POTENTIAL DADDY❞ jjk

❝Mantenerse ocupada❞

28

Cuando cada uno regresó al ritmo normal de sus vidas, estaba claro que no iban a frecuentarse demasiado luego de ese derroche sentimental en la playa, así que, Jungkook había besado su mano y pellizcado su nariz al dejarla en su casa, ya le había agradecido muchas veces por el buen rato que pasaron juntos.

Y con todo eso en mente, se martirizaba mientras terminaba el último ensayo de su carrera, los chicos hablaban entre ellos, Taehyung usaba su cabello como desestresante pues lo trenzaba múltiples veces en lo que escuchaba a Jimin contarle cosas, Rosé estaba muy entregada a decorar los bordes de las páginas del cuaderno de Kim con permiso de esta.

Tenía que mantenerse ocupada para no pensar demasiado.

—Kimie todavía no tiene un vestido para la graduación. Pueden ir juntas a buscar algo para ambas.

Prestó atención a Taehyung, Jimin apoyó esa sugerencia y ella solo asintió.

—¿Tampoco tienes vestido, Rosie?

—No— bufó— iba a pedirle a Jungkook que me llevara porque bueno, él tiene buen gusto, pero está muy ocupado y aunque sé que aceptaría llevarme, estará en el teléfono todo el rato. Pensé que ya tenías vestido, por eso no pregunté, pero me encantará buscar algo juntas.

—¿Hoy después de clases?

—Está perfecto— sonrió, apretando la mano de Kim—¿Ustedes dos que usarán? Oh, no les conté, pero el imbécil de Lee me invitó al baile como su pareja, por supuesto me negué y le dije que iría con mis amigos— abrió la boca indignada— y me preguntó que desde cuándo tengo amigos, maldito.

—Sólo se enojó porque lo rechazaste.

Terminó su ensayo, lo organizó y colocó en la carpeta destinada, guardandolo en su mochila y descansando en sus brazos cruzados sobre la mesa. Cerró los ojos.

Algo nuestro.

No tengo ese nivel de egoísmo.

Creo que también me gustas.

Conoceremos a otras personas.

Se frustró, sentía que estaba en un intento por superar una ruptura crítica, incluso se había pues el hoodie que le regaló con la excusa de que era realmente calentito, y si lo era, pero la razón principal por la que lo usaba era otra.

Se colocó de pie, asustando a los demás.

—¿Kim?

—¿Podrías entregarle esto a la señora Hwang?— le extendió la carpeta— Iré al baño, no me siento bien.

—¿Ese pastel si te dio diarrea?— negó a Jimin—¿Estás malita sin razón?

—Sí— zanjó allí el tema— vuelvo en un rato, estaré en el salón antes de que empiece la clase. Tengo que ir con el demonio de todas maneras.

Los tres asintieron, confundidos, pero sin llenarla de preguntas al respecto.

—¡Esa es la fuerza que necesitamos, Kim!— gritaba Yoongi, muy satisfecho con la concentración de la castaña— ¡Apoyen a su compañera!

No perdía de vista la pelota, sus manos y brazos estaban rojos y ardían al punto de doler, pero podía soportarlo, necesitaba centrarse en golpear la pelota cada vez que peligrara en tocar su lado detrás de la red que había en medio dividiendo la cancha.

Kim descargaba su ira mientras Yoongi creía que había evolucionado de la noche a la mañana y estaba eufórico por eso.

—¡De eso estoy hablando! ¡Golpea esa mierda!— seguía gritando, ya se había acostumbrado a escucharlo, así que no se quejaba— ¡Determinación! ¡Entusiasmo!

Mantener al maestro Min así de contento tenía sus beneficios, créditos extra y una recomendación para obtener tal vez una posibilidad de jugar en el equipo de la universidad de Londres. Podía tomar eso como pasatiempo en caso de aburrirse.

Él se disculpó pues habían ido a buscarle y les permitió descansar, ya casi era la hora de finalizar, por lo que era todo por ese día, Kim tenía que ir en busca de Rosé para conseguir el vestido.

Mantenerse ocupada, sí, esa era la clave de todo y se lo repetiría hasta el cansancio.

—¡Arrasaste hoy, Kim!— la felicitó una de sus compañeras, le agradeció antes de verla irse a los baños, iría en un rato, cuando hubiesen menos chicas.

Fue a sentarse en las gradas para tomar aire y que el mismo golpease su cuerpo para refrescarse un poco. Se mordió el labio, tenía que verse increíble para la noche de la graduación, se lo había prometido a ella misma y a su madre, nunca se esforzaba por lucir presentable, esa noche tenía que ser la excepción.

Quería y al mismo tiempo no, que llegase la graduación para cerrar todo. Su teléfono sonó, tenía un mensaje y para su sorpresa, de Jungkook.

Bonita.

Eso era todo, no le extrañó, Jungkook no era el hombre más expresivo que conocía, entrecerró los ojos viendo a la puerta del gimnasio para encontrarlo allí, sonriente y atento, blanqueó los ojos y le vio sacudir la mano en su dirección, despidiéndose, estaba de paso y pudo verla.

Ah, ese hombre. Un peligro.