personas que jamás me dejaron sentirme sola o mal, al menos no durante mucho tiempo.

—Creciste con mucho amor y con tus propias estrellas— dijo, refiriéndose a sus amigos, sonrió por lo bonito que sonó aquello— sonará deprimente, pero yo crecí con mis libros de matemáticas y las estrellas del cielo, aunque no puedo quejarme, tuve experiencias que me dieron momentos de felicidad... pero me sentí solo en incontables ocasiones— se cruzó de brazos, volteando a verla con sus ojos agotados— ¿Sabes por qué dije que me gusta el campo? Además de las estrellas.

Negó, también girando la cabeza y regalandole toda su atención.

—¿Por qué otra cosa te gusta el campo?

—Es que, cuando estás en el, el ambiente te hace creer que la vida es más fácil, que no todo es tan complicado o estresante como parece a veces— cerró los ojos unos segundos— como un lugar seguro.

—Suena a que deberías ir a ese lugar seguro con más frecuencia.

Negó, arrugando la nariz.

—Ya no tiene caso, está solo, cuando mi abuela estaba allí... si era mejor, lastimosamente ya no vive para consentir a su nieto berrinchudo— bostezó— pero así es como suceden las cosas.

Sonrió melancólica, apartó el cobertor para apretar su brazo, siendo esta la muestra de apoyo más grande que podía darle. Abrió la puerta para bajar, Jungkook atrapó su mano antes de que lograra irse, se miraron.

—¿Qué?

—¿A dónde vas? Hace mucho frío.

—Voy a comprarnos snacks y chocolate caliente— le hizo regresar a su asiento y cerrar la puerta— ¡Tengo hambre!

Comenzó a quitarse el hoodie negro que traía puesto, cediendoselo pues el traía un suéter debajo de este.

—Ahora sí, ve a saciar tu hambre.

—Me queda gigantesco.

—Pero estás cubierta que es lo importante— rió, negando y volviendo a bajar—espera, da la vuelta.

—¿Eh?

—Rodea el auto, Kim.

Lo hizo, llegó hasta su ventana y le observó expectante hasta que le entregó su tarjeta.

—Yo iba a invitarte.

—Yo no iba a aceptar que me invites, anda, paga con esto— lo miró mal— soy mayor que tú, obedece.

—Bien— rodó los ojos—¿Quieres algo en específico? Y si sabes que le gusta al señor Min...

—Él consume cualquier cosa que se pueda comer, no te preocupes— apoyó el mentón en su mano— ve, te observo desde aquí.

—No tienes qué.

—Si tengo, hazlo antes de que te congeles.

—Ya voy, ya voy. Mandón.

Se alejó a pasos cortos y lentos, girándose de vez en cuando para darse cuenta de que en efecto Jungkook si estaba cuidandola desde el auto, resopló.

Pero, le pareció lindo el gesto.

Pero, le pareció lindo el gesto

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POTENTIAL DADDY❞ jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora